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Gipuzkoa, ‘territorio comanche’ para los parques eólicos

El Gobierno Vasco asume ya que la mayoría de los 13 proyectos presentados desde 2021 no saldrán adelante: de momento, han caído cuatro y varios renquean

Gipuzkoa, ‘territorio comanche’ para los parques eólicosStatkraft

El 11 de octubre de 2022 se producía un hecho insólito en Gipuzkoa, un territorio que desde un año antes ya venía escuchando cantos de sirena y propuestas atrevidas que no entraban en el imaginario de muchos guipuzcoanos: la posibilidad de ver funcionando molinos eólicos de grandes dimensiones en nuestros montes. Con ese horizonte, se presentaron en Azpeitia responsables de la principal empresa productora de energías renovables de Europa: Statkraft; en un salón repleto en el que se debatió y se expuso durante tres horas. Dura plaza de torear. No han pasado ni tres años y aquel ambicioso proyecto de Piaspe, emblema del futuro que pretendía instalar cinco molinos eólicos en montes de Azpeitia, Zestoa y Errezil, ya es historia

La de los eólicos es una iniciativa compleja en Gipuzkoa. Rara vez el impulso de proyectos de semejante envergadura ha concitado tanto acuerdo político de máximo nivel. El arco parlamentario vasco y guipuzcoano casi al completo defiende el impulso de las energías renovables en general y la energía eólica en particular. PNV y EH Bildu de acuerdo en una cuestión capital. Pero ni así.

La disensión se ha instalado en el seno de ambas formaciones a nivel local y municipal, y los ayuntamientos, forzados por el impulso de muchos de sus ciudadanos, se han convertido en uno de los principales obstáculos para el desarrollo de los proyectos.

“Si este monte (Sañu) tiene 616 metros de altitud, ¿cómo vas a construir una torre de 200 metros de altura?”

Itxaso Agirre . Ganadera de Azpeitia

En un espacio de menos de cuatro años, se han presentado en Gipuzkoa 13 proyectos distintos para la construcción de parques eólicos. Cuatro de ellos ya han sido rechazados por la Administración debido a cuestiones técnicas o anulados por los propios promotores.

Quedan nueve en tramitación, compleja y larga; proyectos vivos todavía, pero la realidad es que algunos de ellos se solapan entre ellos y otros renquean, hasta el punto de que el propio Gobierno Vasco, impulsor de la estrategia de renovables y de la energía eólica en Euskadi, asume que la mayoría no saldrán adelante.

Los sopapos vienen de todas partes, con declaraciones ambientales negativas por parte del Gobierno Vasco, incluso en espacios que se hallan fuera de la zona protegida de la Red Natura, pero que sí han sido rechazados por su impacto ambiental. Como ha sucedido en Piaspe.

Oposición activa

Itxaso Agirre es uno de los rostros de la oposición al proyecto de Piaspe. Oposición cimentada desde la base hacia arriba, desde el monte y la calle y los vecinos, hasta hacer insoportable la presión y lograr lo que nadie pensaba. 

Itxaso Agirre

Es ganadera y productora de queso Idiazabal con la marca Premietxeberri. Las 150 hectáreas de monte que tienen alrededor de su explotación son el día a día de sus oveja latxa y vacas Limousin y no quieren oír hablar de parques eólicos en sus alrededores. El molino más cercano de Piaspe le quedaba a unos 600 metros en línea recta, aunque no lo iban a ver apenas. Pero a otro caserío cercano, la sombra oscilante de las aspas le entraría de lleno por la ventana de la cocina. “Lo tenían enfrente”.

Agirre se ha entregado en cuerpo y alma a las movilizaciones contra el parque eólico de Piaspe, junto con los vecinos y vecinas de los barrios de Odria y también Lasao, en Azpeitia; Txillarramendi o Erdoizta en Errezil; Y Aizarna y Akua en Zestoa. Los de Odria y Txillarramendi crearon su propia asociación vecinal y pelearon contra viento y marea. 

Una lucha que, “en el día a día, nos ha quitado mucho tiempo; estamos cansados. Pero yo sí querría subrayar públicamente que nosotros, que parece que no somos nada ni nadie ante una multinacional, hemos conseguido pararlo. Y querría enviar ese mensaje. Que la gente sepa, que cuesta enfrentarse a un gigante, pero que tú tienes unos derechos sobre tus terrenos, y que se puede conseguir”, señala.

Entre 2021 y 2025 se han presentado trece proyectos distintos para construir parques eólicos en Gipuzkoa. Cuatro han decaído ya, otros dos son excluyentes.

“En los momentos difíciles”, recuerda, cuando creían que todo estaba atado y el parque eólico se iba a construir sí o sí, se decía a sí mismo: “Aún no está hecho y vamos a intentarlo con todo”. 

Statkraft se puso en contacto con ellos antes de conocerse su intención de hacer un parque eólico. Querían instalar medidores de viento en sus terrenos. No les dijeron con qué fin. Dijeron que no. Luego se dio a conocer el proyecto y admite que “la presión aumentó”. Cuando supo que iban a ser cinco molinos de semejante tamaño, asegura que “eso ya nos chocó”: “Si este monte (Sañu) tiene 616 metros de altitud, ¿cómo vas a construir una torre de 200 metros de altura?”.

Lo que más recuerda es cuando a principios de agosto recibió la llamada de una persona cercana informándole de que el proyecto decaía al no superar la Declaración de Impacto Ambiental: “No se me olvida. Primero no me lo creía. Y lo terminamos con una buena borrachera, la más grande de los últimos tiempos, aunque yo creo que fue más emocional que otra cosa. Hicimos una celebración en el barrio. Nuestra tierra no está preparada para instalaciones así”, reflexiona.

Eólicas en Euskadi

  • Origen y proyección. En Euskadi, hubo proyectos pilotos en Karrantza (Bizkaia) en 1984, pero el primer paso hacia la instalación de parques eólicos se produjo en 1996, cuando el Ente Vasco de Energía (EVE) e Iberdrola Renovables crearon una empresa participada al 50%: Eólicas Euskadi (propiedad exclusivamente de Iberdrola desde 2007). Es la sociedad que promovió los cuatro parques que hoy funcionan en la CAV.
  • Más de 20 años en Gipuzkoa. A día de hoy, además del parque de Elgea-Urkilla, en la muga entre Gipuzkoa y Araba (es el más grande de Euskadi, con 78 aerogeneradores y se puso en marcha en dos fases, entre 2000 y 2003), existen parques eólicos en el monte Oiz y la sierra de Badaia, que separa el valle de Kuartango de la Llanada Alavesa y funciona con 30 erogeneradores desde noviembre de 2005. Adicionalmente, Euskadi cuenta con más de 200 instalaciones de pequeña potencia repartidas por toda la geografía.
  • Energía eólica. La producción eléctrica media anual con (350 GWh) supone en torno al 6-7% del aprovechamiento energético vasco con energías renovables.

No es el único proyecto que se le ha caído a Statkraft, que ha picado en hueso en nuestro territorio, y este año también ha visto cómo se le va al traste el que preveía construir entre Eskoriatza y Aramaio (Itsaraz), con una inversión prevista de 60 millones de euros para instalar una decena de aerogeneradores. Entre los dos proyectos que se le han ido a pique en Gipuzkoa a Statkraft se preveía proveer de energía a 68.000 hogares.

El problema es de fondo y complejo. Gipuzkoa es un territorio muy antropizado, con muchas explotaciones agrarias, caseríos, núcleos urbanos y barrios en zonas de monte y una sensibilidad hacia el territorio y la naturaleza especiales que se alimentan y potencian desde grupos activistas con una importante capacidad de organización y movilización. 

Han tenido tiempo, porque los primeros proyectos comenzaron a presentarse en 2021, como los de Buruzai (Azkoitia y Zumarraga) y Trekutz (Urretxu y Antzuola), que todavía hoy están en plena fase de alegaciones y con una importante oposición social y municipal. En stand-by.

La foto multicolor de los alcaldes

En esta aventura eólica hay otro momento cumbre. La foto del 31 de enero de 2024, cuando los alcaldes y alcaldesas de Azkoitia, Azpeitia, Zumarraga y Ezkio-Itsaso: primeros ediles de PNV, EH Bildu, PSE-EE y una plataforma local como Ezkio Eraikiz, se unieron para anunciar la presentación de 19 alegaciones conjuntas contra el parque de Buruzai, y solicitando abiertamente la denegación de la autorización administrativa previa. El parque eólico Buruzai y sus infraestructuras asociadas ocupan los terrenos de estos cuatro municipios.

Los alcaldes y alcaldesas de Ezkio-Itsaso, Joseba Telleria (Ezkio Eraikiz); Azpeitia, Nagore Alkorta (EH Bildu); Azkoitia, Ana Azkoitia (PNV); y Zumarraga, Mikel Serrano (PSE)

Los colectivos ecologistas Sañu Bizirik y Oletan ere Ez habían presentado un día antes 2.595 firmas en contra del parque eólico Buruzai en los ayuntamientos de Azpeitia y Azkoitia con el objetivo de que se hicieran llegar a la Delegación Territorial de la Administración Industrial de Gipuzkoa desde ambas instituciones. 

Montañeros y baserritarras

Una iniciativa a la que sumaron las alegaciones presentadas por las sociedades montañeras de Zumarraga, Azpeitia y Azkoitia, y la Federación de Montañismo de Gipuzkoa, denunciando el impacto que los aerogeneradores y las pistas para su ejecución y mantenimiento tendrán en las rutas de montaña de la zona. Buruzai (un Proyecto de la empresa Capital Energy) sigue en tramitación aún hoy, pero sin avanzar hacia una solución.

Ha habido varias manifestaciones en contra de los proyectos eólicos. La última, una organizada por los colectivos Sañu bizirik y Errezil Bizirik en Zelatun, el último domingo de septiembre, aprovechando las romerías del monte Hernio, bajo el lema Mendietan zentral eolikorik ez.

También en el caserío guipuzcoano hay resistencia y reticencia hacia los molinos gigantes. Desde la organización agraria Enba explican que realmente no se muestran contrarios a estas instalaciones de renovables, consideradas estratégicas, pero recalcan que “lo que decimos es que se respeten las tierras de producción”. 

La capacidad eólica instalada en Euskadi es de 153 MW y el objetivo para 2030 es alcanzar las 783, según marca la Estrategia Energética de Euskadi 2030.

“Hay que tener en cuenta que cuando hablamos de un parque eólico no estamos hablando solo de donde van los molinos, sino del tendido eléctrico, el transformador y las infraestructuras anexas, como los caminos y vías de acceso. Esa energía eléctrica que producen los molinos no se traslada a la red por wifi”, ironiza Xabier Iraola. Y en Gipuzkoa, todo ello conlleva tocar la fibra y la propiedad privada de muchos caseríos.

Desde Enba apuntan que, al elegir un emplazamiento, hay que tener en cuenta “de qué estamos hablando”: “Los molinos de antes tenían torres de 30 o 40 metros de altura. En los de ahora las propias aspas tienen casi ese tamaño y alcanzan más de 200 metros”, añade Xabier Iraola. 

Gigantes de 205 metros de altura y palas o aspas de más de 25 metros que echarían atrás al mismísimo don Quijote.

Un vacío de dos décadas

Y sí. En nuestro territorio ya tenemos un parque eólico de gran tamaño. Uno solo, el de Elgea-Urkilla. Funciona en la muga entre Gipuzkoa y Araba. Se invirtieron 24 millones de euros y fue el primer gran parque eólico de Euskadi, que aún hoy pasa desapercibido para muchos guipuzcoanos, pero la realidad es que produce “energía limpia” para 50.000 hogares de las localidades de San Millán, en Araba y Aretxabaleta, Eskoriatza y Oñati.

Parque eólico de Elgea

Se puso en marcha en dos fases. Una primera en el año 2000 (40 molinos) y otra ampliación en 2003 (otros 38). Valga señalar que las torres tienen 45 metros de altura. Y es el más grande de los cuatro que funcionan a día de hoy en Gipuzkoa y Euskadi, donde no se construye ninguno desde el año 2006. 

Ese agujero de casi 20 años se ve por parte de la industria y las instituciones como una laguna a cubrir y para eso se está tramitando (se prevé su aprobación definitiva en los próximos meses) el Plan Territorial Sectorial de Energías Renovables, que cuenta ya con la aprobación provisional y el visto bueno de casi todos los partidos políticos representados en la Cámara vasca.

Y el primer paso para ampliar las infraestructuras eólicas en Euskadi se ha consolidado ya en Araba. Será en territorio alavés, según anunció el Gobierno Vasco el pasado mes de junio. El parque de Labraza se convertirá en el primero que se pondrá en marcha en Euskadi desde 2006, con una potencia de 40 megavatios que proveerán los 8 aerogeneradores Siemens Gamesa, cuyos multiplicadores, por cierto, se fabricarán en la planta de Echesa, en Asteasu.

“No estamos en contra de los eólicos, lo que hemos defendido en nuestras alegaciones es que se respeten las tierras de producción”

Xabier Iraola . Enba

Se espera que las obras puedan comenzar antes de que finalice este año, tras superar todos los trámites administrativos, y la previsión es que entre en funcionamiento un año después de arrancar con los trabajos.

Supone un hito, porque no podemos pasar por el alto que 2025 ha sido el año del bloqueo de varios de estos proyectos, que, si bien no han caído todos, sí se están viendo frenados.

La instalación del parque eólico de 40 megavatios (MW) supone incrementar la potencia eólica instalada actual de Euskadi en un 26%, pasar de 153MW a 193MW. Evitaría la emisión a la atmósfera de 16.300 toneladas de CO2. Esas son las cuentas del Gobierno Vasco: el gancho, que no ha calado en Gipuzkoa, por el momento.

Porque no hay que olvidar que la energía eólica es uno de los pilares fundamentales en el desarrollo de las energías renovables en la CAV, según se recoge en la Estrategia Energética de Euskadi 2030. Y en ese horizonte cada vez más cercano que es 2030, se espera disponer de una potencia eólica de 783 MW, lo que nos permitiría alcanzar el 30% de nuestras necesidades. Es cinco veces más de la capacidad que tenemos hoy (153MW).