La enorme competencia que hay en el mundo de la restauración lleva a muchos locales a innovar ya sea en la decoración, en el servicio, en los ingredientes o en la forma de cocinarlos. Entre las novedades que se han implementado en los últimos tiempos se encuentra la cocina en directo, en la que es el propio comensal el que termina la preparación de un plato como parte del espectáculo culinario. Pero al tratarse de personas que no son profesionales del sector, ese momento de autococinado se les puede ir de las manos.

Cocina en directo

Y nunca mejor dicho, porque es literalmente lo que le sucedió hace unos días a una clienta de un restaurante chino. La mujer pretendía degustar un plato de marisco y para presumir de lo fresco que estaba, el local le permitió que fuera ella misma quien introdujera una galera o gamba mantis en una cazuela con agua hirviendo para cocinarla. La cuestión es que el crustáceo estaba vivo (como garantía de su frescura) y la comensal trató de depositarlo, cogiéndolo por sus antenas, en el recipiente, en el que había otras piezas de marisco ya sin vida.

La gamba lucha por su vida

Pero la galera debió de notar el calor extremo y trató de luchar por su vida, y logró escapar de la cazuela con el agua hirviendo, revolviéndose por los huecos que había entre los platos colocados en la mesa. La mujer parecía que se lo tomaba con humor al principio e intentó volver a sujetar al animal con la ayuda de dos palillos. Complicada misión que no acabó nada bien para ella, ya que lo único que consiguió es que la gamba se aferrara a su brazo derecho y le produjera un enorme dolor. Así se puede apreciar en sus gritos y sus gestos de angustia, que acababan en llanto tras casi un minuto en el que un trabajador del restaurante trataba de desenganchar al crustáceo de de su brazo, que necesitó atención para curar las heridas producidas por la galera.

El animal más fuerte del mundo

Podría parecer una reacción un tanto exagerada, pero hay que saber que la gamba mantis (llamada así por su parecido con la mantis religiosa) está considerada el animal más fuerte del mundo pese a su pequeño tamaño, apenas doce centímetros. Se calcula que puede mover sus antebrazos a velocidades que superan los 80 kilómetros por hora y pueden ser más rígidas que el metal. Su fuerza le permite utilizar sus codos como puños para abrir las conchas de sus presas para alimentarse e incluso es capaz de romper el cristal de un acuario si acaba en uno de ellos.

Un ejemplar de galera.

Un ejemplar de galera. Daderot