El servicio de los comedores de la educación pública continúa en el disparadero dos meses después del inicio del curso. Después de que las familias hayan comenzado una campaña de control y seguimiento de los menús que se sirven a los escolares, en las últimas horas se ha conocido el caso concreto de la ikastola Langile, donde la empresa Serunion -encargado de la comida en ese centro, entre otros- sirvió comida en mal estado.

En una carta remitida desde la dirección a los padres y madres del alumnado, se explica que, este viernes, recibieron un correo desde el Departamento de Educación del Gobierno Vasco a las 12.15 horas pidiéndoles que retiraran “las alubias que estaban previstas como primer plato del menú”, ya que podían estar “en mal estado”.

La dirección de Langile retiró las alubias de los edificios Bidebieta y Laubidieta, ya que en el otro edificio, Meabe (el del alumnado de primeros cursos) se cocina in situ. Sin embargo, para entonces las trabajadoras del comedor ya habían comido las alubias.

Tras explicar “el problema de las alubias a los niños y niñas del primer turno”, el comedor pasó a servirles el pescado, pero uno de los alumnos del edificio Laubidieta encontró “un gusano en su plato de pescado”, lo que hizo que la dirección del centro contactara con Serunion. Además de esa llamada, se decidió, “por si acaso”, retirar el pescado en el segundo turno de comidas.

Como solución urgente, se ofreció al alumnado el tomate de ensalada que acompañaba el pescado, fruta y yogur. Además, la empresa Serunion envió, para el segundo turno, “un menú de contingencia, consistente en puré”. Los del primer turno se tuvieron que conformar con el tomate, la fruta y el yogur.

“Vamos a mostrar nuestra queja y nuestro enfado a los encargados de los comedores, y así os animamos a que lo hagáis vosotros también”, se puede leer en la carta enviada desde el centro a los padres y madres: “No aceptaremos que pongan en juego la salud de nuestros niños y niñas ni de nuestros trabajadores”. También ofrece una dirección de correo electrónico y tres números de teléfono para recopilar posibles quejas sobre la comida.

Lo cierto es que ya en septiembre comenzaron las deficiencias en los menús escolares, aunque entonces se achacó a que era el inicio del curso y que la situación mejoraría. Sin embargo, ante el persistente mal servicio, la asociación Facua-Consumidores en Acción ha interpuesto esta semana una denuncia ante la delegación territorial de la Consejería de Educación de Gipuzkoa, solicitando al Gobierno Vasco que tome medidas para reconducir la situación. A esta demanda se ha unido Ehige (federación de padres y madres por la escuela pública), que ha iniciado una campaña de control y seguimiento de los comedores escolares ante las repetidas “quejas y preocupaciones” de las familias.

Ante este panorama, el Departamento de Educación estudia las opciones para rescindir el contrato con Serunion -que sirve las comidas diariamente a más de 30 centros escolares en Gipuzkoa- después de que el consejero, Jokin Bildarratz, ordenara la apertura de un expediente para finiquitar la relación con la citada empresa, pese a que hasta hace poco trataban de rebajar el problema aduciendo “desajustes que se producen todos los años, y más aún cuando se activan nuevas licitaciones”. Pero las alubias en mal estado y el gusano en el pescado han desbordado el vaso de esta problemática.