- El nuevo cierre de la hostelería, decretado ayer por Iñigo Urkullu y que entra en vigor mañana, ha supuesto un golpe más para un sector que está siendo duramente golpeado por la pandemia y los hosteleros vascos han organizado para mañana sábado una manifestación en las tres capitales de la CAV -Donostia, Bilbao y Vitoria- y en Pamplona para, por un lado, mostrar su hartazgo por esta situación y, por otro, pedir un plan directo de ayudas a las instituciones. “No podemos más”, aseguran.

En el caso de Donostia, la manifestación comenzará a las 17.30 horas en el Boulevard y tendrá una duración de una hora. Ahí estarán, entre muchos otros hosteleros, Ander Esarte, dueño del restaurante Txuleta, y Rosa Matilla, encargada del bar Hamabost, los dos negocios en la Parte Vieja de Donostia. Ambos compartieron ayer una charla con este periódico para explicar cómo se sienten en un momento “crítico” para la hostelería y qué soluciones reclaman.

“Si hay que cerrar por el bien de la sanidad, estoy de acuerdo, pero tiene que venir con un plan de ayudas. No puedes decir: A cerrar y te comes todos tus gastos. La cuenta de números rojos cada vez es más gorda”, dice Rosa Matilla. Piden que el precio de los alquileres se rebaje un 50% en los locales cerrados por el COVID -la Generalitat de Catalunya ha aprobado un decreto ley que obliga a que sea así- y que tengan una rebaja en las diversas tasas municipales como puede ser basuras, aguas o terrazas, ya que la caída de ingresos ha sido en algunos casos del “60 o el 80%”, por no hablar de los establecimientos que se han visto obligados a cerrar.

El movimiento SOS Hostelería, que es el que organiza la manifestación de mañana y en el que figuran alrededor de 200 empresarios del sector, “empezó con el ocio nocturno”, dice Ander Esarte, “pero al final es algo que afecta a todos”: “Somos del mismo gremio y tenemos que estar unidos. Hemos tenido una toma de contacto con la Asociación de Hostelería de Gipuzkoa y estuvo bien. Ellos, personalmente, apoyan la manifestación, pero como asociación no la convocan, echo en falta ese apoyo público. El momento es crítico y tenemos que ir de la mano, no como hacen los políticos. También echo de menos a colegas míos que son conocidos y que no están dando la cara”.

Los hosteleros han acudido a las instituciones a solicitar soluciones y ayudas. SOS Hostelería estuvo en un pleno del Ayuntamiento de Donostia y la Federación de Hostelería de Euskadi acudió al Parlamento Vasco. “Todas las respuestas son un ya se verá. Por ahora no han dicho que sí a ninguna de las propuestas de los hosteleros”, dice Rosa, que se queja también de que la comunicación “no es buena”: “Nos enteramos de las restricciones viendo la tele, leyendo los periódicos o mirando el BOPV (Boletín Oficial del País Vasco). Dicen que centralizan la información por medio de las asociaciones, pero en la de Gipuzkoa somos 4.000 negocios y solo 1.040 están en la asociación”.

“Ahora somos los apestados para las instituciones y nos dan la espalda. Lo digo a título personal, pero muchos están de acuerdo conmigo”, dice Ander Esarte: “Los últimos días me estoy sintiendo bastante triste y abandonado. Yo siempre he estado ahí en actos, con los medios... y ahora ni una triste llamada preguntando qué tal estáis”. “Te entra impotencia. Nos están criminalizando. Te sientes como una hormiguita. Al final no somos una empresa grande sino muchos pequeños y es fácil atacarnos. Movemos mucho dinero, hay también repartidores, comerciales... son muchas familias las que se quedan sin trabajo”, añade Rosa.

“Va a ser difícil aguantar a este ritmo”, reconoce Ander. “Yo, así, aguanto un mes más. Me he gastado el colchón de ahorros que tenía”, dice, por su parte, Rosa. “Quiero pensar que las nuevas medidas vendrán con un plan de ayudas claro. Si no, se cargan la hostelería. Las estamos pasando canutas”, asegura Ander Esarte, que espera que las manifestaciones de mañana sirvan para dar visibilidad a un problema en el sector que ya es muy serio: “Espero que se nos vea. Lo que no voy a hacer es quedarme en casa. Que se vea nuestro malestar y preocupación. Ojalá venga mucha gente a apoyarnos”.

“Somos los apestados, en los últimos días me estoy sintiendo bastante triste y abandonado”

Restaurante Txuleta

“Yo, así, aguanto un mes más; me he gastado el colchón de

ahorros que tenía”

Bar Hamabost