“Estamos preparados para el escenario de que haya prórroga. No hemos ensayado nada especial, esta vez se han quedado algunos jugadores más para lanzar penaltis al final, pero no es lo mismo transformarlos en Zubieta que en un Anoeta lleno”. Las palabras de Imanol Alguacil en la previa del encuentro han cobrado mayor relevancia tras la eliminación en unos penaltis que Anoeta nunca olvidará. No es solo que la Real no ganaba una tanda desde 1989 (contra el Sabadell en Copa) y que a partir de ahí había perdido cinco seguidas (Partizan, Numancia, Mirandés, Zamora y Barcelona), lo más inquietante es que la afición realista estaba resignada a que iba a perder. Una sensación por otra parte lógica cuando tu equipo ha sido mejor en la eliminatoria, cuando en teoría es superior y cuando el rival concebía llegar a este desenlace como un triunfo. Pero también reforzada porque Remiro no es un especialista en la materia, aunque, eso sí, si comparamos el plano individual, en teoría el conjunto txuri-urdin contaba con más futbolistas de calidad para atinar en la suerte de los once metros. 

El problema es que, además durante el encuentro Imanol había sustituido a André Silva, Zakharyan, Brais, Merino y Kubo, todos ellos potencialmente lanzadores en una posible tanda. Falló Oyarzabal con todo lo que ello supone al ser el realista más querido, pero en el fondo casi mejor, porque los otros lanzadores fueron Turrientes, Olasagasti, Zubimendi y Becker. Si no hubiesen acertado los dos primeros sobre todo, hubieran quedado marcados de por vida pero demostraron un coraje extraordinario al convertirlos con personalidad y talento.  

Por su parte, Remiro se decantó en los cuatro primeros penaltis por tirarse sin éxito a su derecha. Antes solían decir diferentes entrenadores de porteros de las selecciones de categorías inferiores que no es mala táctica porque al final seguro que adivinas alguno, pero el Mallorca había estudiado bien al de Cascante, tal y como explicó Darder, que se erigió en el héroe bermellón al convertir el quinto y definitivo que sí le adivinó el meta: “Durante la tanda y el momento previo estaba más tranquilo de lo que creía que estaría, confiando en que iría para dentro. Tenía claro a qué lado tirarlo, pero era el otro al que tiré. A Luivi (entrenador de porteros) antes de ir al centro del campo, le dije que me gustaría cruzarlo pero que Remiro se tiraba para su derecha, y dije que lo iría decidiendo durante la tanda. Remiro se fue en los cuatro a la derecha y pensé no puedo tirarlo ahí por mucho que sea mi lado favorito. Decidí cambiar de lado en el último momento y Remiro me lo adivinó, pero creo que él pensaba que lo tiraría en medio y por eso aguantó mucho en el centro”. 

Javier Aguirre también vendió en la sala de prensa que no había ensayado demasiado los penaltis, algo difícil de creer cuando todos sus elegidos parecían ir con la lección bien aprendida de dónde le gustaba tirarse a Remiro. También se ha elogiado mucho la charla previa a los lanzamientos, en la que se le vio reír y bromear con su plantilla: “Por supuesto que eso quita tensión, el míster es la imagen y el reflejo del equipo y si tú lo ves callado o en un rincón, mala pinta. Es algo que me sale espontáneo, porque todas las tandas de penaltis son muy tensas: el míster dice quién quiere patear. Pedí a mis dos asistentes una lista, mientras pensaba otra, y los elegidos fueron los cuatro primeros jugadores que coincidieron en las listas. Y Darder, que anotó el penalti decisivo, estaba en esa lista”, declaró en El Larguero de la Ser. El mexicano tenía claro que para ellos ya era un gran triunfo haber podido igualar con la Real en los 210 minutos de la eliminatoria: “Yo les dije que ya habíamos ganado empatándole a la Real en 120 minutos y les felicité por la Copa que habían hecho”.

Siempre ha habido una corriente de opinión que defiende que los penaltis son una lotería, pero nada más lejos de la realidad. Arconada solía reconocer que le gustaba ver los resúmenes de la Liga para ir apuntando dónde lanzaban los especialistas de cada equipo. El Mallorca tenía muy bien estudiado cómo anular a la Real y como podían salir victoriosos de una hipotética tanda. Todo les salió redondo.

Remiro se lanzó los cinco penaltis a la derecha en la anterior tanda ante el Barcelona en la Supercopa

La anterior tanda y única tanda con Imanol en el banquillo fue el 13 de enero del 2021 en la semifinal de la Supercopa ante el Barcelona. Lo más curioso de todo es que Remiro se lanzó las cinco veces a su derecha, por lo que no es complicado aventurar que el cuerpo técnico del Mallorca lo tuviera muy bien estudiado. No paró ninguno pero De Jong golpéo al palo y Griezmann lo envió a las nubes. Imanol había quitar a Zaldua, al que dio entrada al final de los 90 minutos, para meter a Bautista con la intención de que ejecutara uno de los lanzamientos. Un marrón como este normalmente se suele destinar a un jugador veterano o al mejor, como sí hizo ante el Mallorca, y lo falló. El segundo fue precisamente Oyarzabal, que, al contrario que Brais, había marcado uno durante el duelo pero en la tanda tampoco atinó y se lo paró el meta alemán. El tercero fue Willian José que chutó al palo; Merino y Januzaj no tuvieron problemas en transformar sus lanzamientos pero finalmente Riqui Puig le dio el pase a la final a los blaugranas. Nada es casualidad. Todo está analizado.