Bermeo. La frase de Josu Larrozea, patrón de uno de los buques atacados por piratas en la jornada de ayer, el Artxanda, resume el sentir de los arrantzales que faenan a la pesca del atún en aguas del océano Índico. Con la llegada del buen tiempo, los piratas somalíes han desplegado todo su potencial para tratar de secuestrar algún pesquero comunitario. Si en la mañana del jueves se registró el ataque al Albacan, en la jornada de ayer los piratas lanzaron una auténtica ofensiva en varios frentes con diversos ataques contra varias embarcaciones. En un radio de apenas 90 millas se registraron tres persecuciones y siete avistamientos sospechosos.
Los buques atuneros franceses Trevignon y Drennec protagonizaron los primeros enfrentamientos con los piratas. Pocos minutos más tarde, el Intertuna II fue la presa escogida por otro grupo de piratas somalíes a bordo de un buque nodriza y dos esquifes. La embarcación bermeana de la empresa Albacora se hallaba faenando a unas 70 millas al nor-nordeste de la zona donde en la jornada anterior había sido atacado el buque de su misma empresa Albacan. Los agresores sorprendieron al pesquero bermeano con la red largada en el agua, en una situación muy vulnerable, ya que el barco estaba inmovilizado y no podía emprender la huida.
El patrón del pesquero, Faustino Marcos, dio la voz de alarma y se aplicó el protocolo de actuación establecido tratando de proteger la seguridad de la tripulación y evitar que los asaltantes se acercaran a las inmediaciones del buque. Simultáneamente, otros buques atuneros bermeanos se dirigieron a toda máquina hacia el Intertuna II. Entre ellos, el Alakrana, Artza e Intertuna III. Finalmente, los agentes de seguridad privada lograron mantener alejados a los piratas.
El Izurdia fue otro de los barcos que acudió a la llamada de auxilio del Intertuna II. No obstante, el patrón de la embarcación se vio obligado a variar su rumbo repentinamente al tener conocimiento de que su buque auxiliar, el Artxanda, había avistado un esquife pirata que le estaba persiguiendo. "Cuando avistamos el esquife pusimos en marcha el protocolo de seguridad y emprendimos la huida inmediatamente. Afortunadamente logramos deshacernos de ellos. No obstante, yo creo que tuvieron alguna avería en el motor porque la persecución no duró mucho", aseguró ayer Josu Larrozea, patrón del Artxanda. Este barco auxiliar cuenta con una tripulación formada por diez hombres y dispone de dos agentes de seguridad de nacionalidad israelí.
Los arrantzales vascos que faenan en aguas del Índico se sienten en el punto de mira de los piratas somalíes. "Parece que estamos en guerra. Hay piratas por todas partes. En un radio de apenas 90 millas aparecen reflejados en el mapa diez puntos donde se han producido avistamientos o ataques de piratas", asegura preocupado el patrón del Artxanda.