La pobreza energética ha aumentado en los últimos años en Gipuzkoa, especialmente tras el primer año de pandemia. Eso es al menos lo que concluye el último informe publicado por la Diputación, que analiza la situación entre los años 2018 y 2020. Ese estudio determina que el 15,1% de los hogares guipuzcoanos, uno de cada seis, gastaba en 2020 más de lo que debería en energía, teniendo en cuenta sus ingresos económicos.

El Estudio sobre la Pobreza Energética en Gipuzkoa 2020 se ha presentado esta mañana, en un acto en el que han comparecido el diputado foral de Medio Ambiente y Obras Hidráulicas, José Ignacio Asensio, y la directora de Medio Ambiente, Mónica Pedreira.

El informe se ha organizado en torno a cuatro indicadores, para poder tener una imagen más completa respecto a la pobreza energética en la actualidad. Dos de ellos están basados en el gasto energético, que son el gasto excesivo respecto a los ingresos económicos y el consumo energético inusualmente bajo. Y es que el gasto medio por vivienda se reduce en un 4,5%, pasando de 1.227 a 1.171 euros, y el umbral de pobreza energética ha disminuido del 8,8 al 7,6%, lo que, a priori, podrían ser datos positivos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el número de hogares guipuzcoanos que gastan demasiado en energía ha aumentado en un 2,4%, hasta el 15,1% del total. 43.700 viviendas que gastaban en 2020 un porcentaje excesivo de sus ingresos económicos en electricidad, gas u otros gases líquidos, lo que coloca a esas familias en "una situación de mayor vulnerabilidad".

Por otro lado, el 6,2% de los hogares de Gipuzkoa, alrededor de 18.100, tienen un consumo de energía especialmente bajo. Aunque es un aspecto que se analiza para identificar pobreza encubierta, es un dato que "puede tener explicaciones alternativas", como es el caso de una mayor eficiencia energética. Es más, el documento admite que el 30% de las viviendas que cumplen esta descripción, algo menos de 5.500, están situadas en la parte alta de la distribución de ingresos.

Los otros dos indicadores objetivos utilizados en el estudio giran en torno a la percepción de los miembros del hogar, como son la incapacidad de mantener la vivienda a una temperatura adecuada y el retraso en los pagos de las facturas de suministros. 22.839 hogares "aseguraron haber pasado frío" en Gipuzkoa en 2020, aunque el porcentaje ha disminuido del 9,4 al 7,8%. En este sentido, Pedreira ha apuntado que la bajada podría deberse a una climatología más suave. A pesar de ello, un 3,1 por ciento de familias, unos 9.200 hogares, afirmaron en 2020 haberse retrasado en el pago de las facturas en algún momento en los doce meses previos.

La directora de Medio Ambiente ha asegurado que la perspectiva general que extraen como conclusión a este estudio es que la evolución de la pobreza energética en el territorio ha sido "algo desfavorable" en el periodo de tiempo analizado, aunque sin que los aumentos en los datos hayan sido "acusados". Además, ha afirmado que el Gobierno foral está "reforzando" dos líneas de trabajo para mejorar esta situación; por un lado, la prevención y la eficiencia energética, a través del programa Gipuzkoa Argitu, y por otro, ayudando a desarrollar comunidades energéticas, que son vecindarios o grupos de ciudadanía que se unen para instalar placas solares y regular su autoconsumo. Estas iniciativas suponen, a efectos prácticos, un ahorro de entre el 20 y el 30% en la factura, según la Diputación, aunque otras voces indican un porcentaje aún mayor.

Asensio también ha puesto el foco en el fomento de las comunidades energéticas del departamento que dirige y ha detallado que hay 30 municipios en el territorio con proyectos de este tipo, ocho de ellos en funcionamiento. El diputado de Medio Ambiente ha abogado por una "verdadera transición energética", que para ser considerada como tal, debe ser "justa, inclusiva y asequible".