Laudio - La Guardia Civil mantiene abiertas varias hipótesis sobre el crimen que se produjo ayer en Laredo, excepto que tenga relación con la violencia de género, y continúa con las diligencias de este caso, mientras el autor de los hechos permanece detenido en los calabozos de la ciudad. El hombre es un enfermero de un hospital de Madrid que, según señalaron fuentes de la investigación, atacó primero a la mujer, a la que dio once puñaladas con un arma blanca y luego apuñaló al hombre cuando intentó ayudar a su hija.

Conmoción e incredulidad eran las palabras que ayer, un día después del doble crimen, pronunciaban los laredanos y los muchos turistas que veranean en popular localidad costera. Una conmoción que se repetía en la localidad de Laudio, de donde eran naturales el padre y la hija muertos el domingo. De hecho, uno de los fallecidos, Gabino García tiene su residencia de verano en esta localidad, al igual que el presunto autor de su muerte, M.I.R., que vive por su trabajo -enfermero- en Madrid, y que tiene otra residencia habitual en Bilbao.

La investigación de la Guardia Civil, que podría remitir hoy sus diligencias al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Laredo -que se encargará de la causa-, no descarta que M.I.R conociera a Gabino y a su hija, Mercedes, a la que asestó once puñaladas, una de ellas en la yugular. La Guardia Civil mantiene abiertas todas las hipótesis, menos la violencia de género, según las fuentes consultadas. Además, los investigadores, según están intentando esclarecer si el autor de los hechos y sus víctimas se podían conocer, ya que la casa de verano de la familia de las víctimas está en Laredo cercana a la del supuesto autor del crimen.

También las mismas fuentes indican que se investiga si M.I.R. podría haber sufrido una “decepción amorosa”, aunque los investigadores desconocen si tenía que ver o no con la víctima, y tampoco se descarta que este crimen se haya producido por la enajenación mental del hombre.

Mercedes (42 años) y Gabino García (71) abandonaban la playa Salvé de Laredo, el domingo pasadas las 18.30 horas, cuando M.I.R, de 52 años, se acercó a la mujer y le asestó once puñaladas, mientras que su padre, al intentar ayudarla, también fue apuñalado, según informaron fuentes de la investigación. La mujer, lleva diez años trabajando y viviendo en Suecia, aunque es natural de Laudio.

Conmoción en Laudio El municipio alavés amaneció ayer conmocionado por la trágica noticia. Un auténtico jarro de agua fría que dejó las mentes en blanco de todos los vecinos que disfrutaban de las fiestas de San Roke antes de que estas se tomaran un descanso hasta el miércoles 27. En cualquier caso, la celebración se tiñó de luto y perdió su sentido. “Me llamó mi hermana a la noche para contarme lo ocurrido y me quedé helado. Trabajé con Gabino más de 30 años en la empresa Vidrala. No he hablado aún con ningún compañero, pero puedo asegurar que todas las personas que le conocíamos dirán lo mismo: era un pedazo de pan, buen compañero, trabajador y una persona divina. Esto no tiene justificación alguna, estamos hundidos”, explicaba ayer Marcelino Cantero, también jubilado de la citada empresa laudioarra. Al tiempo, añadía que “a la hija Mercedes, por edad, no la conocía tanto. Sé que tiene una hermana melliza y que ya no residía en Laudio porque se fue a trabajar fuera y había venido a pasar las vacaciones con la familia. A la que sí conozco más es a la mujer y al hijo, que también trabaja en Vidrala. Menudo mazazo, mis más sentidas condolencias para todos ellos”, subrayaba.

“Siempre iban a veranear a Laredo”, afirmaba Rosa Mari, vecina de Laudio que les conocía. “Iban pasando muchas veces por las casas, porque él y su mujer eran testigos de Jehová. Él, aparte de por los testigos de Jehová, era conocido por haber trabajado en Vidrala y era un hombre muy educado. Eran muy conocidos y han hecho muchas cosas en el pueblo. Ahora como todo el mundo está de vacaciones igual por eso no hay tanta gente que les conozca”.

Tanto el Ayuntamiento de Laredo como el de Laudio convocaron ayer un pleno extraordinario y una Junta de Portavoces para condenar la muerte de padre e hija, que la Guardia Civil sigue investigando. También en Laredo, cientos de personas se concentraron frente a la Casa Consistorial para trasladar su repulsa y, tras cinco minutos de silencio, se ovacionó en recuerdo de las dos víctimas.