La Real Sociedad estará el próximo martes 9 de diciembre en el sorteo de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey, tras imponerse a domicilio al Reus (0-2). El cuadro txuri-urdin no se encontró en tierras catalanas con un partido fácil, tal y como acreditan los diferentes reajustes tácticos que Sergio Francisco debió ejecutar sobre la marcha. El entrenador irundarra tuvo muy en cuenta, a la hora de plantear el encuentro, el dibujo 3-4-3 que acostumbraba a emplear el rival, pero lo cierto es que el dinamismo de los futbolistas locales dificultó a la Real las tareas defensivas durante los 90 minutos. Afortunadamente, los cambios ejecutados sí originaron una mejoría ofensiva que a la postre se tradujo en la imprescindible victoria.

El planteamiento

Sergio Francisco apostó ante el Reus por replicar de inicio la estructura local, colocando enfrente del Reus un espejo en forma de 3-4-3. Tal y como sucediera en el partido liguero de Balaídos ante el Celta, Aihen Muñoz fue el central izquierdo de la Real, dentro de un dibujo en el que extremos y carrileros intercambiaban de forma habitual sus respectivas demarcaciones. Así, resultó habitual ver a Odriozola por dentro en la derecha y a Goti pisando la cal, fenómeno que se daba igualmente en la izquierda entre Zakharyan y Sergio Gómez.

Alineación inicial de la Real en forma de 3-4-3, con las flechas blancas ilustrando las permutas entre Sergio Gómez y Zakharyan, así como las que ejecutaban Goti y Odriozola.

La anterior imagen de pizarra, trasladada a una captura de pantalla.

Un ejemplo de las citadas permutas entre carrilero y 'extremo': Goti da amplitud y salida por banda, mientras Odriozola, ubicado en los carriles interiores, traza un desmarque de dentro hacia fuera.

Lo cierto es que el estado del césped, muy botón, dificultó a los de Sergio Francisco completar secuencias de pase largas e impidió hacer daño mediante la circulación del esférico. El bagaje ofensivo en la primera mitad resultó prácticamente nulo, más allá de una aislada ocasión de Gorka Carrera tras centro de Pablo Marín. Y tampoco es que terminara de funcionar el sistema de emparejamientos al hombre en el que el técnico pensó para defender al Reus. Tal y como apuntábamos previamente, las estructuras de ambos equipos coincidían y facilitaban presionar en uno contra uno. Al menos eso decía la teoría...

Los dibujos de ambos equipos, enfrentados entre sí y mostrando cómo el sistema realista encajaba como un guante en el del Reus, a la hora de presionar.

Problemas e intervención

En cualquier caso, el entrenador realista ya había avisado, en su rueda de prensa previa al partido, que el Reus acostumbra a mover mucho las piezas sobre el césped, dotando a sus futbolistas de un dinamismo muy marcado. A los jugadores realistas les costó referenciar sobre el césped a sus adversarios, suponiendo la gota que colmó el vaso una jugada concreta que se dio en el minuto 36. Hasta entonces, los txuri-urdin se emplearon según el ya visto 3-4-3, tanto en ataque como en defensa. Pero tras la mencionada acción, ya no...

Minuto 36. El punta del Reus y uno de los pivotes intercambian alturas. A su vez, el 'extremo' izquierdo local (fuera de imagen) está fijando muy bajo y pegado a la cal a Álvaro Odriozola. El cuadro catalán halla una salida sencilla a través de su carrilero zurdo.

Tras esta jugada, el preparador txuri-urdin varió la estructura de los suyos, pasando a actuar con un 4-2-3-1 cuyo objetivo era contar con un mediapunta (Zakharyan) que echara una mano en la sala de máquinas a Turrientes y Pablo Marín. La ayuda del ruso pasó a permitir a estos vigilar sus respectivas espaldas y encargarse de los atacantes del Reus cuando alguno de los laterales txuri-urdin (Aihen y Odriozola) avanzaban para presionar a los carrileros catalanes.

El 'nuevo' 4-2-3-1 blanquiazul. Las flechas junto a Marín y Turrientes muestran sus dos opciones defensivas: presionar hacia delante a un pivote rival o ayudar detrás con uno de los atacantes. Debían ejecutar esta última tarea si el lateral de su costado (Aihen u Odriozola) ganaba metros para apretar al carrilero local..

Captura de pantalla en fase defensiva nada más activarse el cambio de sistema, en el tramo final de la primera parte.

Sergio Francisco pensó que el nuevo dibujo podía ayudar a ver una Real más cómoda sin balón. Y estimó al mismo tiempo que, para inquietar al Reus en fase ofensiva, tocaba cambiar el paradigma del ataque txuri-urdin. Encontrándose el césped como se encontraba, se demostró muy complicada la opción de enlazar posesiones, buscar superioridades interiores y mostrar agresividad rompiendo por el carril abierto entre central y carrilero locales. Por ello, el irundarra inició la segunda mitad desde una propuesta más vertical y directa, variando algunos nombres propios dentro del ya visto 4-2-3-1.

Así comenzó la Real la segunda mitad. Carrera es quien ejecuta el trabajo defensivo previo de Zakharyan en la mediapunta, pero en ataque forma un doble 'nueve' junto a Sadiq. Además, Barrene aporta respecto al sustituido Sergio Gómez una mayor capacidad de desborde para luego centrar balones al área. El nuevo paradigma de ataque se traduce enseguida en el 0-1, en ocasiones adicionales, e incluso parece permitir a la Real ajustarse en defensa (Turrientes puede asumir la vigilancia del 'extremo' derecho al ayudar en la media el propio Carrera).

Regreso a los orígenes

Sin embargo, el Reus nunca dejó de burlar de forma relativamente asidua la presión de la Real, por lo que, mediada la segunda parte, Sergio Francisco apostó, ya en ventaja, por regresar a la idea inicial del 3-4-3. El técnico no quiso devolver a Aihen a la posición de central, mantuvo al navarro en banda (ya como carrilero) y situó en el eje de la zaga a Jon Gorrotxategi, junto a Jon Martín y Aritz Elustondo. El eibartarra repitió en la demarcación que ya ocupó durante largas fases del encuentro del domingo contra el Villarreal en Anoeta.

Minuto 67: la Real ya ha regresado al 3-4-3 con el que había iniciado el partido. Terminará el duelo manteniendo este esquema, con Ander Barrenetxea de carrilero diestro tras la sustitución de Odriozola.

Fue un partido poco brillante de la Real, con el objetivo de la victoria cumplido. Nadie se acordará de lo de Reus si en un par de meses el equipo ilusiona con la competición copera, como nadie se acordaba en abril de la prórroga de Cuenca cuando se rozó la final en el Santiago Bernabéu