Después de cuatro años de conflicto, la mesa negociadora de las residencias de Gipuzkoa ha alcanzado este martes un acuerdo entre el sindicato UGT y las patronales Adegi, Lares y Garen. Se abre de este modo un nuevo escenario para las trabajadoras del sector, que a partir de ahora deberán decidir si se acojen o no a este nuevo convenio de eficacia limitada que ELA, sindicato mayoritario, califica de “infamia”.

El acuerdo actualiza las condiciones laborales del sector y busca romper la situación de “callejón sin salida” en el que se encontraba la negociación. Contempla, entre otras cuestiones, una subida salarial del 6,5% para este año, del 4% en 2023 y del 3% en 2024. En el caso de que el IPC durante este tiempo sea superior a ese 13,5% en su conjunto, se incluye una claúsula de revisión salarial, aunque para ello es necesario un convenio de eficacia general, algo que en Gipuzkoa no ha sido posible desde 2005.

De ahí que el nuevo acuerdo, de algún modo, nazca cojo, y sea a partir de ahora la respuesta de las trabajadoras del sector la que permita calibrar su solidez. ELA, con una representación del 60%, ha denunciado este martes en una rueda de prensa en su sede de Donostia que este paso adelante “solo servirá para enriquecer los bolsillos de las patronales y empeorar las condiciones de la plantilla”. A su entender es un paso “antidemocrático” en la medida en que ha sido suscrito por un sindicato que cuenta con un 7% de representación, lo que “da la espalda” al 93% de la plantilla.

El conflicto ha cumplido ya su cuarto año, con 262 días de huelga. “Llevamos muchos años de pelea para dignificar el sector y el de hoy es un paso que nos aleja de ello, tanto en las formas como en el fondo”, ha denunciado Txomin Lasa, responsable de ELA en las residencias de Gipuzkoa. El sindicato entiende que esta nueva decisión solo empeorará la realidad de las trabajadoras, ya que entre otras consecuencias, “acarreará un aumento en la brecha salarial” respecto a los sectores masculinizados.

Tiempos de descanso

La central sindical expone a modo de ejemplo que "en un sector donde hay trabajadoras con 30 minutos de descanso y 42 euros de antigüedad", se va a firmar para el año 2022, cinco minutos de descanso y 26 euros de antigüedad. “Tras la firma del convenio de eficacia limitada se recuperará el mismo de 2009-2012 que es infinitamente peor que la mayoría de convenios de cada empresa”, censura Lasa, que critica que la Diputación abogue por convenios “antidemocráticos” de eficacia limitada, “más aún cuando está anunciando un supuesto nuevo modelo para las residencias futuras sin solucionar los problemas actuales”.

Lo cierto es que el acuerdo en minoría obliga a cada trabajadora a mostrar en cada empresa su voluntad de aplicación de estos incrementos. Para que al final del periodo de vigencia las mejoras sean consolidables, el convenio deberá ser de aplicación general. Para UGT, se trata de una responsabilidad “que deberán afrontar quienes hoy no han querido firmar", en especial quienes disponen de “la mayoría suficiente y una vez más pretenden dejar a los trabajadores sin el paraguas de un acuerdo sectorial por motivos puramente estratégicos”.

“Después de cinco años, la trabajadoras tienen ganas de descansar un poco, y este convenio posibilita mantener el poder adquisitivo”, valora Marili Granado Méndez, secretaria de Dependencia y Socio-Sanitario de UGT Euskadi, que ha intervenido directamente en la negociación. "Lo ideal sería un convenio de eficacia general, pero ELA nunca ha querido firmarlo para las residencias de Gipuzkoa de manera generalizada. Hemos querido dar el paso para que las trabajadoras sepan qué significa este incremento, y la puerta está abierta", señala Granado.

En ese sentido, fuentes de la patronal indican que "el peor convenio es el que no se firma", y aunque en esta ocasión solo se ha pactado con UGT, “tiene voluntad de generalidad". El problema, añaden, es que "ELA pretende mantener una guerra permanente que le da un buen rendimiento, y durante los últimos 18 años ha sido imposible la negociación”.

La Diputación ha valorado positivamente el acuerdo alcanzado en la mesa de negociación. Considera que es una "oportunidad" para desbloquear y solucionar el conflicto laboral. Con este nuevo paso, "se demuestra que buscar soluciones al conflicto laboral es cuestión de voluntad, y que el acuerdo es posible", ha valorado Maite Peña, diputada foral de Políticas Sociales.