Las directivas europeas sobre economía circular bajo la máxima del "quien contamina, paga", han abierto el melón de las tasas de basuras, un tributo municipal que varía sobremanera de una localidad a otra, tanto en su cuantía como en la forma de cobro, y que de cara a 2025 subirá una media cercana al 30% en Gipuzkoa. Lo hará de forma desigual, e incluso es posible que haya pueblos en los que la subida se limite, como venía siendo habitual, al IPC o poco más. Sin embargo, en otros lugares pagarán hasta un 50% más.

Pocos se libran, si es que hay algún municipio, pero es cierto que la tasa municipal de basuras sólo subirá un 8,5% en Elgoibar, un caso que podría considerarse excepcional en un contexto en el que la mayoría de los municipios vascos verán incrementadas las tasas municipales de gestión de residuos sólidos urbanos en cifras de dos dígitos.

El alza será del 50% en Lezo, del 45% en Oiartzun, del 40% Villabona y Lasarte-Oria, del 38% en Arrasate, del 35% en Tolosa, del 29% en Bergara, del 11% en Aretxabaleta, del 10% en Beasain y del 8,5% en Elgoibar, por citar algunos ejemplos.

En Donostia, la capital, la subida será del 26,54%. No parece nada si lo comparamos con el 85% de Gasteiz, pero es que en la capital alavesa a día de hoy pagan casi cuatro veces menos que en Donostia, cuya tasa ya es una de las más caras. En la actualidad se pagan unos 210 euros al año por hogar y con este aumento de más de 55 euros la cuenta subirá hasta los 266 prácticamente. Es el doble de lo que pagan en Villabona, donde pasarán de los 100 a los 140 euros al año. Se trata de un tema complejo, con casuísticas muy diferentes.

Cada guipuzcoano genera una media de 427 kilos de residuos sólidos urbanos al año y en un hogar medio viven unas tres personas

 Detrás de este nuevo golpe a la cartera de los hogares está una directiva europea aprobada por la Comisión Europea en 2018 y la Ley estatal de residuos y suelos contaminados para una economía circular, aprobada por el gobierno español en 2022, y que establecía desde entonces un plazo máximo de tres años para la aplicación de la misma. Este plazo expira el 10 de abril de 2025, por lo que todos los ayuntamientos del Estado español han tenido que apresurarse en incorporar esta nueva obligación en las respectivas ordenanzas de tributos fiscales aprobadas entre septiembre y octubre.

Recogida y tratamiento

Ambas siguen el principio de "quien contamina, paga", por lo que establecen que el gasto de la gestión y tratamiento de los residuos debe recaer en la persona usuaria que los genera. Y hasta la fecha, los ayuntamientos han hecho de colchón para amortiguar el coste de la recogida y tratamiento de las basuras a sus ciudadanos.

Los ayuntamientos tienen que repercutir en tasa a sus vecinos el coste total de la recogida y el tratamiento de los residuos que generan

La consecuencia es inmediata y desde el próximo 1 de enero, seremos los ciudadanos quienes paguemos mediante esta tasa el coste exacto de la gestión integral de todos los residuos sólidos urbanos que generemos y su tratamiento en las diferentes plantas de Gipuzkoa. Es decir, los ayuntamientos deberán repercutir a las familias el precio total de la factura que le emita su respectiva mancomunidad. Hasta ahora, la tasa cubría sólo una parte, y el resto se cubría del presupuesto general.

El servicio de basuras no es un servicio caro en sí, si lo vemos en perspectiva. Hay que tener en cuenta que el hecho imputable por este tributo no es sólo la recogida de nuestros restos, sino también su tratamiento en las plantas de gestión de residuos del territorio. Y si tenemos en cuenta además que cada guipuzcoano genera de media cada año un total de 427 kilos de residuos sólidos urbano, de los que 183,87 kilos siguen yendo, de uno u otro modo, a la fracción resto, se aprecia mejor el coste que ello conlleva.

Pero lo cierto es que las tasas municipales correspondientes sí que están alcanzando niveles que pican el bolsillo, mientras hace pocos años pasaban casi inadvertidas. 

Donostia, una de las tasas más caras, paga ya 210 euros y subirá a 265 (+26,5%), mientras que en Villabona pasarán de 100 a 140 (+40%)

En definitiva, si en un hogar medio en el que conviven tres personas generamos cerca de 1.300 kilos de residuos al año, pagamos por ello a día de alrededor de unos 130 euros al año. Lo inquietante son las diferencias que debemos abonar según donde residamos. 

Por ejemplo, hoy en día, un hogar paga 210 euros en Donostia y ahora pasará a abonar 265; hasta hoy un hogar de Beasain paga 127 euros al año y subirá hasta 139,70 (10% más); y en Villabona la cuenta subirá de 100 a 140 (40% más), por poner algunos ejemplos.

El caso de Gasteiz es paradigmático. Registra la subida porcentual más alta de Euskadi, un 85%, pero la realidad es que la tasa sube de 56 euros a 104 y seguirá siendo mucho más baja que la mayoría de municipios de Gipuzkoa. En Bilbao, la subida es del 10% y pasarán a pagar de 132 euros al año a 135.

Las cuentas claras

El proceder de los ayuntamientos en cuanto a la comunicación de esta dura realidad es distinta. Si bien muchos de ellos especifican en su páginas web el alza exacta de cada uno de los tributos municipales como pueden ser el de residuos sólidos urbanos, del agua, el de bienes inmuebles, vehículos sobre vehículos de tracción mecánica o el de actividades económicas; otros se ha limitado a calcular el aumento medio de todos esos tributos, que se sitúa entre el 3% y el 4% en términos generales, sin precisar cuánto subirán las basuras.

No es fácil de explicar, porque la subida se producirá de golpe. Pero el Ayuntamiento de Villabona ha sido uno de los más claros y transparentes al explicar la realidad a sus ciudadanos y ciudadanas, que verán aumentado su recibo en un 40%. De 100 euros a 140. 

En este caso, el Ayuntamiento explica que en 2024 abonará a la Mancomunidad de Tolosaldea más de 454.000 euros por la recogida, gestión y tratamiento de los residuos de la localidad. En cambio, con las tasas actuales de residuos, sólo recauda 340.000 euros. Es decir, el 75% del coste total del servicio. Los 114.000 euros restantes para cubrir todo el coste los desembolsa el Ayuntamiento mediante sus presupuestos. En cambio, en 2025, deberá percibir la cantidad íntegra mediante la subida de tasas a la ciudadanía.

Según precisa, ello supondrá un “incremento de unos 10 euros al trimestre, y unos 40 euros al año y por hogar. La tasa de residuos que pagan los locales industriales, supermercados y entidades bancarias se verá incrementada en un 60%”, explica. El Gobierno municipal en este caso mostró su pesar por esta “importante subida” y anunció que ampliará las subvenciones municipales para evitar que empeore la situación de las personas vulnerables de Amasa-Villabona.

También ha sido claro el Ayuntamiento de Donostia: "El déficit del servicio en la actualidad es de 5,5 millones de euros y será más alto al final del ejercicio" y “lo que nos pide Europa es que repercutamos el coste del mismo en base a los residuos que cada persona usuaria genera, algo que desde el Ayuntamiento venimos haciendo a través del control del consumo de agua".

Más diferencias: el reciclaje

Las diferencias en la recogida de basuras de Gipuzkoa no sólo se reflejan en la factura, sino que muestran otra realidad bien diferenciada en cuanto a las tasas de reciclaje. 

Gipuzkoa es un territorio de referencia, líder en tasas de recogida selectiva a nivel estatal. El territorio ha pasado de separar en origen el 43,7% de sus residuos en 2014 al 57,16% actual tras tocar techo en 2021 (58,07%). 

Sin embargo, las diferencias entre unos municipios y otros son abismales, con tasas que superan el 80% en algunos casos y rondan apenas el 40% en otros. Por comarcas, Goierri (76%) y Debagoiena (71%) están a la cabeza, mientras que San Markos, que engloba a Donostialdea y el 43% de la población de Gipuzkoa, apenas ronda el 50%.