Más de 49.000 vascos padecen glaucoma mientras que aproximadamente otros 20.000 lo desconocen, debido a que en un primer estado la enfermedad no produce síntomas, según ha advertido la Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares (AGAF). Según la entidad, 16.000 guipuzcoanos están diagnosticados de esta afección.
El glaucoma es una enfermedad ocular progresiva que daña el nervio óptico, el cual es fundamental para una visión clara. Generalmente, esta afección está relacionada con un aumento de la presión intraocular y, si no se trata a tiempo, puede provocar pérdida irreversible de la visión e incluso ceguera.
Se estima que millones de personas en el mundo padecen glaucoma, muchas de ellas sin saberlo, ya que en sus primeras etapas no presenta síntomas evidentes.
Prevención del glaucoma
Si bien el glaucoma no se puede prevenir por completo, existen medidas que pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad o a detectarla en una etapa temprana:
Exámenes oculares regulares
Las revisiones oftalmológicas periódicas son clave para la detección temprana del glaucoma. Se recomienda que:
- Las personas menores de 40 años se realicen un examen cada 2 a 4 años.
- Entre los 40 y 54 años, cada 1 a 3 años.
- Entre los 55 y 64 años, cada 1 a 2 años.
- A partir de los 65 años, anualmente.
Control de la presión intraocular
Mantener la presión ocular dentro de un rango saludable es crucial para prevenir el daño del nervio óptico. Esto se puede lograr con mediciones periódicas en el oftalmólogo y el uso de medicamentos preventivos si es necesario.
Estilo de vida saludable
Adoptar hábitos saludables puede contribuir a la prevención del glaucoma. Actividades como caminar, nadar o practicar yoga ayudan a mejorar la circulación y a reducir la presión ocular.
Asimismo, consumir alimentos ricos en antioxidantes, como frutas y verduras de hoja verde, ayuda a proteger los nervios oculares. También se debe evitar el tabaquismo y el alcohol, ya que estos factores pueden aumentar el riesgo de daño ocular.
Proteger los ojos
El uso de gafas de sol con protección UV y equipo de protección en entornos de riesgo puede prevenir lesiones oculares que podrían derivar en glaucoma secundario.
Tratamiento del glaucoma
Si bien el glaucoma no tiene cura, su progresión puede ser controlada con diversos tratamientos para evitar una pérdida mayor de visión. El tratamiento dependerá del tipo y severidad de la enfermedad, e incluye:
Medicación
Los medicamentos, generalmente en forma de colirios, son la primera línea de defensa contra el glaucoma. Estos ayudan a reducir la presión intraocular mediante:
- La disminución de la producción de humor acuoso.
- El aumento del drenaje del líquido intraocular.
Terapias con láser
Las terapias láser pueden ser una opción eficaz para mejorar el drenaje del líquido ocular y reducir la presión. Algunas opciones incluyen:
- Trabeculoplastia láser: Facilita la salida del humor acuoso.
- Iridotomía láser: Se realiza en casos de glaucoma de ángulo cerrado.
Cirugía
Cuando los tratamientos convencionales no son suficientes, se pueden considerar procedimientos quirúrgicos como:
- Trabeculectomía: Creación de una nueva vía de drenaje para el líquido ocular.
- Implantes de drenaje: Dispositivos colocados para facilitar el drenaje del humor acuoso.
Cambios en el estilo de vida
Para complementar los tratamientos médicos, es importante seguir hábitos saludables que ayuden a mantener la salud ocular y general.
El glaucoma es una enfermedad silenciosa que puede generar graves consecuencias si no se detecta y trata a tiempo. La prevención mediante revisiones oculares regulares y un estilo de vida saludable es fundamental.
En caso de diagnóstico, existen diversas opciones de tratamiento para controlar la progresión de la enfermedad y preservar la visión.