El Consistorio de Arrasate ha alcanzado un acuerdo con la Orden Franciscana para adquirir la iglesia de San Francisco, cerrada al culto desde comienzos de 2019, junto con las dependencias anexas que sirvieron como residencia de los religiosos. La operación de compra, que supondrá un desembolso de 371.000 euros a las arcas municipales, permitirá destinar el inmueble, de carácter patrimonial, a actividades culturales e integrarlo en las instalaciones de Kulturate, y se contempla también la opción de habilitarlo para ceremonias fúnebres civiles.
La adquisición incluirá el templo, que ocupa 1.225 metros cuadrados, junto con las viviendas y locales situados en la parte trasera, de 360 m², lo que suma una superficie total de 1.585 m². La firma del contrato de compraventa está prevista para inicios de 2026, momento en que la iglesia pasará a integrarse en el patrimonio del Ayuntamiento, completando, de este modo, la titularidad del edificio en su conjunto. Las instalaciones adyacentes del antiguo convento son de propiedad municipal desde hace más de dos décadas, circunstancia que permitió inaugurar en 2007 Kulturate como casa de cultura.
El Gobierno municipal ha dado a conocer este martes la noticia, que la alcaldesa Maider Morras califica como “un gran paso adelante para poner en manos de las y los arrasatearras una propiedad privada, ofreciendo la posibilidad de utilizar un espacio vinculado a la religión de manera laica”. Morras ha agradecido, asimismo, la "buena disposición" de la comunidad franciscana para cerrar el acuerdo.
Obras de adecuación entre 2026 y 2027
La prioridad, según explica la primera edil, será dotar a la iglesia de un uso cultural. “Actualmente tenemos en marcha muchos proyectos urbanísticos y no prevemos realizar grandes obras en el templo. No obstante, podrá acoger actividades culturales y, por tanto, pasará a formar parte del funcionamiento de Kulturate", precisa. Para ello, el Consistorio deberá llevar a cabo diversas obras de adecuación: adaptar técnicamente el espacio, definir su nuevo uso y proteger los elementos de carácter religioso, como el retablo. Estos trabajos, según avanza el Gobierno arrasatearra, están previsto que se lleven a cabo “entre 2026 y 2027”. Además, será a principios del próximo año cuando se formalice la compra con los franciscanos y, entonces, la iglesia pasará oficialmente a ser de propiedad pública.
Funerales civiles, antes de finalizar la legislatura
Las instalaciones abren, a su vez, las puertas a otras funciones y alternativas, como la celebración de funerales civiles. “Es una oportunidad excelente, ya que Arrasate no dispone de un espacio cerrado y digno para este tipo de ceremonias”, indica la alcaldesa. “Requeriría un estudio profundo, compatible con las actividades culturales, y la elaboración de una normativa de uso. Por ello, no prevemos que pueda ponerse en marcha de inmediato, pero sí esperamos que, antes de finalizar el mandato, este derecho esté al alcance de toda la ciudadanía”, insiste la regidora arrasatearra.
Advierte, además, que, debido a su condición de bien cultural protegido, cualquier intervención u obra en el edificio "deberá cumplir condiciones muy estrictas", y que en los próximos años "se definirá cómo adaptarlo, garantizando siempre su uso público".
Misas hasta 2019
Construida en el siglo XVII en estilo herreriano gracias a la aportación económica de Juan de Araoz Uriarte, la iglesia de San Francisco albergó un convento y un centro educativo dirigido por la Orden Franciscana. La comunidad tuvo que abandonar el complejo en 1840 tras la desamortización de Mendizábal, que supuso la expropiación los bienes del clero, aunque retomó la actividad religiosa en 1954. Cincuenta y cinco años después, en 2009, los tres últimos frailes franciscanos se trasladaron a Oñati y Tolosa, si bien el templo continuó acogiendo misas y funerales (entre 2016 y 2018 bajo la gestión de la parroquia de San Juan a través de un convenio que expiró a finales de 2019).
Kulturate inició su andadura en 2007, y casi dos décadas después, la única pieza que aún no pertenecía al Ayuntamiento pasará el próximo año a ser de dominio público, consolidando todo el inmueble en su conjunto como espacio cultural.