- Un tribunal de Moscú condenó ayer al líder opositor Alexéi Navalni a ingresar tres años y medio en prisión por violar repetidamente los términos de una sentencia por fraude de 2014 y la libertad condicional impuesta entonces, por no presentarse a las revisiones judiciales. A esa condena la jueza le restó casi un año por el tiempo que ya pasó en un arresto domiciliario que cumplió en su momento, por lo que la pena efectiva se queda en dos años y ocho meses.

La sala 635 del Tribunal Urbano de Moscú inició la vista del juicio entre fuertes medidas de seguridad y con casi media hora de retraso, y le bastó con apenas diez horas para dictar resolución sobre el caso.

La sentencia puede inflamar la ya alta tensión entre el Kremlin y los seguidores del activista anticorrupción. Las autoridades desplegaron un gran número de antidisturbios en el centro de Moscú y de San Petersburgo, en previsión de que estallen nuevas movilizaciones en apoyo a Navalni.

El fallo satisface la petición del Servicio Penitenciario Federal (SPF) de convertir en real la pena suspendida dictada en el caso de estafa y lavado de dinero a la compañía Yves Rocher Vostok. Los antecedentes de este caso recogen que, en 2014, Alexéi Navalni y su hermano Oleg fueron condenados en un caso de fraude comercial y blanqueo de capitales. Estaban acusados del robo de 26,7 millones de rublos (casi 415.000 euros) de la empresa de perfumería Yves Rocher Vostok, entre otros presuntos delitos.

En caso de Navalni, el fallo judicial establecía una pena suspendida de 3,5 años de prisión. En 2017, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) condenó a Rusia por sentencias “arbitrarias y poco razonables” de los tribunales.

En la sentencia, el tribunal desoyó los argumentos de la defensa, que consideró ilegal la decisión de prolongar un año la libertad condicional hasta finales de 2020.

Además, Navalni denunció que no podía personarse ante las autoridades penitenciarias porque se encontraba en Alemania, primero en coma y después rehabilitándose del intento de asesinato.

Durante la vista el opositor se encaró con la jueza y la fiscal, y en su turno de palabra aseguró: “Por mucho que Putin pretenda ser un gran geopolítico, su principal amargura es que pasará a la historia como un envenenador”.

Tras conocer la sentencia, el opositor, que pasó el juicio haciendo gestos de cariño a su esposa, Yulia Naválnaya, presente en la sala, solo atinó a dedicarle unas palabras. “No estés triste, todo va a salir bien”, remarcó antes de que se lo llevasen de la sala, cuando Naválnaya rompió a llorar. Por su parte, los abogados del opositor adelantaron que recurrirán sentencia.

El Kremlin ha rechazado todas las críticas occidentales a la detención de Navalni y al desproporcionado uso de la fuerza por parte de la policía contra los manifestantes en las protestas del 23 y 31 de enero en apoyo del opositor, en las que fueron detenidas casi 10.000 personas.

La policía, que detuvo ayer a más de 350 personas en las inmediaciones del tribunal, cerró los accesos a la Plaza Roja y reforzó la seguridad en varios lugares de la ciudad en previsión de protestas.

Respuesta dura. El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, advirtió al Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior y Seguridad Común, Josep Borrell, que “dará una respuesta dura” si traslada un mensaje “duro” por parte del bloque sobre el caso del opositor durante su próxima visita oficial al país.

Las partes tienen diez días para recurrir, algo que harán los abogados del acusado: “Por supuesto que vamos a presentar una apelación”, dijo una de las abogadas, Olga Mikhailova, quien añadió que recurrirán también al TEDH.