La 'nueva' presión de la Real en Valencia
La estructura adoptada por el equipo para apretar arriba al cuadro che, ya apuntada en los amistosos previos, significa hasta la fecha la principal novedad con Sergio Francisco respecto a la etapa de Imanol
Sólo fue un partido. Y esta temporada restan, como mínimo, otros 38. La Real Sociedad de Sergio Francisco hallará con el paso de las semanas y de los meses encuentros y contextos para mostrar versiones muy distintas a la ofrecida en Mestalla. Pero la visita al Valencia este sábado ya sirvió para señalar algunos cambios en el engranaje txuri-urdin respecto a la larga etapa de Imanol. El principal residió en la forma en que el equipo presionó a su rival, distinta de la habitual en las campañas anteriores.
Simplificando hasta el extremo el modo en que la Real de Alguacil apretaba a sus adversarios, podemos apuntar a dos funcionamientos diferentes: el más agresivo implicaba emparejamientos al hombre por todo el campo, y el segundo, algo más conservador, suponía esperar al rival con un 4-1-3-2 que basculaba orientándose hacia el costado por el que el contrincante trataba de avanzar. Este sábado en Mestalla, mientras, un Sergio Francisco posiblemente condicionado por los movimientos del Valencia apostó por un bloque muy estrecho para presionar, dando prioridad a tapar dentro y a conceder en cierto modo un primer pase fuera.
Para el minuto 6 de partido, los txuri-urdin ya dejaban bien a las claras cómo se iban a comportar sin balón. Lo hicieron siendo atrevidos con la altura del bloque e intensos a la hora de intentar robar, pero desde estructuras que les propiciaban también un cinturón de seguridad atrás. Barrene y sobre todo Kubo trabajaban más dentro que fuera, concediendo en primera instancia los pases a los laterales Foulquier y Gayà. Tras ellos, mientras, Aihen y Aramburu seleccionaban muy mucho sus posibles saltos para corregir. El venezolano vigilaba también el movimiento interior del extremo zurdo Diego López (cuarto centrocampista en la práctica), repartiéndose este trabajo con Turrientes. Y además, cualquier envío diagonal y bombeado de portero o centrales hacia los citados Foulquier y Gayà otrogaba tiempo para que Barrene o Kubo se presentaran ante ellos tras la recepción.
Comportándose según lo descrito, la Real pudo cerrar siempre con una línea de cuatro defensas, en superioridad numérica respecto a la delantera valencianista. La zaga blanquiazul va a seguir actuando muy adelantada, pero quizás no va a exigir tanto a sus componentes, pues de momento no apuntan a tener que emparejarse uno contra uno con los atacantes rivales. Se trata de una circunstancia que puede explicar el fichaje de un Caleta-Cara quien las referencias no sitúan precisamente como un futbolista cómodo a campo abierto.
De principio a fin, incluso en una última media hora de panorama mucho más abierto, la Real defendió siempre del mismo modo, con un bloque estrechísimo. Así se dio incluso cuando el Valencia, ya en los minutos finales, apostó por llevar fuera a uno de sus cuatro centrocampistas (el extremo Diego López lo era de facto), en este caso un André Almeida que se acercaba a la cal para tratar de recibir.
En ataque
Con balón, mientras, resulta más delicado analizar los movimientos realistas en clave comparativa con la etapa de Imanol. El oriotarra, como el propio Sergio Francisco, era un entrenador versátil en lo ofensivo y que trataba de amoldar los planes de partido al panoramá táctico del mismo. En cualquier caso, sí procede subrayar cómo la Real insistió en Mestalla a la hora de tratar de avanzar por la vía exterior, sin arriesgar balones dentro. Lo hizo tratando de llevar el balón fuera, de atraer así a los laterales rivales y de atacar luego de forma agresiva el intervalo entre ese mismo lateral y un central valencianista. Para ello, el entrenador y sus futbolistas alternaron distintas fórmulas, principalmente tres: salidas de tres, rupturas al espacio de los interiores (sobre todo Marín) y recepciones fuera de los propios interiores para que quienes corrieran en profundidad por el carril fueran los los extremos.
De momento, la principal conclusión que podemos extraer de lo visto en pretemporada y en la primera jornada apunta a que, en lo que a la presión se refiere, la Real de Sergio Francisco va a adoptar estructuras algo más conservadoras que la de Imanol, manteniendo, eso sí, la intención de ir a buscar a los rivales y de apretarles arriba. En lo que respecta a la fase con balón, mientras, Alguacil trataba de trabajar un equipo lo más rico y versátil posible, por lo que tampoco procede extraer lecturas contundentes de lo visto hasta la fecha con el nuevo técnico. Las circunstancias en Mestalla llevaron a este a apostar por una idea principal concreta en lo ofensivo, pero esperan a lo largo del curso encuentros y rivales de todo tipo y condición.