Aihen Muñoz ha atendido amablemente a los medios que cubrieron la presentación de su libro, a los que ha regalado un ejemplar. La primera pregunta era obligada y consistía en ver qué tal llevaba las críticas de la prensa: “Era un chaval que no sabía gestionar eso. Lo llevaba de otra manera. Aceptando que esto es parte del fútbol, parte de la vida, y lo utilizo para ser mejor. Eso sí, la verdad es que yo no leo nada, ya lo siento. Me borré hace tiempo de eso. Ni escuchar ni leer”.
El zaguero se mostró comprensivo con la labor de los informadores: “He intentado evadirme un poco de todo eso. Pero sé que es parte de vuestro trabajo y, como ya sabéis, yo no guardo rencor a nadie y estoy muy feliz también de que sea parte del fútbol”.
Lo pasó mal en Becerril
En su presentación recordó lo mal que lo pasó en Becerril en un momento en el que no se encontraba a sí mismo: “Lo recuerdo y ahí me he trabado un poco al hablar porque me emociono. Porque en ese momento estaba sufriendo mucho y ése fue un punto de inflexión porque yo no quería seguir así. Afrontar ese partido para mí era muy duro. ¿Qué habría pasado si hubiese fallado ahí? Y, gracias a ser valiente, llamé a mi gente y pude afrontarlo con un poco más de calma. Lo pienso y es una pasada porque me veo otra persona completamente diferente. Mucho más madura, con los años al final también aprendes. Pero, gracias a las cartas, gracias a escribir, supe aprender mucho más rápido y comprendí que iba en un tren de alta velocidad que me podía arrollar. Al final logré mantener la calma y creo que aprendí muchísimo. A mantener la calma en medio de la tormenta, a saber gestionar la incertidumbre del fútbol porque esto es muchas veces un caos y estoy muy contento de cómo lo llevo”.
Su debut
Su situación incluso le llevó a no recordar bien su debut en el Bernabéu: “Tengo detalles que de vez en cuando me acuerdo, pero sí que es verdad que es un partido que lo tengo borrado de la mente porque fue muy intenso para mí. Un estadio increíble contra un rival increíble, el debut. Y tengo como muchas nubes. Hay momentos que no los pude disfrutar porque aún no era tan consciente”.
La carta que escribiría hoy sería de agradecimiento: “Sí, por estar aquí, pero con mucho camino por recorrer y muchas cosas por mejorar aún individualmente. Sigo escribiendo mucho. También escribo para vaciar un poco mis sensaciones, para saber llevar esta situación que igual no hemos vivido durante todos estos años y el escribir me está ayudando a poder afrontar esto y hacerlo con la máxima fuerza posible”.
El reto del equipo
Y en lo que respecta al equipo, “tenemos ahora un reto que es difícil porque estos años han sido con otro tipo de retos y, al final, el escribirlo me ayuda a llegar al día siguiente al entrenamiento y a transmitirlo con los compañeros y a intentar cambiar las cosas”.
Escribir le ha ayudado a encarar los problemas que se ha ido encontrando: “Es una manera de ayudarme, de ayudar a los demás y de compartirlo con todo el mundo. Como equipo, hay momentos que tenemos que saber gestionar esa incertidumbre que vengo hablando. No estamos acostumbrados”.
A salir del pozo
La Real se conjura para salir del agujero negro: “Intentamos hacer lo que depende de cada uno. Hablarnos mucho entre nosotros, apoyarnos, tratamos de ser una piña dentro. Y sobre todo, generar toda la confianza para que el fin de semana la gente salga lo más suelta posible. Y que vayamos a por los tres puntos y a competir cada partido, pase lo que pase, por lo menos con esa energía. Y dejando de lado un poquito esos miedos que pueden surgir en estas situaciones”.
Aihen rompió una lanza en favor de Sergio: “Al final, esto es la élite. Y muchas veces aquí los resultados mandan. Y yo creo que Sergio ha hecho un muy buen trabajo, pero los resultados muchas veces pues no dicen eso. Y los de dentro sabemos que lo ha hecho súper bien, pero que a veces igual hay que tomar decisiones. Es una pena porque le queremos mogollón, lo ha dado todo, lo ha hecho súper bien. Pero muchas veces, pues no sale así. Y lo que ha faltado, pues no sabría decirte. Muchas veces es cuestión de pequeños detalles. Que el rival nos meta un gol y que nos cueste darle la vuelta. Porque el equipo está dándolo todo, pero esa energía o esa sensación o esos miedos, hay que aprender a gestionarlos. Y yo creo que ahora nos está costando eso”.
El canterano cree que no hay tanta diferencia con la Real de Champions: “No hay diferencia, lo único que muchas veces los resultados son así, o las dinámicas. Pierdes tres partidos y luego es más difícil afrontar el cuarto. Y ahora estamos en ese trabajo de intentar conseguir eso, otra vez una buena racha, que nos dé confianza y empezar a cambiar esa mentalidad que cuando ganas, como hemos visto estos años, afrontas el siguiente partido con mucha más tranquilidad”.