El TAV prevé cada día laborable 12 viajes a Bilbao, 10 a Pamplona y 9 a Vitoria desde Donostia, según se puede leer en el documento del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) publicado ayer en el BOE que está sobre todo referido al corredor de acceso y la estación de Bilbao dentro de las obras del tren de alta velocidad, aunque contempla también otros aspectos de esta infraestructura ferroviaria como esas conexiones entre las capitales vascas y con otras localidades como Madrid, Barcelona o París.

El tiempo de viaje entre Donostia y las otras dos capitales vascas, Vitoria y Bilbao, será de 39 minutos a una velocidad máxima de 250 kilómetros por hora, lo que reducirá drásticamente el tiempo que se emplea ahora en hacer estos mismos recorridos dentro de la CAV.

En cuanto a viajes de larga distancia, Donostia y Madrid quedarán unidas 7 veces al día con el tren de alta velocidad y está previsto que ambas localidades se conecten en apenas dos horas y media, que es la mitad del tiempo que se tarda ahora en llegar en tren desde Donostia hasta Madrid. Además, habrá 3 viajes a Barcelona, un viaje al día a Galicia y otro a París, siempre según las previsiones del Mitma, cuyo documento habla de 2030 para que este número de conexiones se hagan realidad.

Se espera que la Y vasca esté lista para “finales de 2026 o comienzos de 2027”, según las previsiones que realizó el consejero Iñaki Arriola en su visita hace dos años a las obras del tramo Hernani-Astigarraga, aunque en este plazo no se incluyen “las integraciones ferroviarias en Vitoria y Bilbao”, de ahí que el Gobierno central haga estas previsiones de viajes diarios de cara a 2030. Arriola también indicó que el ramal guipuzcoano podría estar acabado para finales de 2024, aunque el baile de fechas durante los últimos años en la construcción de la infraestructura del tren de alta velocidad invita a la prudencia y puede que las obras entren en 2025. Para esas fechas estará lista la estación de Donostia, que será la primera de las tres capitales vascas en contar con la presencia de la alta velocidad.

Más incógnitas presenta el TAV más allá de Irun. De hecho, los alcaldes de Irun, Baiona y Burdeos realizaron a principios de este pasado mes de enero un llamamiento conjunto para que se acometa “la modernización urgente” de la línea ferroviaria que conecta las tres localidades como alternativa “pragmática” a la inexistencia de un proyecto de alta velocidad “del lado francés”. Ante las previsiones de la llegada de la Y vasca en 2027, lamentaron que no haya “perspectivas de conexión, de momento, con una línea al lado francés”.