Donostia. Esta vez no hubo suerte ni milagro. Un camionero de origen portugués, de 30 años, perdió la vida ayer en el viaducto de Azitan de la AP-8, en Eibar, un punto negro de la red viaria guipuzcoana que cuenta con un registro de accidentes preocupante.

No queda lejos el espectacular rescate que llevaron a cabo los bomberos de Eibar el pasado mayo, cuando lograron rescatar sano y salvo a otro transportista de Usurbil, de 62 años, que salió con vida gracias a que la cabina quedó colgando de este puente que salva el río Deba a unos 40 metros de altura.

Ayer, sin embargo, el tráiler, un Scania 420, cayó hasta el suelo, donde quedó volcado con las ruedas hacia arriba. Los sanitarios que acudieron al lugar pudieron constatar, entre el amasijo de hierros en el que se convirtió la cabina, que el conductor todavía se encontraba con vida. No obstante, resultaba imposible llegar hasta él para realizarle cualquier tipo de atención médica. Por lo tanto, hubo que esperar a que los bomberos abrieran un acceso a la cabina. Para entonces, ya era demasiado tarde, porque la gravedad de las heridas hizo que el hombre falleciera apenas una media hora después de que se produjera el accidente.

Fue en torno a las 13.20 horas cuando el conductor, que transportaba cajas de leche, se salió de la plataforma del viaducto a la altura del kilómetro 71 de la AP-8 en dirección Irun, un punto muy conocido entre los usuarios de la autopista por su alta siniestralidad. Basta con recordar el anterior episodio, el de hace unos meses, en el que el citado camionero de Usurbil, de la empresa Transportes Echemar, logró salir con vida tras permanecer una hora en el interior de la cabina de su camión, que quedó colgado del viaducto. "¡Oye!, ¿tú crees en Dios o en algo?", le preguntaba el bombero antes de izarlo en un espectacular rescate que tuvo una gran repercusión en los medios de comunicación.

Desgraciadamente, ayer en Eibar no se pudo repetir ese final feliz. Además, el accidente obligó a cortar el carril derecho de la vía en sentido Irun hasta las 16.50 horas, momento en el que la carretera se cerró totalmente en ese sentido de la circulación para proceder a la recuperación del vehículo con una grúa de gran tonelaje, operativo que ayer continuaba al anochecer provocando retenciones de dos kilómetros.

Y tampoco fue el único accidente destacado de la jornada. En el municipio armero, apenas una hora después del fatal siniestro, dos coches colisionaban frontalmente -un Opel Astra y un Peugeot 206- y acto seguido lo hacían otros dos -un Renault Megane y un Citroën C3- contra los vehículos accidentados a unos cien metros del viaducto, aunque en distinta vía: la N-634, concretamente en la curva de Apalategi. Como consecuencia de esta colisión, dos eibartarras de 36 y 41 años y tres azpeitiarras de 21, 22 y 29 años fueron trasladados a diversos centros hospitalarios de la zona.

Y es que la lluvia convirtió las carreteras, como es habitual cuando tras varios días sin ver nubes el agua se mezcla con los residuos de aceite del asfalto, en una peligrosa pista deslizante en muchos puntos de la red viaria. Entre Donostia y Lezo, por ejemplo, una persona resultó herida en una colisión entre tres vehículos en la carretera GI-636 que tuvo lugar a las 9.00 horas en la entrada del túnel de Don Bosco, en la zona de Molinao.