Uno de los grandes méritos de Imanol Alguacil, este sí que reconocido por todos, es que ha corregido la defectuosa trayectoria del club en la Copa del Rey. Los números son elocuentes. Con la del jueves, será la quinta ocasión en la que alcanza los cuartos de final de la competición, algo digno de ser valorado, con dos buenos recuerdos y dos malos. Curiosamente, las dos alegrías llegaron lejos de Anoeta, en el Bernabéu y en Balaídos, y las decepciones fueron el doloroso 0-4 ante el Betis en casa y el inmerecido 1-0 del Camp Nou.
El oriotarra solo ha tenido como verdugos en la competición al Betis, que le ha eliminado en tres ocasiones, el citado equipo azulgrana y el Mallorca el curso pasado en el mayor disgusto que se recuerda desde que tomó las riendas de la Real. Bueno, es más, una decepción de la que muchos todavía no se han recuperado y que dejó una secuela de tristeza de la que muchos no se han repuesto en Anoeta. Y de aquellos polvos vienen estos lodos…
La noche del Bernabéu
La bonita historia de amor entre Imanol y la Copa surgió en su primera campaña desde el inicio en Zubieta. En la anterior, en su bautizo tras sustituir a Asier Garitano, disputó una dura eliminatoria contra su bestia negra bética que se saldó con sendos empates (0-0 en Sevilla en el debut de Moyá y 2-2 en casa) y con el pasaporte para los cuartos de los andaluces gracias al valor doble de los goles.
Ya con su proyecto reforzado con fichajes importantes por parte de la dirección deportiva, en la campaña 2019-20, los donostiarras se presentaron en la antesala de las semifinales muy ilusionados, pero el maléfico bombo deparó un duelo a vida o muerte en el Bernabéu. En un encuentro memorable, los blanquiazules se impusieron 3-4, después de acabar pasándolas canutas en los minutos finales a pesar de que llegaron a ir ganando 1-4 con doblete de Isak y goles de Odegaard y Merino (vaya tres jugadores, con ellos todo era mucho más fácil y accesible).
Nada más salir del templo blanco, vieron cómo el Athletic se cargaba al Barcelona, lo que convertía a los realistas en los claros favoritos para celebrar un título 34 años después de Zaragoza. En semifinales superó al Mirandés, luego se cruzó la maldita pandemia, y un año después los de Imanol se impusieron a su eterno rival en la final para siempre que se llevó gracias a un gol de Mikel Oyarzabal. Imanol fue clave en el banquillo y el capitán en el campo, quién lo diría…
La goleada del Betis y el drama ante el Mallorca
Tras otra eliminación a partido único en el Villamarín en el que Mateu Lahoz fue el mejor jugadores de los locales, en la 2021-22 y después de dejar en la cuneta a todo un Atlético con un 2-0, Anoeta se vistió de gala para invocar a la venganza, pero, en una noche para olvidar, un doblete del exrealista Juanmi sentenció a una Real frágil, que no se rehízo al primer golpe que encajó (con un gol anulado a Januzaj por fuera de juego que siempre admitió muchas discusiones al equivocarse la retransmisión de la televisión con el frame del último pase). Insistimos, la derrota más dura de Imanol hasta los penaltis del Mallorca.
En el curso siguiente, con la ilusión renovada tras imponerse precisamente a los insulares con un gol de un Robert Navarro que ahora juega allí, una vez más el caprichoso sorteo deparó una misión casi imposible con un emparejamiento frente al Barcelona en su estadio y con la Real muy mermada por una plaga de lesiones… La última, la de David Silva en la misma víspera, que sembró de pesimismo Zubieta. Pese a todo y a que Brais se autoexpulsó antes del descanso, los guipuzcoanos aguantaron con dignidad y honor y si no llega a ser por un fallo increíble de Sorloth a un metro de la portería, habrían provocado la prórroga.
La temporada pasada, la Real logró vencer en Pamplona y en Vigo, algo que seguro ponemos más en valor ahora cuando acaba de salir escaldada de ambos escenarios, pero en la ida perdió mucho más que la mitad de la eliminatoria al no ser capaz de marcar pese a ser muy superior (trataremos de no rememorar nombres propios como responsables de no ganar ese partido). Todos recordamos lo que sucedió en la vuelta, con el gol del Mallorca en su único remate a puerta en los 210 minutos que duró la eliminatoria y con el gol fantasma no concedido a Kieran Tierney (con la ilusión para toda la vida que le habría hecho al escocés). En los penaltis, un lanzamiento fallado por Oyarzabal, el primero de la tanda, condenó a la Real a quedarse sin la ansiada por Imanol final con la afición en la grada y dejó un reguero de lágrimas, sobre todo en los más jóvenes.
La revancha
El oriotarra ha encadenado tres derrotas seguidas con Osasuna, cuatro si contabilizamos el amistoso de pretemporada que finalizó 1-2 y que incluso quiso recordar Vicente Moreno tras su éxito del domingo. Los navarros han vencido en sus dos últimas visitas a Anoeta, pero hasta su primera victoria de la temporada pasada, la Real de Imanol acumulaba once encuentros sin perder contra ellos, con ocho triunfos y solo tres empates. Y con una gran racha incluida de cinco éxitos consecutivos.
Después de todo lo que está sufriendo esta temporada, a nadie se le escapa que la de Osasuna es una de las grandes citas de la temporada y que debe organizar y gestionar las ganas de revancha en busca del sueño que supone regresar a Sevilla con el respaldo masivo de tu parroquia.