DONOSTIA - La tensión es palpable en torno al pesquero que continúa escorado en el muelle de Pasaia, a la espera de una solución que por el momento no llega. El barco Berriz Patxiku de Getaria, que tuvo que ser remolcado el martes pasado tras impactar contra una roca, presenta dos vías de agua, la mayor de ella de 50 centímetros, según confirmaron a este periódico los buzos que examinan los desperfectos de la embarcación.

Estos profesionales trabajan estos días en unas condiciones que no son precisamente las idóneas. Así lo entiende el sindicato de Actividades Marítimas de España (SAME), que ha anunciado que tomará medidas ante “el incumplimiento de la normativa” que regula la seguridad del buceo profesional, ya que “están operando sin botellas de seguridad”, según denunció ayer este organismo.

Las redes de pesca que impedían las maniobras de estabilización ya han sido retiradas, pero el barco continúa semihundido. Una barrera anticontaminante colocada en torno al pesquero contiene el vertido de aceite que todavía no ha podido ser retirado.

Hace falta tomar una decisión para reflotar el barco. Tanto Capitanía Marítima como la Autoridad Portuaria sopesan diferentes opciones. “Lo más adecuado sería utilizar una grúa grande para izarlo, pero parece ser que puede ocasionar problemas porque el muelle se asienta sobre una zona hueca donde están los depósitos de gasoil. Los ingenieros tienen que hacer los cálculos”, indicaron ayer fuentes de la Autoridad Portuaria.

Dos días después del tremendo susto que sufrieron los nueve tripulantes del barco, que tuvieron que ser rescatados sin registrarse daños personales, ha saltado la voz de alarma en el seno del SAME por los trabajos de reflote en Pasaia. “Están realizando operaciones de buceo incumpliendo toda la normativa para las Actividades Subacuáticas publicadas en la Orden Ministerial de 1997”, asegura Luis Torcida, vocal de Seguridad del sindicato.

Denuncia que “están entrando en la sala de máquinas del barco; no cumplen con el mínimo de miembros en el equipo de buceo y no tienen buzo de rescate o Stand By. Además, están usando el narguile como vía de suministro desde superficie, una práctica prohibida según la normativa de 1997”, asegura.

devolverlo a la superficie Por lo pronto, la opción más viable para devolver el barco a la superficie pasa por “estanqueizar” el pesquero, es decir, vaciarlo por dentro, una medida que no es precisamente sencilla sin el empleo de una grúa, puesto que exige sellar todos los compartimientos que tiene y las vías de agua. “Luego sería necesario introducir aire para eliminar el fluido de esos puntos, y una vez que la cubierta del barco esté en superficie, meter bombas. Hay diferentes métodos a utilizar que se están estudiando”, explican fuentes consultadas.

Mientras se toma una decisión al respecto, el vocal de Seguridad del sindicato asegura que “lo más preocupante es que el incumplimiento de la normativa se está produciendo en el puerto de Pasaia, es decir, a pocos metros de la Capitanía Marítima. La pasividad por parte de la autoridad portuaria es absoluta, cuando es precisamente esta quien tiene que velar por la seguridad de los buceadores en estos casos. Pediremos explicaciones a la Capitanía Marítima por esta situación”, según avanza el portavoz sindical.

El barco continúa atracado en el muelle de Donibane desde la madrugada del martes. El pesquero de bajura faenaba a la altura de la Punta de Monpás, a dos millas de Pasaia, cuando colisionó contra una roca sumergida conocida como Picachilla.

Los tripulantes tuvieron que ser rescatados y no se registraron daños personales.

Todo ocurrió muy rápido, sobre la una y media de la madrugada. Tras alertar a las autoridades de la emergencia, otro pesquero, el Kantauri, que faenaba también en la zona, prestó asistencia a la embarcación y la remolcó hasta Pasaia, escoltados ambos por unidades de rescate de Salvamento Marítimo y Cruz Roja.