- Las cámaras de seguridad de un supermercado grabaron al acusado del crimen del Infierno con un bidón de gasolina en la mano a sólo unos 400 metros del edificio quemado, pocas horas antes del incendio que, en marzo de 2019, acabó con la vida de una persona y causó heridas graves a otras dos en Donostia.

La señal de los repetidores de telefonía de la zona ubican asimismo al procesado junto al inmueble siniestrado, conocido como La fábrica, algo más de una hora antes de que se iniciara el fuego, según declaró el jefe del grupo de investigación de la Ertzaintza que investigó los hechos en la tercera sesión del juicio con jurado que se sigue por este crimen en la Audiencia de Gipuzkoa.

El acusado se enfrenta a una petición de penas que suma 69 años de cárcel por incendiar presuntamente una nave ocupada, en la que la madrugada del 1 de marzo de 2019 pernoctaban tres hombres, uno de los cuales murió, mientras que dos resultaron gravemente heridos.

Según la versión de las acusaciones, el procesado habría actuado con la intención de matar al nuevo compañero sentimental de su exnovia, residente en el edificio, si bien la noche de los hechos este hombre no durmió allí como, al parecer, creía el encausado.

La declaración del ertzaina que dirigió las pesquisas del caso centró el interés de la sesión de ayer, durante la que este agente desveló paso por paso el minucioso trabajo policial que concluyó con la captura del sospechoso, gracias a las cámaras de seguridad de distintos organismos e instituciones y la localización del móvil del encausado a través de la señal de varios repetidores.

Este agente explicó cómo inicialmente el equipo de investigación propuso cuatro hipótesis sobre las causas del incendio, si bien pronto descartó las tres primeras, que apuntaban a un origen accidental.

Los agentes supieron también que el día anterior al incendio, el 28 de febrero, el inculpado había comparecido en un juicio por un asunto de violencia machista hacia su excompañera, por lo que hicieron una reconstrucción minuciosa de sus movimientos desde aquel día.

Primero a partir de las cámaras de seguridad del autobús en el que se desplazó desde Bergara para acudir a la vista y, posteriormente, por medio de las imágenes registradas en distintos puntos a lo largo de las siguientes horas.

En la sesión también compareció la compañera sentimental del hombre fallecido quien, alertada, llegó al lugar de los hechos donde su compañero "no tuvo posibilidad ninguna de escapar del infierno".

La víctima que sufrió graves quemaduras al huir del lugar en llamas recordó angustiado cómo logró salir a la calle y que le "faltó muy poco" para morir "achicharrado" si una viga que se desprendió al poco de escapar hubiera caído antes. El juicio se reanudará hoy con nuevos testigos.