El mercado de los coches de segunda mano lleva ya un tiempo al alza. Comprarse un vehículo usado se presenta en este momento como una buena alternativa frente a un coche nuevo, aunque el crecimiento de la demanda está provocando una importante subida de precios.

La crisis de los semiconductores ha provocado un retraso en las entrega de los vehículos, lo que ha abonado el terreno para la compra de vehículos de ocasión, especialmente por parte de quienes necesitan el vehículo con urgencia y no pueden esperar mucho tiempo.

Además, la subida del impuesto de matriculación también invita a comprar un coche usado. Encarecerá el precio de los coches nuevos entre 500 y 1.000 euros. Se calcula que un 40% de los vehículos nuevos se verán afectados por esa subida, al incluirse en este grupo a aquellos que estaban exentos y que, desde el 1 de enero de 2022, tienen que pagarlo por superar los 121 g/km de CO2.

Nueva ley más favorable al consumidor

Otro argumento de peso es la entrada en vigor del Real Decreto-Ley 7/2021, que entre otros ámbitos traspone las directivas de la Unión Europea en materia de defensa de los consumidores y, desde el 1 de enero de 2022, amplía el plazo de la garantía que disfrutan los conductores que hayan adquirido un vehículo de segunda mano.

Entre particulares, la garantía ahora cubre un año, siempre que no se especifique explícitamente lo contrario en el contrato. Ambas partes pueden acordar menos tiempo, pero nunca menos de seis meses.

En el caso de concesionarios, la garantía se amplía hasta dos años aunque, de nuevo, ambas partes pueden establecer un periodo menor, nunca inferior a un año. También debe quedar por escrito el tiempo acordado porque si no se aplicaran los 24 meses por defecto.

La ampliación de la garantía es un logro importante, sin embargo, lo más relevante que introduce esta ley es que, durante esos primeros doce meses, cualquier avería que surja se considera que ya existía en el momento de la compra del coche, por lo que el vendedor deberá hacerse cargo de su reparación o abonar un dinero en concepto de “reducción proporcionada del precio”, salvo que pueda demostrar lo contrario.

Hasta ahora, la normativa solo exigía un período de 6 meses de reclamaciones por averías tras la compra de un vehículo de segunda mano. Sin embargo, ahora esa garantía se amplía hasta los 12 meses, siempre que el contrato no especifique otra cosa. Los acuerdos verbales ya no tendrán ninguna validez.

La nueva ley, por tanto, supone un plus de tranquilidad para el comprador ya que si el vehículo presenta una avería, defecto o fallo en los 12 meses siguientes a la compra, y este no venía reflejado ni firmado en el contrato de compraventa, el vendedor está obligado a pagar la reparación completa.

Hasta el año pasado, el comprador era quien tenía que demostrar que la avería del vehículo se había producido como consecuencia de un defecto anterior, algo que muchas veces era misión imposible. Esto le llevaba a una situación de desamparo legal ante estos defectos que habían sido ocultados por el vendedor en el momento de la compra.

Esta normativa, por tanto, incluiría ya desde averías en baterías, amortiguadores, frenos, motor, y cualquier elemento prácticamente del vehículo.

Una mayor garantía para los usuarios siempre es una buena noticia. Pero, como en todo, siempre hay una cara y una cruz. En este caso, la cruz es que los precios de los vehículos de segunda mano se han disparado entre un 10 y un 20%, precisamente para poder hacer frente a estas posibles reparaciones posteriores.