Goierri es la única comarca guipuzcoana que marcó una cifra récord de recogida selectiva de residuos el pasado 2023 en un contexto de estancamiento de las cifras de reciclaje, que caen por segundo consecutivo en Gipuzkoa y se sitúan en niveles de 2019. Así lo muestran las cifras recopiladas por las mancomunidades y el consorcio GHK (Gipuzkoako Hondakinen Kudeaketa) sobre la gestión de los residuos sólidos urbanos y recientemente publicadas por la Diputación de Gipuzkoa.

En todo caso, parece que se agota el impulso que nos ha llevado de separar en origen un 43,7% de nuestros residuos en 2014 a un 57,16% en la actualidad. En 2021 tocamos techo (58,07%), en 2022 tuvimos un aviso (57,39%), con la primera caída en ocho años; y en 2023 la historia se repite y caemos al 57,16%.

El pasado año, los guipuzcoanos separamos en sus respectivos contenedores y cubos, el 57,16% de todos los residuos generados en hogares y comercios: 244,38 kilos de residuos al año de media por habitante debidamente clasificados, mientras que arrojamos a la incineradora otros 183,17 kilos por barba, el 42,84% de los 427,55 kilos de residuos que generamos al año cada uno.

Gipuzkoa ha pasado de separar en origen el 43,7% de sus residuos en 2014 al 57,16% actual, pero tocó techo en 2021 (58,07%)

La caída del reciclaje en Gipuzkoa podría explicarse por sí sola con el importante retroceso experimentado en los últimos años en la comarca de Debagoiena, que hasta 2022 era líder en clasificación de residuos, pero el estancamiento general de las cifras apunta a otros factores más complejos. 

Los municipios de Debagoiena llegaron a alcanzar en 2019 una tasa de recogida selectiva que aún marca el récord en Gipuzkoa: el 77,18% de los residuos separados en origen. Pero en cuatro años ha caído hasta el 71,4%. Son más de dos puntos porcentuales menos que en 2022 (73,6%) y casi cuatro respecto a 2021 (75%).

No se libra ningún municipio de la comarca. En el último año, las caídas han sido generalizadas en todos los pueblos de Debagoiena, pero especialmente duras (cercanas al 3%), en Antzuola, Aretxabaleta, Arrasate, Eskoriatza y Oñati. Estos datos han hecho que la mancomunidad, que sigue manteniendo unas tasas modélicas, haya dejado al frente de las tasas de reciclaje a Goierri. 

En el caso de Goierri ya hemos mencionado que en 2023 marcó su propio récord, pero sus datos se mantienen casi idénticos en los últimos años: estancados.

Las otras comarcas que mejoran respecto a 2022 son Urola Erdia (de 66,88% a 67,22%), aunque se queda lejos de recuperar el terreno perdido desde 2021 (70,42%). Y mejoran muy ligeramente también las dos cenicientas, la mancomunidad de San Markos (40,6%); y la de Txingudi (50,96%), que siguen en cifras muy por debajo de la media.

Precisamente, las dos áreas más pobladas del territorio, son las que registran peores datos de recogida selectiva, lo que lastra en buena medida el dato general de una Gipuzkoa partida en dos en este aspecto. Una Gipuzkoa (Debagoiena, Urola Erdia, Urola Kosta, Tolosaldea y Goierri) que recicla más de dos tercios de sus residuos. Y otra, la más poblada, que se pelea con la barrera del 50%.

Los contrastes de San Markos

La mancomunidad de San Markos merece un capítulo aparte. Engloba a más de 318.000 habitantes, más del 43% del total del territorio, y no llega a separar por materia ni siquiera la mitad de los residuos domésticos que genera, aunque sí superó esa barrera en 2021.

San Markos es la mancomunidad menos homogénea y muestra grandes diferencias entre municipios. Sus pobres cifras de reciclaje las marca principalmente Donostia, con un 41% de tasa de recogida selectiva (la más baja de Gipuzkoa), mientras que en el polo puesto se encuentra Usurbil, con poco más de 6.100 habitantes y su sistema de puerta a puerta, que se sitúa en el top 10 de municipios con mejor tasa, un 84%, pese a que en el último año ha perdido casi un punto porcentual. 

Debagoiena ha caído del 77% al 71% en tasas recogida selectiva en cuatro años y ha cedido el liderato a Goierri (76,13%)

Pero en San Markos conviven también otras realidades de contraste. Están en cifras modestas Pasaia (47,4%), Lasarte-Oria (47,58%), Errenteria (56,8%, pero muy por encima de la media otras como Urnieta (70%), Astigarraga (74%) o Hernani (77%).

También en cifras pobres, pero homogéneas entre sus municipios, se encuentra la mancomunidad de Txingudi, que engloba a dos importantes núcleos urbanos como Irun y Hondarribia y suma 80.0000 habitantes. El porcentaje de separación de residuos en origen allí se sitúa al borde del 51% después de caer considerablemente desde 2019 (52,72%).

Preocupante también la bajada próxima al 1% en Debabarrena, que de las tres mancomunidades que están claramente por debajo de la media de recogida selectiva es la única que empeora sus cifras de 2022 a 2023. 

También bajan Tolosaldea (de 69,08% a 58,91%) y Urola Kosta (65,57% a 64,28%). Tolosaldea cuenta con algunos de los municipios tasas más altas de reciclaje. Destacan Orendain, con un 89%, y Abaltzisketa y Lizartza, con un 86%. La mancomunidad de Sasieta, por su parte, no ofrece el dato por municipios de Goierri, pero varios de sus pueblos están también en el top diez de los que más reciclan.

Orgánico y cartón

Tras la exigua caída en las tasas de recogida selectiva de Gipuzkoa hay datos llamativos. Los retrocesos más importantes se experimentan en los residuos orgánicos y el papel y cartón, que son los que más han bajado. 

Resulta llamativo, como ya lo era el año pasado, que los guipuzcoanos echásemos al contenedor marrón 82,56 kilos por habitante al año antes de la pandemia y ahora sólo arrojemos 74,91. O que hayamos dejado de echar cada uno seis kilos de papel y cartón al contenedor azul, mientras los envases se mantienen en cifras parejas y el resto de residuos aumentan.

Por otro lado, se observa que en las comarcas con menor tasa de recogida selectiva, como es San Markos, los porcentajes de cartón y papel reciclado, así como los de vidrio, están por encima de la media, y son el orgánico y los envases donde peor se hacen los deberes. Justo al contrario de lo que sucede en donde más se recicla: Goierri.

En conclusión, de los 427 kilos de residuos por persona y año que generamos en los hogares del territorio, 183,87 kilos siguen yendo, de uno u otro modo, a la fracción resto. Son casi 136,5 millones de kilos en total. 

Los datos sirven de alerta. La directiva europea fijó el objetivo para 2020 en un 50% de tasa de reciclaje y un 65% para 2035. Comarcas como Goierri y Debagoiena ya superan este último requisito con más de diez años de antelación. En ambas se separa por encima del 70%, pero hay que tener en cuenta que la tasa de reciclaje no es la misma que la tasa de recogida selectiva. Es decir, no todo lo que se separa en origen es reciclable.

De hecho, los técnicos insisten en que en los contenedores de recogida selectiva, “siempre hay una fracción rechazo". Se calcula que habría que restar en torno a 7% porcentuales a la tasa de recogida selectiva para dar con la tasa de reciclaje. Si esto fuese así, en una Gipuzkoa que separa en origen el 57% de sus residuos, estaríamos a día de hoy en torno al 50% de tasa de reciclaje.