La Real Sociedad cayó eliminada este jueves de la Europa League, a manos del Manchester United en Old Trafford. En un partido cuyo resultado final (4-1) se vio muy determinado por las decisiones del árbitro francés Benoit Bastien, los txuri-urdin estaban logrando competir con decoro hasta que entraron en escena las acciones polémicas. El encuentro no tuvo variantes tácticas muy marcadas respecto a la ida, y significó una continuidad dentro del equilibrio que Imanol logró ya en el tramo final del duelo de Anoeta.
Durante el partido de hacía una semana, el entrenador oriotarra ya había optado por retrasar a su pivote, en fase defensiva, a la posición de tercer central. Lo hizo, eso sí, con jugadores como Turrientes (primero) y Marín (después), de perfiles menos adecuados para jugar un rol que en Mánchester desempeñó Zubimendi. El donostiarra actuó en Old Trafford como zaguero izquierdo con la misión de encargarse de Garnacho, ayudando a la Real a cerrar con cinco futbolistas ante un rival que puebla a menudo su frente de ataque con otros cinco jugadores.
Los blanquiazules quisieron mostrarse agresivos en la presión, aunque trataron también de evitar defender a pares (al hombre) por todo el campo. Así, intentaron orientar a las bandas los inicios del Manchester United para saltar a apretar con un único lateral y recoger al otro, deparándose así una superioridad numérica de cuatro contra tres en última línea.
Con el balón
Lo ya visto sólo significó una continuidad de los buenos minutos realistas en el tramo final del encuentro de ida. Además, los txuri-urdin demostraron en Old Trafford haber tomado nota, tras lo ocurrido en Anoeta, de dónde estaba la puerta de salida para sus jugadas de ataque. Ante un Manchester United que soltaba muy arriba a Dorgu para apretar a Aritz, Aihen Muñoz podía tener algo más de tiempo para recibir en la otra banda si se ubicaba en posiciones retrasadas, dificultado así que Dalot llegara a presionarle. El portugués jugaba de inicio un papel algo menos agresivo que el del propio Dorgu en la otra banda, lo que convertía al 3 txuri-urdin en referencia para sacar el balón jugado.
Dentro del equilibrio con el que se estaba desarrollando el encuentro de vuelta antes de las decisiones arbitrales que lo marcaron, sí es cierto que el Manchester United logró acreditar una ligera superioridad que le hizo merecedor del triunfo en lo meramente futbolístico. Siempre nos quedará la duda sobre cómo habría avanzado el partido de no mediar la polémica, ya que un gran Álex Remiro desbarató los tiros de Hojlund y Zirkzee previos a los dos penaltis en contra. En cualquier caso, también hay que destacar que el rival consiguió generar ambas oportunidades por méritos propios, llevándose una eliminatoria que la Real ha competido hasta donde le han dejado y en la que los red devils, todo hay que decirlo, han mostrado un nivel poco acorde a su mala clasificación en liga.