Cáritas Gipuzkoa ha presentado la memoria del ejercicio 2024, en el que ayudó a 14.442 personas de 5.320 unidades familiares que, mayormente, eran jóvenes, migrantes o familias con menores a su cuidado. La cifra de personas que tuvieron que ser atendidas descendió ligeramente respecto al 2023 cuando fueron 16.571. Desde la entidad han resaltado el crecimiento de la “cronicidad” entre las personas atendidas.
El presidente de Caritas Gipuzkoa, José Ramón Aramendi, ha afirmado durante la rueda de prensa, en la que ha estado acompañado del obispo de Donostia, Fernando Prado Ayuso, el secretario general de la entidad, José Emilio Lafuente, la administradora Kontxi Elexpe y el delegado diocesano de la organización, Patxi Aizpitarte, que “la pobreza en Gipuzkoa tiene cara de joven, de mujer y de migrante”.
Factores como el género o la edad han sido recurrentes durante los últimos años. Más de el 56% de las personas que acompañó Cáritas Gipuzkoa durante 2024 eran menores de 44 años. El 88% eran personas migrantes, y el 51% eran parte de familias con menores a su cuidado. Estos datos, según Aramendi, evidencian que aumenta el riesgo de que la pobreza infantil se convierta en “estructural” en algunas familias. Las mujeres atendidas, por otra parte, fueron 7.420, frente a 7.022 hombres.
Prado Ayuso ha querido incidir en la “cronificación” de algunos casos, ya que uno de cada cinco hogares atendidos lleva más de tres años siendo ayudado por Cáritas. Ha explicado que “aunque durante el último año se haya atendido a menos personas, muchas situaciones eran más graves que en 2023”. Asimismo, se ha mostrado “preocupado” por el “nuevo perfil” de las personas atendidas en el territorio, donde el número de migrantes y jóvenes ha crecido en los últimos años.
Barreras principales
La vivienda y el empadronamiento fueron durante en 2024 las mayores barreras que tuvieron que superar las personas atendidas. Casi el 60% vivía en contextos residenciales “precarios”, sin techo, en alojamientos o servicios temporales, en viviendas inadecuadas o incluso en situaciones de ocupación. En cuanto a las barreras citadas, Lafuente ha indicado que son “la puerta de acceso a derechos básicos como pueden ser la protección social, la sanidad o la educación”.
Cree que se deberían “flexibilizar” los criterios para poder empadronar a las personas en Gipuzkoa. Durante 2024, casi el 30% de las personas atendidas presentaban situaciones de “fragilidad documental”. El 16,8% no contaba con empadronamiento, el 7,9% lo tenía en un domicilio distinto al que habitaban y, el 4,9% tenían padrones sociales obtenidos a través de administraciones o entidades.
De cara al futuro, Aramendi ha afirmado que es necesario “garantizar el empadronamiento universal” como llave de acceso a varios derechos fundamentales. Para ello, cree que se deben establecer vías eficaces y estables de regularización administrativa para las personas en situación de exclusión. Asimismo, Lafuente ha añadido que las instituciones deben “promover una política pública de vivienda digna, accesible y adecuada”. Para el secretario general, la vivienda es el “pilar más fundamental” para cualquier persona desarrolle un proyecto de vida.
Ayudas
Durante el último ejercicio, la cuantía económica de ayudas ofrecidas fue de 2.270.582 euros, que se dividieron en seis focos principales. 8.900 personas contaron con apoyo para la subsistencia, a la que se destinaron 1.107.048 euros; 3.672 personas recibieron ayuda en cuanto a la inclusión residencial, que sumó un total de 1.022.731 euros. La inserción laboral, por su parte, fue el tercer eje al que se destinó una cuantía económica. En este caso, 1.243 personas fueron ayudadas gracias a 140.803 euros. La infancia y la educación, la participación comunitaria y el acceso a derechos y asesoría jurídica fueron los otros tres ámbitos en los que Cáritas Gipuzkoa puso el foco durante el último año. Por otra parte, destinó 572.000 euros a la cooperación internacional, que abarcó proyectos en 15 países que tenían como eje la figura de la mujer.
A nivel de Euskadi, los problemas por los que ayudó Cáritas a 31.063 personas en 2024 fueron comunes, y la entidad destaca el “notable descenso” de la cifra global, que en 2023 fue de 42.241 personas. Gipuzkoa, por su parte, es el territorio en el que más personas fueron ayudadas, siendo 14.442, por los 12.096 de Bizkaia y 4.525 de Araba. En los tres territorios, el número de mujeres atendidas superó al de los hombres.