En primavera y verano las fruterías se llenan de color con las fresas. Según la variedad, pueden encontrarse de marzo a julio. Su nombre botánico es fragaria vesca que proviene el latín fragans y hace referencia a su fragancia, característica, sobre todo en las variedades silvestres.

Repasamos algunos de sus beneficios:

Pocas calorías

Las fresas son perfectas para quien lleva dietas hipocalóricas. Tienen muy pocas calorías (40 kcal por cada 100 g) ya que su principal componente es el agua.

Aportan hierro y magnesio

Son ideales para curas de remineralización. Contienen un amplio abanico de minerales, especialmente hierro y magnesio, pero también potasio, calcio, fósforo…

Combaten la anemia

La absorción del hierro por parte del organismo se realiza de modo más efectivo con vitamina C, y al contener la fresa ambos, es ideal para combatir las anemias ferropénicas.

Más vitamina C que las naranjas

Son una de las frutas más ricas en vitamina C, y 100 gramos de fresas cubren el 100% de las necesidades de esta vitamina. Además de valores menores de vitamina K, ácido fólico y vitaminas del grupo B.

Para reducir los niveles de ácido úrico

Las propiedades alcalinizantes y su riqueza en calcio y potasio favorecen la eliminación de ácido úrico.

Para bajar la tensión arterial

El potasio que contiene hace que la diuresis aumente y ayude a rebajar la tensión arterial.

Ayuda a paliar los síntomas de artrosis y artritis

El ácido salicílico presente en algunas frutas como las fresas hace que se las considere como aspirinas naturales. Contienen sustancias antiinflamatorias que mejoran los síntomas de enfermedades de este tipo.

Contra el estreñimiento

Su contenido en fibra soluble ayuda a mantener la regularidad en el baño y a prevenir o mejorar el estreñimiento.

Para una buena visión

Para cuidar de la salud de los ojos y prevenir o retrasar la aparición de enfermedades degenerativas relacionadas con la vista, las fresas aportan unos pigmentos (la zeaxantina y luteína) con efecto protector.

Buenas para la piel

Debido a su contenido en vitamina C y en agua, las fresas contribuyen a mantener una piel joven e hidratada, y favorece la producción de colágeno y la renovación de la piel.