La igualdad en la Liga Euskotren no es un simple eslogan comercial. No al menos si nos atenemos a la lucha por el descenso, que se ha certificado este domingo para la Ama Guadalupekoa de Hondarribia. Ha terminado a cinco puntos de la Donostiarra, que se jugará el play-off de descenso en Bermeo y Portugalete después de la Bandera de La Concha, pero regata a regata, la diferencia ha crecido por márgenes muy estrechos hasta hacerse insalvable.
Los datos son fríos y quizá en Hondarribia piensen que también crueles: en un tercio de las 16 regatas de esta temporada, las patroneadas por Miren Garmendia se han quedado a menos de un suspiro de lograr al menos un punto más para la general.
Las aguas de Ondarroa son un buen botón de muestra de lo que decimos: llegó a ser por momentos proa de la primera tanda, en la que navegó en segunda posición durante la mayoría del tiempo. Al final cayó a la tercera plaza, superada por su rival directo por la permanencia, una Donostiarra a la que veía posible reducir dos puntos la diferencia por la salvación. Al final fueron las segundas quien aventajaron en otro punto a las hondarribiarras.
Zierbena, Hondarribia, Pobra...
Una tónica de foto-finish desfavorable que la vivieron en Zierbena por primera vez con la Bandera Petronor. Últimas de la jornada, se quedaron a solo cuatro centésimas de la séptima posición, y fruto de la igualdad de la zona baja, a solo 46 centésimas de la quinta plaza. Ni medio segundo.
Hubo más: en la Bandera Balfegó de casa con un trabajo once centésimas más corto hubieran terminado sextas; otras 20 centésimas en Pobra do Caramiñal para ganar un puesto y 18 centésimas en la primera jornada de Zarautz.
En total, cinco desventajas que entre todas suman 1,2 segundos para un equipo que de la unión ha hecho la fuerza desde pretemporada, cuando le costó confeccionar un bloque tras la marcha de remeras dirección a otros proyectos, como recordaba el entrenador, Iker Cortés, en este diario.
Poco a favor
A la contra, en cambio, las patroneadas por Miren Garmendia, que ha portado el mallot a la Mejor Patrona durante casi toda la temporada, no ha habido márgenes tan estrechos: cuando ha dejado traineras detrás, lo ha hecho con cierta distancia. Solo en una ocasión ha caído a favor una ventaja tan exigua: fue en la Bandera Euskotren de Lekeitio, con 20 centésimas sobre Hibaika.
Sobresalen dos actuaciones que invitaban a pensar en la salvación: el cuarto puesto en aguas donostiarras, aventajando a una Zumaia habitual en al tanda de honor en siete segundos; y el tercer puesto de Orio el siguiente fin de semana, solo por detrás de la local y Tolosaldea.
La serenidad en un descenso
Podía pasar y ha sucedido. La Ama Guadalupekoa ha descendido a la Liga ETE y lo hace sin aspavientos, con tristeza pero sin escenas dramáticas, con la normalidad de que en el deporte estas cuestiones ocurren, el mundo no se termina y al día siguiente amanece. La patrona de Hondarribia, Miren Garmendia, ha verbalizado ese ADN tan interiorizado en la familia verde ante las cámaras de ETB: "Tenemos que estar muy orgullosas, hemos peleado hasta el final..., pero es una gozada que en el remo femenino haya esta igualdad y competitividad. Estamos muy contentas como mujeres deportistas".
"Me emociona pensar en ellas, pasamos mucho tiempo juntas, sufrimos mucho, nos lo pasamos muy bien también...", ha dicho Garmendia sobre su tripulación, antes de reconocer que esa convivencia "hace que una situación así sea tan bonita y con esa familiaridad. Estoy muy orgulloso de ellas, hacen un gran trabajo y que las elijo siempre".
La hernaniarra, que ha ganado el maillot a la Mejor Patrona de la categoría, ha resumido lo que ha sido la Ama Guadalupekoa esta temporada en mitad de tantas vicisitudes para echar el bote al agua: "Tenemos una gran familia, nos hemos protegido mucho entre nosotras. Sabíamos que esto podía pasar, pero no le damos más vueltas. Nos toca bajar, pero subiremos con más fuerza".
Proyecto de club
Con el descenso a la Liga ETE, Hondarribia pone fin a tres años consecutivos en la máxima categoría, donde ya había competido entre 2018 y 2021. Fiel a la filosofía del club, el único que esta temporada ha dispuesto de embarcaciones en la máxima categoría masculina, la femenina y en la ARC-1 (donde una plantilla muy joven ha evitado el descenso directo la salvación al ver remeros promocionados en el relevo generacional de la trainera de la Liga Eusko Label), el futuro pasará por seguir la fórmula de toda la vida, con los pies en el suelo.
Antes, eso sí, le queda una gran cita: la clasificatoria de la Bandera de La Concha. Quién sabe si esta vez, en un mar abierto que es más favorables a las verdes, la suerte sonríe...