La suerte está echada. Real Sociedad y Mallorca ya velan armas de cara a su decisivo enfrentamiento, este martes en Anoeta (21.30 horas). Txuri-urdin y bermellones se jugarán en el estadio donostiarra un billete de acceso a la final de la Copa del Rey, que se celebrará el próximo sábado 6 de abril en La Cartuja. El partido de ida en Palma concluyó con un 0-0 que, sobre el papel, reforzaría el teórico favoritismo de los guipuzcoanos. Sin embargo, los datos de estos como locales, así como los precedentes más inmediatos entre ambos equipos, hablan de un trámite igualadísimo que difícilmente se resolverá de forma holgada en favor de alguna escuadra. Se prevé sufrimiento... esperemos que con final feliz para el cuadro de Imanol Alguacil.

Comencemos por los números en casa de la actual Real 2023-24. Anoeta ha albergado hasta la fecha 16 partidos este curso, trece de Liga y tres de Champions League. El resultado en solo seis de ellos (37,5%) otorgaría a los blanquiazules el pase directo a la final de Sevilla. Los hasta siete empates registrados (43,75%), mientras, llevarían la contienda de este martes a la prórroga (lo haría cualquier igualada, al haberse eliminado la regla del valor doble de los goles a domicilio). Y quedan finalmente por citar las tres derrotas (18,75%) encajadas ante Barcelona (0-1), Osasuna (0-1) y Villarreal (1-3): de darse un nuevo resultado así, el Mallorca apearía de la Copa a los txuri-urdin.

Este primer repaso ya habla de una situación muy ajusta de cara al encuentro de vuelta, algo a lo que también apunta la naturaleza de las mencionadas seis victorias realistas en Anoeta: tres de ellas se produjeron de forma relativamente holgada (5-3 al Granada, 3-0 al Athletic y 3-1 al Benfica), pero las otras tres llegaron con rentas de un solo gol. Por otra parte, además, cabe resaltar la racha previa con la que la propia Real llega al duelo copero, habiendo encadenado seis encuentros consecutivos como local sin ganar: 0-0 con el Salzburgo, 0-0 con el Betis, 1-1 con el Alavés, 0-0 con el Rayo, 0-1 con Osasuna y 1-3 con el Villarreal este pasado viernes.

El Mallorca de Aguirre

La sensación de partido equilibradísimo la refrenda la identidad del adversario, un Mallorca de Javier Aguirre que ha vivido ya hasta seis enfrentamientos con la Real desde el aterrizaje en la isla del técnico mexicano. Llegó al Mallorca hace casi dos años, en marzo de 2022 para sustituir en el cargo a Luis García Plaza (actual entrenador del Deportivo Alavés). Durante este tiempo, el Vasco no ha conseguido vencer a los txuri-urdin, vaya eso por delante. En cualquier caso, su estadística apunta igualmente a un muy ajustado encuentro de vuelta este martes: las cuatro derrotas bermellonas se han producido siempre por la mínima (tres 1-0 en Anoeta y un 1-2 hace una semana en Son Moix). Y además se han producido también dos empates en tierras baleares (1-1 el pasado curso y 0-0 en la ida de la presente ronda).

“Contra el Mallorca jugaremos unas semifinales. Y no recuerdo que las semifinales de ningún torneo se hayan resuelto con goleada de uno u otro equipo”, expresó la semana pasada Take Kubo. El nipón sabe bien de lo que habla, prácticamente recién llegado de una Copa de Asia durante la que abundaron las sorpresas. Su Japón partía como favorita ante Irán y cayó eliminada en los cuartos de final, síntoma inequívoco de la igualdad que impera en el fútbol moderno. La localía y la mayor calidad de una plantilla pueden pesar, cosa que jugará el martes en favor de la Real, pero a partir de ahí cualquier éxito cuesta un mundo. Estar en La Cartuja llevará su trabajo...