Este 2023 el mercado inmobiliario permanecerá “más estable”. Así lo considera Iñigo Garaicoechea, CEO de Araxes Inmobiliaria, que repasa los últimos datos del sector para poder analizar cómo evolucionará en un plazo próximo.

Durante la crisis inmobiliaria de 2014 se produjo una caída de precios de un 35% a nivel de Gipuzkoa y Donostia, según explica Garaicoechea. “A partir de entonces, el mercado ha ido creciendo y los precios moderadamente creciendo al alza hasta recuperar casi en el año 2022 los precios de 2007”, afirma.

De hecho, las ventas se han recuperado a nivel nacional con cifras récord de 719.000 viviendas vendidas. “En el 2022 el crecimiento fue del 6% respecto al 2021 y ha habido un incremento de las hipotecas concedidas de un 2,8%”, comenta.

Sin embargo, tal como explica el CEO de Araxes, a finales de 2022 hubo una corrección y el volumen de ventas ha sido un 17% menor que el año anterior. “Lo que significa es que hay una moderación del mercado, del ritmo de ventas, hay un ajuste”. El experto entiende que veníamos de una situación excepcional con la bajada los tipos de interés o la crisis del COVID que provocó una demanda adicional del tipo de inmueble, reactivando así el mercado. “Y esto nos ha llevado a este boom que ahora se está frenando pero no estamos atravesando una situación crítica sino de estabilidad”.

“Esto nos ha llevado a este boom que ahora se está frenando pero no estamos atravesando una situación crítica sino de estabilidad”

Para Garaicoechea, es verdad que hay muchas viviendas que están pidiendo precios por encima de su valor pero “precisamente esta estabilidad está haciendo que se ajusten a su valor real”. Y concluye: “Nos espera un año de más tranquilidad, de menos volumen de ventas, pero al fin y al cabo el mercado seguirá fluyendo”.

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