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Adiós a los apuntes, hola a los problemas

Los alumnos de la Escuela Politécnica Superior de Mondragon Unibertsitatea mostraron ayer los 32 mejores proyectos elaborados con una metodología innovadora: ‘Project Based Learning’. Estudiantes de todos los cursos salen de las aulas para construir prototipos que responden a problemas reales

Adiós a los apuntes, hola a los problemas

resolver problemas de la vida real, en lugar de acumular datos en la mente, parece una buena forma de aprender. Los 1.184 estudiantes de grado y máster de la Escuela Politécnica Superior de Mondragon Unibertsitatea (MU) lo hacen en cada curso. De hecho, los 32 mejores proyectos de este año, uno por cada curso, que aplican esta metodología llamada PBL (Project Based Learning) fueron ayer expuestos en el edificio Orona Ideo de Hernani, en la celebración de la segunda edición del PBL Day.

“Muchas veces la teoría se queda ahí, y con el PBL buscamos que el alumno vea qué cosas prácticas puede hacer con eso que aprende en las asignaturas”, definió ayer Iñaki Velez de Mendizabal, profesor de Informática y de Telecomunicaciones. El objetivo que persigue MU, pionera en esta metodología en el Estado, es que sus alumnos en cada semestre vean cómo confluyen sus asignaturas en un proyecto real. Y para ello, en cada curso dedican un tiempo a elaborar dicha idea: en primero un mes, en segundo seis semanas y en tercero nueve semanas. Así, el proyecto cobra más entidad según avanza el nivel de ingeniería.

Los profesores proponen un problema de ingeniería que afrontar, dependiendo de cada grado y curso. “Los alumnos están muy motivados con sus proyectos, dedican muchas horas y se sienten muy orgullosos”, admitió el profesor. Es por eso que para poner “un broche final” a este esfuerzo, la universidad organizó ayer un concurso dentro del PBL Day en el que participaron los 32 mejores proyectos.

El equipo ganador, que se llevó 1.000 euros, tenía que hacer una turbina eólica “plegable, pequeña y lo más fácil de montar posible para llevarla al monte donde no hay ningún tipo de energía”, explicó Amaia Izcue (18 años, Lorca), alumna de primero del Grado de Ingeniería en Ecotecnologías en Procesos Industriales. “En esos momentos que te puedes perder y quedarte sin batería es muy importante”, destacó su compañera Amaia Narbarte (18 años, Errenteria). Entonces, “lo sacas, le da el aire y puede cargar”, completó Izcue.

Estas dos chicas, junto a Haizea Meoqui (20 años, Elizondo), Telmo Fernandez (18 años, Lezo) y Eneko Landa (19 años, Lezo) tuvieron tres semanas para diseñar este prototipo y desde el principio lo tuvieron claro: la clave está en la ligereza de los materiales. Tan solo pesa 611 gramos y se monta en 24 segundos, unos parámetros que les ha merecido el primer premio del concurso. “Somos de primero y tenemos nuestras limitaciones. Además, es nuestro primer proyecto o sea que nos ha sorprendido mucho ganar”, admitieron estos futuros diseñadores de “parques eólicos y placas solares”.

Inventos con futuro

En segundo lugar quedó un grupo compuesto únicamente por chicas, de tercero de Ingeniería Biomédica. En su caso, debían desarrollar una incubadora de fototerapia. “Hay niños que nacen prematuros y sufren una patología que se llama ictericia neonatal, es decir, que nacen amarillos, con un exceso de bilirrubina”, detalló Saioa García (20 años, Donostia). Cuando estos bebés no pueden excretar ese exceso de bilirrubina, necesitan un tratamiento de fototerapia que se aplica a través de una lámpara de color azul.

Después de investigar y de entrevistarse con personal sanitario, estas chicas decidieron “crear una incubadora cerrada para controlar todos los parámetros del bebé y con la lámpara integrada”, añadió García. Lo especial de este aparato es que la lámpara gira 360 grados alrededor de la incubadora para no tener que mover al bebé. “Otro de los problemas que solucionamos es que tiene voladizo, para poder acercar la incubadora a la cama de la madre y favorecer el contacto”, manifestó Ana Carrasco (20 años, Gasteiz). En el segundo semestre del curso, estas alumnas tratarán de que su proyecto consiga todos los certificados sanitarios.

Por último, destacó el equipo E-Bearings del Máster Universitario en Innovación Empresarial y Dirección de Proyectos. Borja Angulo (23 años, Bilbao), Laura Lago (28 años, La Coruña), María Lopetegui (Zarautz, 25 años) y Carolina Mejía (Bogotá, 29 años) han desarrollado un planteamiento de I+D+i para la empresa Lau Lagun, que fabrica grandes rodamientos para el sector eólico. “Habiendo analizado el mercado y la adaptabilidad de la empresa, hicimos un rodamiento inteligente que responde a las demandas del sector”, indicó Angulo. Consta de tres sensores para analizar los tres grandes problemas de los rodamientos: la lubricación inadecuada, las sobrecargas y la contaminación de agua.