hernani. El Programa Eraiki, dirigido a personas drogodependientes con una enfermedad mental severa, es el recién nacido de la fundación, ya que sólo lleva en marcha desde 2008. El año pasado 18 jóvenes fueron atendidos y este año ya cuenta con 29 usuarios. En un curso se han incrementado en un 61% los usuarios y, como reconoce la directora de Proyecto Hombre, Izaskun Sasieta, "podrían ser más", aunque la corta trayectoria del programa y la escasez de recursos todavía no permiten ampliarlo.

No tratan a drogadictos cuyo principal problema es su adicción. En este caso son jóvenes, en la veintena de edad, que sufren un trastorno mental severo. "Es mucho más difícil trabajar con ellos porque, quizás, tu primera labor sea conseguir que se levanten de la cama para acudir a una cita", reconoce Sasieta.

Lo que hace la droga, en la mayoría de los casos cannabis o hachís, es "despertar" una enfermedad que estaba "latente" en la persona o bien ésta "tenía más predisposición a sufrirla". A esto se suma que el trabajo con las familias es más complicado, porque "aceptan que su hijo sea drogodependiente, pero no que tenga una enfermedad mental severa".

Sin embargo, cada vez es más habitual. "Dentro de unos años se hablará del cannabis que se está criando a partir de semillas artificiales en laboratorios, para que luego tú lo plantes en casa. Ese cannabis que la gente está fumando crea brotes psicóticos inducidos por el consumo", advierte Esteban Pérez, uno de los terapeutas de Proyecto Hombre. Con este perfil, es "más difícil hacer avances", añade Sasieta. Por esa razón se decidió crear un programa específico para ellos. "Hay muchas vueltas atrás, empezar de cero... Hay que tener mucha paciencia", sostiene.

Esto también ha supuesto que los responsables de Proyecto Hombre tengan que ser más flexibles con una de sus normas de oro: los espacios libres de drogas. "Para un alcohólico el éxito terapéutico es la abstinencia, pero con estos perfiles, si consigues, por ejemplo, como han hecho en 2009, que de los 18 atendidos ninguno sufra un ingreso psiquiátrico, eso es más importante que que se fumen cuatro porros durante el proceso", mantiene Pérez.