La Diputación ha informado a través de su revista Gure Lurra, dirigida al sector agrario, que tras casi tres décadas de trabajo, se ha conseguido repoblar varios montes de Gipuzkoa con esta la liebre europea, una “emblemática” especie que en la década de los 60 inundaba nuestro paisaje, y a mediados de los 80, sin embargo, vio su población drásticamente reducida, hasta llegar a estar en riesgo de extinción y quedar acotada a espacios más protegidos como las sierras de Aizkorri o Aralar. 

Hoy, después de años y años de trabajo de reintroducción de la especie, múltiples y regulares sueltas en diferentes zonas del territorio, con siete zonas de suelta definidas, y una estrecha colaboración con la Federación Guipuzcoana de Caza para su gestión, la Diputación asegura que se ha recuperado la liebre en muchos montes de los que había desaparecido, como Peñas de Aia-Aiako Harria, Hernio-Gazume, Pagoeta, Izarraitz, Samiño, Usurbe, Irimo, Hirukurutzeta y Larten. 

Tres décadas de trabajo

Según informa el Ejecutivo foral en su revista y a través del Twitter de esta publicación, “las innumerables acciones" que se han llevado a cabo desde 1994” para recuperar la libre han dado sus frutos, entre ellas múltiples sueltas de animales.

Se trata de la liebre europea (lepus europaeus), una especie emblemática del territorio. Un herbívoro que históricamente ha habitado nuestros montes, y que es a su vez presa de varios animales salvajes y tradicionalmente también ha sido un preciado trofeo de caza. 

La liebre abundaba en nuestros montes en la década de los 60, pero a mediados de los 80 se vio acotada a Aizkorri y Aralar

La presencia de este tipo de liebres en nuestros montes era enorme hace medio siglo. Sin embargo, en poco más de dos décadas, pasó a desaparecer de gran parte del territorio, mediados los años 80, y estuvo a punto de extinguirse en Gipuzkoa. Solo sobrevivieron en algunas zonas mejor conservadas, más naturales y menos accesibles, como son las sierras de Aralar y Aizkorri. 

Conocedora de esta situación, al comienzo de la década de los 90, la Diputación de Gipuzkoa comenzó a trabajar para revertir esta situación. Por un lado, se establecieron nuevas limitaciones para su caza; para cazar liebres se estableció la obligatoriedad de obtener un permiso especial, con determinados fines; una medida que aún hoy sigue vigente. 

Por otro lado, a partir de 1994, comenzaron a realizar actividades de suelta de estos ejemplares en el monte, “con un doble objetivo”, según el Gobierno foral: “Introducir nuevamente esta especie en zonas en las que había desaparecido; y reforzarla en zonas en las que su población había sufrido una reducción drástica".