Nació en Bergara el 3 de mayo de 1891. Cursó el bachillerato en el colegio de los Dominicos de Bergara, examinándose en Bilbao y finalizando en 1908.

En 1915, prestó el servicio militar en San Sebastián, en el Regimiento de Artillería Valencia, que ocupaba el actual Museo de San Telmo, destacado en unas baterías de costa, en las faldas del monte Ulía o en el monte Urgull, donde alcanza el grado de sargento telemetrista regimental.

El 3 de mayo de 1924, cuando celebraba su 33 cumpleaños, se casó en Santiago con la joven santiaguesa Elisa Fraiz y Tafall. El matrimonio tendría dos hijos, Mª Lourdes y Juan Antonio.

Falleció en su modesta vivienda del Pazo de Salcedo, en Pontevedra, el 7 de junio de 1960.

Por indicación de su padre, se trasladó a Limoges (Francia), donde trabajó como peón en una explotación frutícola, mientras aprendía el francés y obtenía la Diplomatura en Jardinería y Arboricultura frutal.

Más tarde se dirige a Alemania, donde una vez familiarizado con el idioma, se matricula en la Real Escuela Superior de Agricultura de Hohenheim, cerca de Stuttgart, cursando estudios de ingeniería superior agrícola finalizando en 1914.

En Alemania, en 1913, conoció al lucense Julio López-Suárez, estudiante de Medicina, con quien trabó sólida amistad. Habiendo finalizado ambos los estudios, en 1915, visita la finca familiar de su amigo, cerca de Monforte (Lugo) y se enamora de Galicia.

Después de visitar Dinamarca, Suecia y Noruega, profundizando sus estudios agrícolas, a finales de 1917, se traslada a Nueva York. Empleó dos meses en aprender inglés y optó por estudiar Genética, una ciencia naciente a la que se le auguraba un gran porvenir y que estaba revolucionando toda la Biología.

Conoció al que sería Premio Nobel, Thomás H. Morgan en la Universidad de Columbia, uno de los genetistas de más prestigio de la época, que le recomendó al profesor Edward M. East, de la Universidad de Harvard, máxima autoridad en Genética vegetal y a William E. Castle, genetista animal. Nuestro protagonista optó por la genética vegetal, especialmente por el maíz.

Allí se integrará en el equipo que dirige otro ilustre genetista vegetal, H. Jenkins y al que pertenece Donald F. Jones, con el que inicia una sólida amistad que perdurará toda la vida y que le nombra asistente de investigaciones y que obtendría los primeros híbridos dobles de maiz obtenidos en el mundo.

En 1918, ensaya las nuevas variedades de maiz en la huerta de su padre en Bergara, donde comprobarán su extraordinario vigor y desarrollo, si bien, curiosamente, será Gipuzkoa una de las provincias donde más recelos suscitará su cultivo; cuando en Navarra ya gozaba de gran popularidad, aquí suscitaba dudas y temores de la más variada índole, como recordaba José María Busca Isusi.

En 1921 finalizó su periplo americano doctorado por las universidades de Harvard y Cornell y desembarcaba en A Coruña con la intención de emprender viaje de regreso a su Bergara natal, pero le ofrecen la posibilidad de organizar y dirigir la Misión Biológica de Galicia en Santiago con dos objetivos la mejora genética del maiz y la búsqueda de una solución a la “enfermedad de la tinta” que asolaba a los castaños de Galicia y de toda Europa, dos especies, el maiz y las castañas, de capital importancia en la alimentación humana y animal de la región. Aceptó y fijó sus raíces en aquella tierra.

En 1923, en la Escuela de Veterinaria de Santiago obtiene el título de veterinario, llegando a ser nombrado Inspector General del Cuerpo Nacional de Inspectores Veterinarios, y más tarde Presidente del Consejo Superior Pecuario.

Causó baja definitiva en el escalafón del Cuerpo Nacional Veterinario el 30 de setiembre de 1940, al no haber presentado la declaración jurada a la que obligaron los vencedores de la contienda.

Trabajó en la mejora de una de las razas de vacas autóctonas gallega, la rubia gallega, aplicando una avanzada metodología que, en los años 30 y hasta 1962 se aplicaría en Estados Unidos y en muchos países europeos.

También investigó en la mejora del ganado porcino, para mejorar la cabaña gallega, introduciendo la raza inglesa Large White y adaptándola a las condiciones de Galicia, demostrando las ventajas de la producción de un nuevo cerdo, que crecía antes que los de raza autóctona y presentaba una mayor proporción de magro, alcanzando en un tiempo menor su desarrollo más conveniente, a partir de la misma alimentación, lo que suponía un mayor beneficio comercial.

Se caracterizó por su agudo temple reflexivo y singular entereza; de carácter sencillo y humilde, sin renunciar jamás a sus orígenes vascos, supo arraigar en su querida Galicia hasta convertirse en un gallego más, integrándose e identificándose con en el sector más menospreciado de los de la sociedad gallega de la época, el primario y al que, animado por un ardoroso espíritu social, impropio de los de su condición, dedicó toda su vida y sus afanes, buscando soluciones a los graves problemas que le aquejaban.

Un periodista gallego que se escondía bajo el seudónimo de Borobo estableció un agudo paralelo entre los Caballeritos de Azkoitia, educados en el ambiente de las luces y la Ilustración, en el Real Seminario de Jóvenes de Bergara y el amplio espíritu humano y el carácter humanista de Gallastegui.

Investigó para mejorar la cabaña gallega, introduciendo la raza inglesa Large White y adaptándola a las condiciones de Galicia