CUANDO Robert Mitchum acudió en 1993 al Zinemaldia a recoger el Premio Donostia quiso ir a la Parte Vieja a cenar. Al llegar "volaban los tortazos" de la kale borroka y al salir todo estaba en calma. "¿Estaba antes borracho o lo estoy ahora"?, se preguntó admirado el actor. Esa es una de las anécdotas que Diego Galán (Tánger, 1946) ha vivido en sus 13 años de director del festival -de 1985 a 1989 y de 1993 a 2000-, aunque ha estado vinculado "como el más viejo de la tribu" hasta la pasada edición, explica con motivo del estreno en TVE de la serie que ha dirigido sobre el certamen.
El crítico e historiador cinematográfico estrenará mañana la coproducción de esa cadena con EITB Una historia del Zinemalia, quince episodios de media hora que recorren desde su creación, en 1953, hasta la actualidad un festival que se les ocurrió a diez comerciantes de la ciudad que "no querían que el verano se acabase". "Uno de ellos había estado en Cannes y allí había visto 'mucho movimiento' y pensaron que esa era la forma de que siguiese la juerga", aunque con tanto éxito que al año siguiente ya se lo arrebataron, relata Galán. En todo este tiempo, el certamen "se ha sofisticado y complicado muchísimo" y su futuro, dice Galán, es "imprevisible" porque dependerá de cómo "se adapte a los nuevos tiempos, a una tecnología que hace que las películas se consuman y a una industria que no para de mover a las estrellas de un lado a otro". "Lo que es irrepetible, irreproducible, es el contacto con el público de los famosos y, de hecho, que Glenn Close vaya a recibir el Donostia ha sido portada en todos los telediarios", subraya.
Galán recuerda que Close acudió a Donostia en 1991 a presentar, fuera de concurso, Meeting Venus, donde interpretaba a una cantante de ópera. Un periodista le preguntó quién le había doblado en la parte lírica y ella se levantó "y, sin previo anuncio, se cascó un aria impresionante".
Pero si alguien ha sido "la estrella absoluta" del festival es Bette Davis, que recogió el Premio Donostia en 1989 mostrando al mundo entero "la fibra metálica" de la que estaba hecha. "Enfermísima" del cáncer de pulmón que le costó la vida dos días después de abandonar Donostia, Galán logró que fuera al festival de la manera más impensada: preparaban una retrospectiva dedicada a James Whale y querían invitar a los "supervivientes" de sus filmes. "Todo giró en torno a ella hasta que un avión hospital, al que so lo consintió en subir en brazos de un enfermero que era como el primo de zumosol, la trasladó a París donde murió". El día que comience el Zinemaldia, el 16 de septiembre, TVE emitirá el último capítulo de la serie, en la que se recoge la memoria de unos 75 testigos, como presentadores, organizadores y hasta del técnico que se comió un bocadillo con Luis Buñuel.