“Dos chicas le ayudaron a incorporarse pero, claro, ellas también estaban con cuidado de que no les pasara nada. Ella me llamó y me dijo que había recibido un pelotazo”. En el sobrecogedor relato de los incidentes en los que su mujer recibió un impacto en la cabeza tras una carga policial, el marido de la herida contó que hubo dos heroínas que desafiaron al miedo y al peligro y le recogieron del suelo.

NOTICIAS DE GIPUZKOA ha logrado contactar con una de ellas, de 17 años, que también narra cómo vivió la dramática situación: “Yo me encontraba con una amiga en la salida de la estación del Topo de Anoeta. Estábamos esperando a una tercera amiga con la que íbamos a ir juntas al partido. Todo parecía súper tranquilo, no estaba pasando nada en ese momento. Lo del recibimiento y todo lo demás ya había pasado. Faltaban unos cinco minutos para que empezara el partido. De repente, vimos que había muchos ertzainas parados. Eran muchos, llamaba la atención. No estaban haciendo nada, parecía que vigilaban. Como poniendo orden, pero sin hacer nada. Nosotras estábamos charlando y, de repente, vimos que empezaron a cargar, a disparar y a correr como hacia la otra salida del Topo, la que está por detrás”. 

Este fue el momento en el que se toparon con la herida: “Nos encontramos con que había una mujer en el suelo, como si la hubiesen empujado. La policía estaba disparando pero nosotras, sinceramente, no vimos en ese momento a nadie. Sólo había mucha gente joven que estaba esperando a entrar por las diferentes puertas de acceso al estadio”.

La testigo contactada por este periódico no se lo pensó a la hora de interesarse por ella: “Hubo un momento en el que incluso dio la sensación de que intentaron entrar por la otra puerta del Topo y nosotras de verdad que estábamos alucinando, como preguntándonos qué está pasando. Si no hay nadie. Y apareció la mujer en el suelo. Nos preguntamos, ¿no va a venir nadie a ayudarle y a socorrerla? Y dijimos: Ya que no se acerca nadie, pues vamos nosotras. Yo, al principio, pensaba como que le habían dado un empujón, que no es lo mismo que le dé un empujón uno de ellos que uno de nosotras, y la mujer se podía haber hecho daño. Fuimos donde ella e incluso al principio creímos que era extranjera, al ser muy rubia, pero nos dijo que era de aquí”.

"Tuvimos la certeza de que no estaba bien"

Fue en ese instante cuando se enteraron de que el tema era más grave que un empujón: “Le preguntamos: ¿Te encuentras bien, qué te ha pasado? Y fue cuando nos dijo que le habían dado un disparo y que luego, además, le habían empujado. Nosotras insistimos en preguntarle si se encontraba bien y nos contestó en todo momento que sí, que tranquilas. Eso sí, nos comentaba que no oía muy bien porque tenía el golpe ahí. Le preguntamos si estaba sola o si había venido acompañada, y fue cuando nos contó que estaba con su marido y su hijo, que habían entrado, que le estaban esperando y que ella estaba mirando en el móvil si conseguía cobertura porque tenía la entrada online. Nos ofrecimos a acompañarle hasta la entrada del campo, pero nos insistió con que se encontraba bien. Tampoco queríamos agobiarle y, cuando nos estábamos yendo, vimos que la mujer había vuelto a caerse al suelo. En ese momento tuvimos la certeza de que no estaba nada bien”.

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Las dos amigas están impactadas por la actuación policial: “Ahí pensé en ir donde uno de los ertzainas y reprocharle que le habían tirado al suelo y que no le habían ni ayudado, pero mi amiga, con miedo, como es lógico, me dijo que no, por lo que se me ocurrió contárselo a los de seguridad del Topo. No dudaron en colaborar y la cogimos entre todos y, como no estaba bien, le dejaron entrar. En ese momento ya llegó el marido”.

Lo que no vio con nitidez fue el momento del impacto, aunque tiene una imagen grabada: “Yo, sinceramente, le vi volar por los aires, pero pensaba que era por un empujón. Y con esa sensación me quedé. Pero ella nos dijo que le habían dado con un disparo en la sien. Nos comentaba que le dolía mucho la cabeza y que no oía bien”.

Sus sospechas se confirmaron dentro del estadio. “Se sentaban muy cerca de nosotros. Parecía que estaba normal, pero en la primera parte se tuvieron que ir y nos quedamos pensando que a la pobre le pasaba algo de verdad. Hemos leído la noticia y hemos pensado que seguro que era ella y lo hemos confirmado cuando el marido afirma en la misma que le habían ayudado dos chicas. Tenemos que ser nosotras”.

Segunda mujer herida

La desgracia pudo haber sido mayor porque había mucha gente: “Las colas casi llegaban hasta el Topo. Lo que había era mucho chaval esperando para entrar. Y en el Topo también. A mí lo que me pareció es que se estaba disparando a lo loco. No vimos en ningún momento que hubiese alguien montando follón”.

Cuando se recupere la herida, seguro que no olvidará la ayuda de estas dos buenas samaritanas: “Me pareció increíble que nadie fuese a ayudar y nosotras lo tuvimos claro. Estaba a unos cinco metros de donde nos encontrábamos. Ni nos lo pensamos”.

Además de este caso, este jueves se ha conocido que una segunda mujer ha presentado una denuncia por lesiones leves causadas por un impacto en su espalda.