Euskadi ha entrado de lleno en “una situación de invierno duro”. Así de contundente se expresa José Antonio Aranda, responsable de Euskalmet, que insistió ayer en la necesidad de extremar la precaución entre hoy y mañana, cuando está previsto que la cota de nieve descienda a los 400 metros e incluso se deje notar en el propio litoral.

A partir de hoy mejorará la situación en la costa y se desactiva el aviso por impacto de olas, pero es la nieve la que toma el testigo, lo que exige un plus de atención al volante, por lo que la Ertzaintza pide que solo se utilice el vehículo en los casos estrictamente necesarios.

“Va a seguir enfriando la atmósfera, y en los próximos días la precipitación en forma de nieve va a ser la noticia”, reconoce Aranda. La cota desciende, y lo hace con constantes desplomes de temperatura que darán paso a chaparrones, por lo que se seguirá acumulando mucha agua.

Viene “mucho frío”, y también “mucha inestabilidad”. La explicación se encuentra en el contraste de temperatura que hay entre los 35 grados bajo cero a 5.000 metros de altura, y los quince a nivel del mar, una temperatura alta para esta época. Son esos casi 50 grados de diferencia, según explica Aranda, los que provocan “muchísima inestabilidad”, con la previsión de abundante nieve y “bastantes bandas de precipitación”. Y lo que es más peligroso, granizo, especialmente cerca de la costa. Solo comenzará a notarse que sube la temperatura a partir del jueves por la tarde.