SI por algo sorprendió la última incursión en el Kursaal de Europa Galante, fue sobre todo por las versiones tan mesuradas que Fabio Biondi ofreció de las cuatro suites para orquesta de Juan Sebastian Bach. Y es que a diferencia de cómo hizo sonar Las cuatro estaciones de Vivaldi o los conciertos de autores como Corelli o Locatelli, hace más de un lustro, es decir a base de grandes golpes de efecto, con acentos súper marcados o exagerados ritardandi, en esta ocasión no hubo lugar para pirotecnia alguna, más bien la hubo para el virtuosismo, pero planteado de manera ordenada, mesurada, bien medida, dejando que cada instrumento destacase en su justo momento, con el apoyo del conjunto instrumental.
Biondi dirigió como es habitual en él, tocando el violín, y creando el suficiente entendimiento con el resto del conjunto. Su visión de las cuatro suites para orquesta, aún así, no dejó de sorprender por otros factores, uno de ellos la enorme capacidad por hacer que cada una de ellas sonase distinta, demostrando una entidad sonora propia, a pesar del uso del tempo en ocasiones muy presto -la Ouverture y Air de la Suite en Re Mayor BWV 1068 por ejemplo-, pero sin hacer que ello molestase, y más bien supusiera un aliciente para disfrutar del virtuosismo de algunos instrumentos. El mayor ejemplo fue el trabajo realizado por el flauta solista a lo largo de la Suite en si menor BWV 1067, que tocó ofreciendo una destreza total.
No faltaron frases redondas, golpes a base de algún súbito piano, acentos marcados en su justa medida, ritardandi a final de cada movimiento, llamativos reguladores -el caso de la Badinerie final de la Suite en si menor BWV 1067 fue uno de los más notorios-, así como un sonido realmente compacto y homogéneo -en la Ouverture de la Suite en Re Mayor BWV 1069-, que lograron realzar la belleza de las obras. Los factores citados hicieron que las suites de Biondi huyeran de las versiones tan románticas y fuera de estilo que durante tantos años nos han acompañado, con un sonido diferente, fruto de la labor de investigación que el músico siciliano lleva a cabo con el fin de la búsqueda de aquello que supuestamente fue en un tiempo.
En cualquier caso, Europa Galante volvió a mostrar que a pesar de las versiones que Biondi desee ofrecer, hay algo en ese conjunto innegable, y no es otra cosa que la gran calidad que sus músicos ofrecen, virtuosos en toda regla, y eso es algo con lo que siempre merece la pena poder disfrutar.