La final de este sábado se jugará sin público, pero no por ello dejará de tener sus historias peculiares. Una de ellas es la de tres guipuzcoanos que se encuentran estos días en Sevilla por motivos laborales y que podrán ver in situ la final. No porque se haya permitido público en las gradas a última hora ni porque alguno de los dos clubes o la Federación les haya dispensado ningún trato de favor, sino porque están alojados en el hotel construido en uno de los córners de La Cartuja.

Un hotel de cuatro estrellas, el Exe Isla Cartuja, que cuenta con habitaciones disponibles para este fin de semana. Estancias que hace unas semanas llegaron a valer 2.000 euros la noche y ahora, con las limitaciones de movilidad y las restricciones impuestas, no alcanzan ni la décima parte. En el caso de los guipuzcoanos, además, el ventanal da al interior del campo, por lo que cristal mediante, podrán seguir la gran final.

En el fútbol europeo es relativamente habitual que instalaciones como campos de fútbol cuenten con un hotel. Sin ir más lejos, la Real ya se hospedó en el hotel del Lerkendal Stadium cuando jugó contra el Rosenborg en Trondheim o en Chapín, contra el Xerez.