Con casi media plantilla desperdigada por el mundo entero, debido a los partidos internacionales, la Real Sociedad disfruta de la tranquilidad propia de un fin de semana sin competición. Los txuri-urdin ya han digerido el primer maratón otoñal de siete encuentros consecutivos, y a partir de este lunes prepararán ya un segundo atracón de contiendas, este a priori más asequible. El próximo día 30 (o 31) tocará visitar al modesto Jove Español en el estreno copero, circunstancia que suaviza esta próxima serie de compromisos. En cualquier caso, un domingo sin Liga significa el momento perfecto para echar la mirada atrás y analizar lo sucedido en este tramo reciente de la campaña.

De dónde venía

Recapitulemos. La temporada de la Real arrancó con cuatro jornadas ligueras, celebradas todas antes del primer parón liguero del curso. Ante Rayo, Espanyol, Alavés y Getafe los de Imanol sólo pudieron sumar cuatro puntos de doce posibles (un triunfo, un empate y dos derrotas), números pobres que, en cualquier caso, resultaron coherentes con el juego exhibido. El equipo venía de una pretemporada muy peculiar, dadas las ausencias en Zubieta de numerosos internacionales. Y además las puertas del mercado permanecieron abiertas hasta última hora, generándose un clima de inestabilidad que tampoco ayudó. El domingo 1 de septiembre, después de igualar en el Coilseum (0-0), el conjunto txuri-urdin se marchó a la ventana internacional siendo muy consciente de que su fútbol no estaba siendo el mejor. Tampoco los resultados.

Semana de vaivenes

Transcurridos trece días desde el empate en Getafe, la Real regresó a la Liga cayendo en Anoeta contra el Real Madrid, en un duelo que, por juego, no merecieron perder los de Imanol. Aquellos brotes verdes, sin embargo, quedaron en poca cosa 72 horas después, al perderse en Mallorca tras un partido muy discreto. Cerraría luego la semana la visita al Valladolid, donde el cuadro txuri-urdin debió vencer a tenor de las ocasiones creadas y mostró de nuevo una tendencia al alza en sus prestaciones. El cambio en el Nuevo Zorrilla a un 4-4-2 con medular en rombo introdujo además a los realistas en una nueva dimensión de adaptabilidad a las circunstancias de cada encuentro, dándose posteriores modificaciones en el sistema. De Pucela en adelante, la trayectoria blanquiazul adquirió ya una línea más regular en lo ascendente.

Los jugadores de la Real celebran el gol que marcaron en Niza.

Tres partidos y un asterico

Ese camino al alza ha llevado a la Real a alcanzar el presente parón en buena dinámica futbolística, por mucho que existan aún cosas por mejorar. El margen de crecimiento resulta amplio todavía, lo cual no es óbice para percibir en los partidos contra Niza, Valencia y Atlético de Madrid la evolución que se buscaba hace tan solo un mes. El equipo ha ganado enteros en lo físico, algo que siempre ayuda, sobre todo si hablamos de una escuadra que no negocia la presión como la txuri-urdin. Las nuevas piezas comienzan a acoplarse, con especial mención a los rendimientos de Aguerd, Sergio Gómez y Sucic. Y hay igualmente futbolistas que van aproximándose a sus mejores versiones: Zubimendi tras su ajetreado verano, Brais después de su inoportuno problema en un pie, o un Take Kubo que, sin la brillantez de otras épocas, se echa el equipo a la espalda en muchas fases de los encuentros. La realidad blanquiazul en cuanto a juego resulta mucho más positiva durante la actual interrupción de octubre que en la anterior de septiembre, incluso teniendo en cuenta el asterisco del 1-2 frente al Anderlecht: sobraron entonces los últimos quince minutos de cada parte, fases que borraron de un plumazo todo lo bueno que el equipo había hecho antes.

Faltan puntos

Los fríos números, en cualquier caso, no corroboran las mejores sensaciones. En la Liga, el ritmo es el mismo que en el tramo inicial: se suma un punto por jornada, cuatro en las cuatro primeras y cinco en las cinco posteriores. En Europa, mientras, la mencionada derrota ante el Anderlecht deja en poca cosa el buen empate cosechado en Niza, y termina de dibujar una pobre estadística general de los txuri-urdin durante estos últimos siete encuentros: en ellos sólo han obtenido seis puntos de 21 posibles. Los merecimientos contraídos han sido aptos para sumar en mayor medida, pero la falta de acierto, principalmente contra Real Madrid, Valladolid y Atlético, ha impedido protagonizar una cosecha más rica. Se trata de un problema que el equipo arrastra desde campañas anteriores y que la apuesta por Óskarsson no ha solucionado todavía, pese a los dos goles de islandés ante el Valencia. 

EL DEBUT COPERO SUAVIZA LA PRÓXIMA SERIE

El calendario estándar de las últimas temporadas ha contado con un diseño idéntico al de la presente agenda otoñal, por lo que aguarda, a partir del próximo sábado en Girona, una nueva serie de encuentros que la Real ya conoce. Una vez más, los txuri-urdin afrontan siete partidos consecutivos comprimidos en sólo 21 días, con cuatro jornadas de Liga, dos europeas y el estreno en la Copa del Rey. Dicho debut en el campo del Jove Español mitiga en parte una dificultad que, en líneas generales, resulta bastante importante, si atendemos al resto de adversarios y también a los viajes que toca acometer.

En el campeonato local, los de Imanol necesitan sumar con regularidad, algo que complica la magnitud de los próximos rivales. Durante esta próxima fase del curso, la Real va a visitar al Girona en Montilivi y al Sevilla en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Mientras, por Anoeta van a pasar un Osasuna que ha iniciado bien la campaña y el líder Barcelona. Tras recibir a los culés en Donostia, el cuadro txuri-urdin se adentrará en un nuevo parón al que le seguirá de forma inmediata el derbi de San Mamés. Resultaría recomendable desplazarse a Bilbao desde la tranquilidad de unos buenos resultados previos en Liga, pero el calendario no termina de ponerlo sencillo.

En Europa, mientras, la Real va a disputar dos encuentros consecutivos a domicilio, en Belgrado contra el Maccabi Tel Aviv y en la República Checa contra el Viktoria Plzen. Los txuri-urdin regresarán de madrugada menos de 72 horas de recibir en Liga a Osasuna y Barcelona respectivamente, esperemos que con un buen botín que permita arreglar el mal arranque continental.