El Kiel se ha sentado en el diván europeo de la mejor manera posible tras derrotar al Magdeburgo en el duelo del tercer puesto (32-28). Sobrepuesto a las críticas recibidas tras la contundente eliminación de las semifinales, el equipo de Filip Jicha ha ejecutado una gran primera parte que le ha servido para subirse al tercer cajón de la Champions League 2023/2024.

Dos de los clásicos del balonmano alemán se enfrentaban por primera vez en su historia en competición europea en una cita por el tercer puesto en la que a pocos gusta verse. En el caso del Magdeburgo, porque era uno de los grandes favoritos al cetro tras ganar Liga, Copa y Super Globe; en el caso del Kiel, porque llegaba a la cita tras una pésima actuación contra el Barça, que ha motivado una lluvia de críticas contra la dirección deportiva del club, el entrenador y los dos porteros.

El valor de una portería de talla mundial

Colonia es mal lugar para descubrir el valor de una portería, porque para aspirar a la gloria del Lanxess no vale contar con dos buenos porteros: la fórmula habitual exige presentarse en la Final Four con al menos un guardameta de talla mundial. Desde la salida de Niklas Landin, el Kiel no ha contado con al menos uno de esa categoría. La semifinal del sábado dejó en evidencia la retaguardia del Kiel: el checo Tomas Mrkva firmó contra el Barça un acierto del 19% y Samir Bellahcene, un pírrico 7%.

En el duelo por el tercer puesto del domingo, Mrkva ha resultado un pilar fundamental para entender la reacción encorajinada del Kiel, que vapuleaba al Magdeburgo 23-14 al descanso. Y en la segunda parte, una parada del portero checo a un siete metros a falta de 12 minutos (hubiera sido el 27-24) y el posterior gol de Magnus Landin —una de las buenas noticias de la tarde para las zebras— ha dejado resuelto un partido que ha ofrecido un cierre más disputado que el que se intuía apenas media hora antes, enbuena medida gracias a una buena actuación del portero navarro del Magdeburgo, Sergey Hernández, durante la segunda parte.

El Kiel logra así un triunfo (32-28) que no resuelve su crisis, pero al menos evita que salga de Colonia con la herida más sangrante. Superado esta temporada en la Bundesliga por el propio Magdeburgo, así como por Füchse Berlin y Flensburg, el clásico del balonmano alemán está ahora mismo fuera de la próxima Champions e inmerso en tiempos de reflexión.