donostia. La regata clasificatoria para la Bandera de La Concha es la puerta de acceso a la prueba más prestigiosa de la temporada. Hay muchísimo en juego, y la tensión a veces juega malas pasadas. Tal vez por eso, en los corrillos del mundo del remo se denomina a la cita de hoy como "la regata de los nervios", antes de disputarse, y como "la regata de las sorpresas", después. Y es que la lógica no siempre se cumple en una prueba donde los imprevistos están a la orden del día.

En teoría, los resultados obtenidos a lo largo de la temporada deberían otorgar cierta confianza a las tripulaciones mejor posicionadas en la Liga San Miguel. Sin embargo, una buena campaña no garantiza el billete para bogar en La Concha. Por ejemplo, desde que se fundó la liga ACT en 2003, solo en tres ocasiones se han clasificado para la prueba donostiarra los mismos siete botes que terminaron la competición regular en las siete primeras plazas -en 2003, 2009 y 2011-. Además, en ningún caso se clasificaron en el mismo orden que ocupaban en la liga. Lo habitual, por lo tanto, es que alguna trainera de la mitad baja de la liga logre dar la sorpresa.

Esta misma temporada, cinco de los siete primeros botes de la Liga San Miguel tienen antecedentes para no confiarse. De hecho, tan solo Kaiku y Urdaibai han terminado por encima de la octava posición en las 17 jornadas que se han disputado. Los peores puestos de los sestaoarras fueron las sextas plazas de Pedreña y de Pasaia, mientras que los de Bermeo han sido séptimos en otras dos ocasiones.

Aparentemente, Orio es otro valor seguro, ya que los de Igor Makazaga solo han finalizado por debajo del séptimo puesto en una ocasión. La San Nikolas descendió hasta la novena posición de una regata en la quinta jornada de la liga, en Moaña.

Hondarribia, a su vez, ha caído por debajo de la séptima plaza en tres ocasiones; Tirán, en cuatro; Portugalete, en cinco; San Juan, en siete; y San Pedro, el octavo clasificado de la Liga San Miguel, en cinco regatas.

máxima igualdad Más allá de regatas puntuales, la dificultad de elaborar un pronóstico aumenta por la gran igualdad que existe esta temporada entre las embarcaciones de la máxima categoría. Cinco tripulaciones diferentes han ganado banderas -Kaiku, Orio, Hondarribia, Urdaibai y Tirán-, y otros tres botes -San Juan, Astillero y Portugalete- han sido capaces de terminar alguna vez entre los tres primeros clasificados. Los sanjuandarras están logrando encadenar una buena racha de resultados en las últimas regatas y llegan en buena forma, al igual que un Astillero más irregular. Portugalete, además, tendrá la ventaja de no tener que limitarse a los cupos. Los tiempos también están siendo apretados. En la última regata de la liga, por ejemplo, los siete primeros clasificados entraron en un margen de diez segundos y treinta centésimas.