- El individuo acusado de dar fuego a un pabellón ocupado en la zona del Infierno de Donostia, en el que murió un hombre y otros dos resultaron gravemente heridos, fue condenado ayer a penas que suman cuarenta años y tres meses de cárcel, informaron a Efe fuentes del caso.

El juicio por este crimen tuvo lugar en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa, entre el 29 de octubre y el 9 de noviembre pasados, y fue la primera vista celebrada por un tribunal del jurado en Euskadi tras el confinamiento decretado el pasado marzo por la pandemia de la COVID-19.

Los hechos ocurrieron la madrugada del 1 de marzo de 2019, cuando el procesado dio fuego con una garrafa de cinco litros de gasolina a una nave ocupada, conocida como "la fábrica", en la zona del Infierno de la capital guipuzcoana, en cuyo interior pernoctaban las tres víctimas.

El cuerpo del fallecido fue localizado "carbonizado" en las escaleras del edificio, del que otro de los perjudicados tuvo que descolgarse desde un balcón para salvar su vida, mientras que un tercero consiguió huir por la puerta principal aunque sufrió graves quemaduras.

Las pesquisas desarrolladas por la Ertzaintza, dadas a conocer por el jefe del grupo de investigación de este cuerpo durante el juicio, fueron determinantes para aclarar los hechos, ya que permitieron reconstruir el recorrido realizado por el encausado desde horas antes de que tuviera lugar el crimen, mediante las grabaciones de distintas cámaras de seguridad de edificios y los transportes públicos que usó para sus desplazamientos.

Una información corroborada además por los movimientos registrados en su tarjeta de transporte y por la señal de los repetidores de telefonía que permitieron ubicar su móvil en los lugares por los que se movió.

De hecho, los investigadores llegaron a contar con unas imágenes de vídeo de las cámaras de seguridad de un supermercado que grabaron al acusado con un bidón de gasolina en la mano a solo 400 metros del edificio al que dio fuego poco después.

Durante el juicio, las acusaciones mantuvieron que el inculpado habría actuado por resentimiento contra el nuevo novio de su excompañera sentimental, en la creencia de que el hombre dormía en el pabellón, si bien este resultó ileso ya que aquella noche no pernoctó en "la fábrica".

La Fiscalía reclamó para el procesado penas que suman 69 años de cárcel por un delito de asesinato consumado y otros tres en grado de tentativa, además de un delito de incendio y otro de amenazas, mientras que la acusación particular, que ejerce la exnovia del acusado, elevó su solicitud por encima de los 70 años de reclusión.

En la vista, el inculpado reconoció los hechos y el jurado popular lo consideró culpable por unanimidad de todos los hechos que se le imputaban, por lo que ahora ha sido condenado a 19 años por un delito de asesinato, a 20 años por tres delitos de asesinato en grado de tentativa, y a un año y tres meses por un delito de amenazas, además de otras penas complementarias.

El tribunal del jurado se mostró disconforme además durante la lectura de su veredicto con la posibilidad de solicitar el indulto para el encausado, cuyo abogado defensor había demandado para su patrocinado una condena de acuerdo "al principio de proporcionalidad", es decir, unas penas mínimas que no llegarían a 30 años de cárcel.

Según las citadas fuentes, la sentencia del caso recoge ahora expresamente que, aunque la condena total suma cuarenta años y tres meses de prisión, el tiempo máximo de internamiento efectivo para el imputado no superará los 30 años.