A la tercera, la vencida. Donostia Arraun Lagunak se ha llevado la bandera de Getxo que se le había resistido en las dos últimas ediciones y continúa con el pleno de victorias en nueve regatas disputadas desde que la liga zarpó. Por detrás, el fotofinish ha dilucidado el segundo puesto de la bandera a favor de la Donostiarra en una jornada en la que Hondarribia ha logrado meterse en tanda de honor para el domingo.

Con ese pleno de banderas, Donostiarra, Orio y Tolosaldea se proponían romper la racha. Las de Juan Mari Etxabe tenían a sus vecinas por la contigua calle 1 junto al muelle Arriluze y a las oriotarras, por estribor, mientras que las tolosarras bogarían por la 4.

El primer minuto ha dejado una pelea entre las calles centrales, entre las grandes dominadoras de la temporada y Orio, que quería defender su trono en aguas del Abra. No obstante, suyas eran cuatro de las cinco últimas banderas de Getxo, todas desde 2019 salvo 2021: el año que querían repetir las patroneadas por Andrea Astudillo.

Lo cierto es que Arraun no ha dado opción transcurridos los primeros 60 segundos: en seguida aventajaba a Orio en media trainera y mediado el primer largo, las ventajas bailaban entre 4 y 5 segundos.

Ascendente, la Torrekua ha adelantado a Orio, que intentaba buscar su estribor en la calle 4, donde Tolosaldea peleaba por no descolgarse en peores condiciones de viento de branka. Una circunstancia que se ha notado en esa dura pugna por el cuarto puesto entre tandas: con Arraun Lagunak en 5’32” y Donostiarra en 5’39”, Orio se situaba en tiempos similares a los de Hondarribia y Tolosaldea, en 5’47”, mismos tiempos que Hibaika.

En el regreso, una nueva exhibición de Donostia Arraun Lagunak en popare le ha permitido ganar la bandera del Lehendakari Agirre por primera vez desde 2021. Y además con ventaja, porque ha dejado a sus rivales a 15 segundos por detrás. Una Donostiarra y un Orio que han entrado separadas por 38 centésimas.

Cinco segundos antes que Hondarribia, eso sí, un objetivo que no ha logrado Tolosaldea, que como ya pasó en Galicia en la jornada dominical remará en la primera tanda: con 11'05" se ha situado por detrás de la Ama Guadalupekoa, salvando al menos un segundo por encima de Hibaika.

Hondarribia, a tanda de honor

Según la clasificación general el fin de semana que se superará el ecuador de la Liga Euskotren, la regata femenina la ha abierto el doble duelo guipuzcoano-gallego. Lo ha hecho tras el minuto de silencio que se ha guardado por el remero veterano Alberto Tellitu, exremero de Zierbena que ha fallecido este sábado al sentirse indispuesto por la mañana tras una prueba de veteranos.

Por la calle 3, Hondarribia ha demostrado el dominio que ya ha enseñado en jornadas anteriores, con superioridad en su propia tanda (quinta clasificada con 33 puntos, aventajaba en 12 a Hibaika). Con una orientación inicial hacia babor en el largo de ida, ya aventajaba a la Madalen que bogaba por la calle 2 en dos segundos para el segundo minuto; por la calle 1, Cabo, ya quedaba a cinco segundos y aún más lejos, por la calle 4, Tirán, a ocho segundos.

Las patroneadas por Miren Garmendia, que animaba a las suyas a que persiguieran un tiempo para entrar en tanda de honor en Lekeitio, han culminado el primer largo, el mejor que han firmado, contra el viento en un tiempo de 5’41”.

Un crono seis segundos por delante de Hibaika, lo que le ha permitido a la Ama Guadalupekoa dirigirse rumbo a la calle 2. El buen papel del equipo que entrena Iñaki Mendizabal en la vuelta ha hecho que los segundos de las verdes cayeran en una muy menor proporción que los que recibían Cabo y Tirán.

El largo de vuelta dejaba aún más descolgadas a las dos gallegas, que han terminado compitiendo entre sí con una mejor vuelta de las de Moaña: de los 13 segundos de Hondarribia a Cabo y 22 a Tirán en la maniobra, ambas terminaron la regata a 26 y 32 segundos, respectivamente.

Entre la Ama Guadalupekoa y la Madalen la regata se ha cerrado con diez segundos de diferencia tras el crono de 10’57” de las bidasoarras. Ese era el resultado que las cuatro embarcaciones de la tanda de honor debían guardar para no tropezar con la vista puesta en la regata del domingo.