En Euskadi han sido localizadas un total de 661 personas de vida en calle, y entre los 23 municipios vascos que han participado en el recuento nocturno de Kale Gorrian destaca Donostia, donde la noche del 26 al 27 de octubre se observó a 220 sin techo. No son buenas noticias las que deja el estudio realizado esta semana. Se trata de la mayor cifra registrada, solo superada por las 251 personas sin hogar localizadas en Bilbao.

Este recuento censal nocturno, que también se realiza en otras muchas ciudades del entorno, constituye una metodología de indudable valor para conocer, en un momento determinado, cuántas son y qué características tienen las personas sin recursos. Las calles de Donostia y Bilbao acogen al 71,3% (471 personas), con cifras muy superiores a Gasteiz (41 personas), y muy por encima de otros municipios guipuzcoanos como Irun (21), Errenteria (14) o Tolosa, con ocho personas localizadas. En cinco de los 23 municipios participantes no se localizó a ninguna persona en calle. Es el caso de Arrasate y Legazpi, en territorio guipuzcoano.

De entre todas las personas observadas en calle, 613 son hombres y 33 mujeres, según los datos facilitados por el Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno Vasco. En el conjunto de la CAV las mujeres sin techo representan el 5,2% del total.

El sinhogarismo es una realidad para un número creciente de personas. Donostia, Bilbao y Gasteiz se han convertido en elocuente escenario de ello, con datos que superan ampliamente a los de 2018, cuando se realizó el último recuento antes de la pandemia y el confinamiento. El Gobierno Vasco tiene previsto anunciar en próximas fechas un avance de la estrategia frente al sinhogarismo.

Una ola que sacude a toda Europa

El incremento en las capitales se corresponde con lo que viene sucediendo en todas las grandes ciudades europeas, en las que las consecuencias del covid-19 y de la guerra de Ucrania han acabado por minar la maltrecha estabilidad de un sector social vulnerable que ya caminaba por la cuerda floja.

En Euskadi se ha pasado en los últimos cuatro años de 430 personas en calle a 661. En Gipuzkoa el incremento es de 140 a 272, y especialmente llamativo es el caso de Donostia. Atendiendo al tamaño poblacional de cada municipio, la tasa más elevada es con diferencia la de la capital guipuzcoana. En concreto, hay 1,350 personas en calle por cada mil habitantes, prácticamente el doble que en Bilbao (0,725) y muy por encima de otros municipios guipuzcoanos como Tolosa (0,404), Errenteria (0,357) o Irun (0,334).

Si se comparan los datos de evolución de este año con los recogidos en 2018 –último año en el que se hizo un recuento nocturno equiparable– se observa un aumento en doce de los 20 municipios que han participado en las ediciones de ambos años. En Euskadi solo ha disminuido el número de personas en calle en la localidad vizcaína de Leioa, de seis a dos.

El mayor aumento corresponde a Donostia (+119 personas), Bilbao (+37 personas), Gasteiz y Getxo (ambos municipios, con 20 personas más), Sestao (+14 personas) y Errenteria (+9 personas). Una realidad, la del sinhogarismo, que ha estado presente este viernes en el Parlamento Vasco, donde la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, ha intervenido en respuesta a una pregunta oral formulada por Isabel González, del grupo parlamentario Elkarrekin Podemos.

Matices a la encuesta del Eustat

El pasado 19 de octubre, una encuesta del Eustat revelaba que la población sin techo de la CAV se sitúa en torno a 4.456 personas, lo que suponía un incremento del 113% respecto al año 2012. La consejera ha intervenido para contextualizar esas cifras. “No es un buen dato el reflejado por el Eustat, evidentemente. Pero interpretarlo bien requiere precisar algunas cuestiones. Quiero aclararle que son 4.456 personas las que, al realizar el trabajo de campo, estaban siendo atendidas en servicios de alojamiento y comedores sociales”, ha señalado.

Un volumen que se explica, según el Gobierno Vasco, porque “hay más recursos y personas atendidas que en otras comunidades. No hay 4.456 personas en la calle. Alrededor del 80% son atendidas en recursos sociales”, recalca. La consejera ha aludido al resultado del recuento bienal de personas en calle que se ha realizado esta semana, un estudio coordinado y puesto en marcha por el departamento que dirige.

“Siempre hemos tenido claro que para acertar con las políticas más efectivas debemos tener la información más certera posible. Los resultados del recuento bienal no fueron buenos, pero sitúan la problemática de las personas en calle en sus justos términos. No son más de 4.000 personas en calle, son menos de 700 personas”, ha subrayado. “Demasiadas, sin duda”, ha reconocido.

Un número de personas en calle que no se ha reducido, a pesar de los programas impulsados, como Lehen Urratsa, Irauli o Trapezistak. El mayor exponente de ello es Donostia, pues de 101 personas localizadas en 2018 se ha pasado, en la edición actual, a 220. El Gobierno Vasco señala que el importante crecimiento de personas detectadas en la capital guipuzcoana “se explica porque ha crecido el número de personas sin hogar en la ciudad, y es muy posible, que se explique también porque en esta ocasión se ha hecho un importante esfuerzo por mejorar la detección de personas sin techo”.

A diferencia de años previos, además del trabajo de campo llevado a cabo con personas voluntarias, se han incorporado también profesionales que han realizado el recuento en zonas específicas en las que, por su inaccesibilidad o inseguridad, no accedía hasta ahora el voluntariado.