Los bancos de alimentos han repartido en lo que va de año un 15% menos de comida respecto al mismo periodo de 2021 debido a un descenso en las donaciones y excedentes que reciben de particulares, empresas, organismos e instituciones por culpa de la inflación.

Así lo aseguró ayer a Efe el nuevo director de la Federación Española de Bancos de Alimentos (Fesbal), Francisco Greciano, que actualizaba los últimos datos del pasado mayo, que señalaban entonces una caída en los repartos del 10%. Esta situación se produce, además, en un contexto en el que también a causa del alza en los precios y de las consecuencias de la guerra en Ucrania se prevé un repunte del 20% en el número de personas que acudirán este año a los bancos de alimentos en busca de ayuda.

La Fesbal alerta así de un escenario de “emergencia social” que está “cronificando la pobreza alimentaria” en el Estado, situación en la que ya se encuentran 1,5 millones de personas, según sus datos. “Hacemos un llamamiento a empresas y particulares a seguir colaborando con los bancos de alimentos para que estos puedan repartir más comida entre sus entidades y beneficiarios”, expresó Greciano.

El reclamo se centra sobre todo en los alimentos de la cesta básica cuyas donaciones más se están resintiendo por la inflación: la leche (que es el producto más demandado), las legumbres precocinadas y secas, el aceite, o las conservas de carne y pescado y los alimentos infantiles, indicó el director de la Fesbal. Los alimentos y las bebidas no alcohólicas se encarecieron en julio un 13,5% respecto al mismo mes de 2021 y fue una de las categorías que más contribuyó a que la inflación general se haya situado en el 10,8%.

Así, Greciano explicó que esta alta inflación “influye de manera inmediata en la cesta básica de los bancos de alimentos, que tienen un aprovisionamiento mínimo”, por lo que al disminuir los donativos y los excedentes que reciben se corre el riesgo de que no haya existencias de alguno de los productos básicos para repartir.

Sin desabastecimiento

No obstante, “hasta la fecha no ha habido desabastecimiento” y los bancos de alimentos “hacen todo lo posible” para que esto no suceda y poder llevar a las personas vulnerables la mayor cantidad de alimentos “con criterios de calidad y dieta equilibrada”.

Cuando algún alimento escasea, los bancos de alimentos y la propia Fesbal lo compran con los fondos que tienen de las donaciones monetarias que reciben. Aun así, “es posible que algún banco de alimentos haya tenido que bajar el ratio de kilo/litro por beneficiario”, que en 2021 fue de 128 kilos/litros por beneficiario al año, explicó el director de la Fesbal.

La organización no quita la vista tampoco de la sequía, que afecta directamente a la producción agroalimentaria y puede provocar que haya menos productos en el mercado y con un precio más alto, lo que incide de manera negativa en las donaciones. De momento, los bancos de alimentos cerraron el reparto del verano y en septiembre tienen previsto llevar a cabo la segunda fase de un programa de ayuda financiado en un 85% por la Comisión Europea y un 15% por el Estado español.