Un grupo multidisciplinar de expertos ha recomendado el uso de la politerapia de combinación de fármacos en el tratamiento del paciente de alto riesgo cardiovascular, asegurando que vencer la inercia terapéutica es uno de los principales desafíos para el uso de los nuevos fármacos en la práctica clínica diaria.

Así lo han subrayado durante la cuarta edición del Annual Review of Congresses on Cardiovascular Risk ('ARC RCV), encuentro científico celebrado el pasado fin de semana y organizado por la consultora Luzán 5 Health Consulting, con la colaboración de Amgen, Bayer, Bristol-Myers Squibb/Pfizzer, Daiichi-Sankyo y Novo Nordisk..

"Hemos revolucionado el tratamiento de la insuficiencia cardiaca y renal con fármacos que mejoran significativamente el pronóstico de los pacientes. En anticoagulación, los beneficios y las indicaciones no paran de extenderse; además tenemos un mayor conocimiento de las diferencias dentro de los anticoagulantes directos. En obesidad y diabesidad, las opciones que tenemos de tratamiento también aportan grandes oportunidades que mejoran la evolución y reducen el riesgo de comorbilidades", ha dicho el coordinador del encuentro, Esteban Jódar.

El paso de la cuádruple a la quíntuple terapia ha sido uno de los principales temas abordados en el módulo de los avances en prevención y control de la insuficiencia cardio-renal, moderado por el del Servicio de Medicina Interna del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, José María Fernández, quien ha defendido el uso de los fármacos disponibles para el tratamiento precoz de la insuficiencia cardiaca.

En este sentido, los expertos han explicado que la insuficiencia cardiaca es un campo en el que hay un amplio desarrollo de nuevas terapias y no hay que tener miedo a la polifarmacia, sino optimizar valorando lo que es prescindible. Así, han reconocido que la polifarmacia es un concepto que "no está correctamente definido y se pasa muy de perfil" en las guías de práctica clínica, aunque tiene un impacto importante en el tratamiento de la insuficiencia cardiaca.

En este sentido, han hablado sobre los llamados cinco fantásticos de la insuficiencia cardiaca, destacando que a la cuádruple terapia se sumaría ahora un quinto fármaco (vericiguat), cuyo uso sugieren explorar en ciertos pacientes con insuficiencia cardiaca.   

Nuevas perspectivas en anticoagulación y riesgo cardiovascular

Por su parte, el jefe de servicio de Cardiología del Hospital Arnau de Vilanova en Valencia, Juan Cosin, ha defendido que los anticoagulantes orales de acción directa (ACODS) han cambiado la vida de los pacientes, ya que sus beneficios están comprobados en la reducción de ictus y hemorragia intracraneal.

Entre las novedades, ha destacado que cada vez se avanza más en situaciones complejas de anticoagulación del paciente con fibrilación auricular: "A lo largo del último año hemos tenido datos del papel de los anticoagulantes orales de acción directa en el paciente con fibrilación auricular y varias comorbilidades, como la diabetes, la insuficiencia renal avanzada, el cáncer o el alto riesgo de sangrado. En general, los anticoagulantes orales de acción directa han sido superiores en eficacia y seguridad respecto a los antivitamina K, salvo en pacientes con fibrilación auricular y valvulopatía mitral reumática", ha argumentado.

Asimismo, los expertos han informado de que sólo el 60% de los pacientes con fibrilación auricular son tratados con anticoagulantes orales de acción directa. De los que están tratados con antivitamina k, la mitad están mal controlados, pero creen que no se les cambian a anticoagulantes orales de acción directa por la inercia terapéutica y ciertas pegas a nivel administrativo.

La "gran novedad" que han apuntado en la terapia anticoagulante son los inhibidores del factor XI activado. "Pese a que se encuentra en fases iniciales de investigación, es una nueva familia que se espera que sea mejor que los disponibles hasta ahora porque, en teoría, tienen un menor riesgo de sangrado y ofrecen una protección similar frente al ictus", ha detallado Cosín.

Del mismo modo, el doctor del Servicio de Endocrinología y Nutrición, Pedro Rozas, ha hablado sobre el desafío de la diabesidad como factor de riesgo cardiovascular. "El modelo de abordaje actual de la diabesidad no es válido y debemos avanzar hacia un modelo holístico de intervención precoz e intensiva para prevenir las complicaciones asociadas" ha defendido.

Cualquier pérdida de peso se asocia a beneficios en la salud de pacientes con diabetes tipo 2, si bien reducciones superiores a un 15 % son capaces de remitir la enfermedad en estadios iniciales y reducir la morbimortalidad. Hasta la fecha, esta pérdida de peso era muy complicada de lograr con medidas no quirúrgicas. Sin embargo, el uso combinado de modificaciones intensivas del estilo de vida y determinadas novedades farmacológicas van a suponer un cambio significativo en el abordaje de este grupo de pacientes.

Finalmente, el doctor del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Virgen de la Victoria en Málaga, José Antonio López-Medina, ha destacado que en algunos de los estudios presentados el último año, la evidencia científica confirma que la reducción intensa del LDL-colesterol, mediante inhibidores de PCSK-9, añadido a estatinas, reduce los eventos cardiovasculares y la mortalidad cardiovascular.

El objetivo de una terapia hipolipemiante es reducir el riesgo y la enfermedad cardiovascular, por lo que cuanto más bajemos el colesterol LDL y otras lipoproteinas relacionadas con la enfermedad cardiovascular y antes lo hagamos, mejor", ha subrayado.

"Las estatinas son los fármacos de primera línea para reducir el LDL-colesterol en plasma, un factor de riesgo bien conocido en enfermedad vascular. Sin embargo, incluso bajo una terapia óptima con estatinas, persiste un riesgo residual significativo de enfermedad cardiovascular, por lo que son necesarios nuevos fármacos distintos de las estatinas y nuevas dianas terapéuticas distintas del LDL-C para reducir el riesgo", ha zanjado.