Joaquín Larumbe es un jubilado navarro. Después de toda una vida dedicada a la hostelería, decidió retirarse y dejar el asador en el que trabajaba junto a sus hermanos. Lejos de venirse abajo, encontró una nueva ilusión en la vida: el voluntariado.

Desde hace diez años, Joaquín colabora con Aspace en Nafarroa y dedica parte de su tiempo libre a acompañar a personas con parálisis cerebral. En este tiempo se ha convertido en un pilar fundamental para los usuarios y en un ejemplo de entrega para otros voluntarios. La satisfacción que le aporta esta labor ha transformado su rutina y su mirada sobre la vida.

¿De qué manera empezó su relación con Aspace?

Fue casi por casualidad. Mi hijo tuvo un accidente con mi mujer y, tras su recuperación, comenzó a trabajar en Aspace. Yo le preparaba la comida antes de que él fuera a realizar su jornada, y pensé: “cuando me jubile, voy a probar a colaborar en la asociación”. También mi hija participó en alguna actividad durante un verano, así que nuestra familia ya estaba vinculada con ellos.

¿Cómo fue su primer contacto con los usuarios?

Al principio, salía solo con una persona. Confieso que el primer día fue complicado. Me tocó ayudar a una señora con necesidades en el baño y pensé: “¡Dios mío! ¿Qué voy a tener que hacer aquí?”. Pero fue únicamente ese día. A partir de entonces, todo fluyó; se generó confianza rápidamente y los usuarios respondieron con cariño.

"Lo que das, ellos te lo devuelven multiplicado. Ver cómo disfrutan y cómo se crean lazos con nosotros, los voluntarios, es algo increíble"

¿Qué sensaciones le produce estar con ellos?

Es una satisfacción inmensa. Nos reciben con abrazos y sonrisas que te llenan el corazón. Lo que das, ellos te lo devuelven multiplicado. Ver cómo disfrutan y cómo se crean lazos con nosotros, los voluntarios, es algo increíble.

¿Con qué frecuencia acude a Aspace?

Yo acudo un día a la semana. Generalmente los miércoles.

¿En qué consiste su labor como voluntario?

Nos organizamos a través de llamadas y WhatsApp: quién puede ir, qué usuario acompaña cada voluntario. Salimos a la calle de cinco y media a siete de la tarde. Antes de salir, les preguntamos a los usuarios qué quieren hacer y organizamos la jornada.

¿Y qué suelen hacer habitualmente?

Solemos ir de paseo. Visitamos zonas verdes o cafeterías, acompañamos a los usuarios a citas médicas o a misa... Intentamos adaptarnos a las preferencias de cada persona. La experiencia es flexible, pero gratificante y enriquecedora.

Joaquín reconoce que es una satisfacción inmensa colaborar con Aspace. J.L.

¿De qué manera vive usted las salidas?

Son un rato de colaboración y aprendizaje, donde cada voluntario aportamos nuestra forma de relacionarnos y de cuidar a los usuarios.

¿Cómo es la convivencia con personas con parálisis cerebral?

Va todo muy bien. Hay usuarios que requieren más ayuda; otros, menos. Incluso con personas más “difíciles” se aprende a convivir con respeto. La mayoría utilizan sillas de ruedas eléctricas, pero en algunos casos son manuales. Hay que adaptarse a sus necesidades con paciencia y empatía; no queda otra. Cada interacción te enseña algo nuevo y fortalece el vínculo con ellos.

¿Qué le ha aportado personalmente esta experiencia?

Una satisfacción absoluta. Ver a estas personas felices, salir con ellas y recibir sus abrazos no tiene precio. Ellas me dan más a mí de lo que yo puedo ofrecerles. Cada sonrisa y cada gesto de agradecimiento te recuerda por qué vale la pena dedicarles tu tiempo.

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"Ellas me dan más a mí de lo que yo puedo ofrecerles"

¿Recomendaría a otras personas colaborar con Aspace o hacer otro tipo de voluntariado?

Por supuesto. Tengo amigos a los que se lo he comentado, pero no se animan. Quizá tengan otras cosas que hacer o su familia les ‘robe’ mucho tiempo, pero no he conseguido convencerlos.

¿Somos solidarios en Euskal Herria?

Yo creo que sí, pero no es suficiente. Necesitamos más personas voluntarias. El problema, a mi modo de ver, es que la gente no es realmente consciente del problema que hay. A ver si al menos conseguimos que los usuarios tengan más ayudas y sean realmente felices.