La Real avanza en la Copa a paso de Pulgarcito. Piedrecita a piedrecita, paso a paso, sin alardes ni exageraciones. Con lo justo y lo mínimo. Sufriendo también, que quede claro. Porque ante el Buñol, Urko cabeceó a su propio larguero con 0-0; en Andratx los locales perdonaron dos ocasiones clarísimas al final; y en Málaga, aparte de la tensión en las postrimerías del envite, la madera todavía continúa temblando después del zapatazo del local Víctor también con tablas en el marcador. Tres 0-1 y en octavos de la competición. Volvemos a abrir el debate sobre si al proyecto Imanol le gusta más vencer 5-4 o por la mínima sin encajar. El técnico siempre defiende que si puede elegir se decantaría por el espectáculo con sangría de goles. Algo que parece muy poco probable viendo la dificultad que tiene esta Real en acertar en la portería contraria. Desde luego las estadísticas no apoyan la teoría del guipuzcoano

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Las notas de Mikel Recalde Mikel Recalde

Imanol siempre declara antes de cada eliminatoria ante un adversario de menor entidad que están obligados a respetar “al escudo de la Real y a la competición”. Él seguro que lo hizo, no hubo más que ver la pizarra de las alineaciones en la que estaban todos los titulares que le quedaban después de lo sucedido en la última semana. El club no tanto. No parece la mejor idea para disputar una eliminatoria dejar en tierra a uno de tus futbolistas y sobre todo negociar su marcha cuando ya sólo tiene en nómina para este mes a dos extremos puros. Si es que a Oyarzabal se le puede considerar como tal. Por una cosa o por otra, la Real pasó un mal rato y encontró el camino a casa por una piedrecita que puso en el camino en un centro perfecto de Brais, que respondió Merino con la testa y Einar, en su afán por salvar la diana de Zubeldia, lo alojó en su propia portería. 

Como era de esperar, Imanol no se fiaba del Málaga y se protegió con su guardia pretoriana. Es cierto que el escenario era de Primera División, pero el rival compite en la categoría de bronce de nuestro fútbol. Lo que es lo mismo dicho con todos los respetos, si la Federación hubiese mantenido la separación de los grupos de la pasada temporada, se enfrentaría en la liga regular con el Sanse de Sergio Francisco. 

Marrero en la portería, Odriozola y Aihen en bandas, y Zhakaryan, Barrenetxea y la vuelta de Oyarzabal al papel de 9 fueron las notas más novedosas del once realista. El cinturón de seguridad de Imanol formado por Zubeldia, Le Normand, Zubimendi, Merino y Brais ofrecía plenas garantías para evitar un doloroso e inesperado trompazo. Enfrente un Málaga con Sangalli, que ha llegado este verano, como capitán, que va tercero en su campeonato por detrás de Castellón e Ibiza. 

Si ponemos la vista en el derbi, sin duda se puede constatar que Valverde siempre toma pocos riesgos en la Copa y tampoco es de los que se abonan a las peligrosas rotaciones masivas. Pero hay una diferencia evidente. El Athletic sólo compite en dos competiciones y la Real tiene toda la ilusión del mundo puesta en el enfrentamiento que le aguarda contra el PSG, cuya ida se celebrará el 14 de febrero en París

El guion de la primera parte estuvo claro y muy marcado desde el primer minuto. Salida fuerte y agresiva del Málaga, con alguna patada a destiempo, y cuando la Real tomó el control, se replegó para intentar cortar los pases interiores que tanto explotan los visitantes. Tras el segundo error seguido de Aihen, que entró mal al encuentro, Gabilondo lanzó un centro-chut que se paseó por delante de la portería realista sin encontrar rematador. Una falta de Brais que López se sacó de encima para enviar a córner se convirtió en el punto de partida del dominio txuri-urdin. 

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Oyarzabal estuvo cerca de encontrar portería en una internada de Merino, pero su remate lo desvió un defensa. Gil Manzano, que protagonizó un arbitraje excesivamente inquietante al ser reincidente con la Real, se inventó que le había golpeado a Brais. Al cuarto de hora, Zakharyan puso un servicio a balón parado excelso, aunque el cabezazo de Oyarzabal se marchó lamiendo la madera. El ruso proyectó a Odriozola, cuyo centro lo remató con la testa muy forzado Merino, y, en el minuto 20 Barrenetxea firmó su habitual servicio venenoso con la zurda que voleó Oyarzabal con su pierna buena, aunque la dirección le salió demasiado centrada y detuvo el meta local. 

A los 23 minutos llegó el susto de los locales, con una defectuosa salida de balón entre Zubimendi y Brais que acabó en los pies de Víctor, cuyo disparo lo escupió con violencia el palo, y el posterior centro de Gabilondo no lo alojó en las redes Roberto de milagro. 

En los minutos finales la Real se rehízo bien y Zakharyan, primero con un disparo suave con la zurda y después en un remate fallido tras una jugada primorosa de Barrene, no logró estrenar su capítulo de goles. El rechace tampoco lo aprovechó Zubimendi, que minutos antes había culminado de manera horrible un buen pase de espaldas de Oyarzabal. Tablas al descanso y la sensación de que la Real merecía más, pero también que podía haber sido peor. Ojo con el Málaga. Y con la amenaza Manzano. Ese fue el resumen en pocas palabras. 

Imanol seguía sin verlo claro y decidió mover ficha en el descanso. Zubimendi, que podía estar tocado después del golpe que le propinó Roberto nada más empezar, y Zakharyan, que debe entender que no sólo debe aportar a balón parado, dejaron su plaza a Turrientes y Carlos Fernández. Nada más reanudarse el juego, Brais puso un gran balón en un libre directo, Merino centró con la testa y Einar no pudo evitar introducir la pelota en su portería en plena pugna con Zubeldia

A partir de ahí el duelo se trabó mucho en parte debido a la escasa colaboración de un trencilla que siempre tiene una mala noche cuando arbitra a la Real. Lo malo es que los realistas perdieron el control y fueron incapaces de gobernar la contienda con su habitual juego de posesión y de buscar el hombre libre. Sin ninguna paciencia ni pausa, los errores se sucedieron hasta que los locales decidieron dar un peligroso paso adelante. Sin tantos recursos en el banquillo por las bajas, los que entraron de refresco no aportaron demasiado o menos de los esperado. Kevin dio el gran sobresalto en un disparo que atajó muy seguro Marrero. Tan cierto es que Brais, Aihen, tras su mejor acción del duelo, y Oyarzabal, que lo hizo todo bien menos marcar, estuvieron cerca del segundo como que la incertidumbre nos mantuvo tensos hasta el final. El capitán realista perdonó tras un servicio magnífico de Turrientes y después de pinchar la pelota en carrera, aunque Einar se tomó la revancha y salvó bajo palos. Enfrente, sólo destacar un disparo desviado del talentoso Larrubia

0-1, un poco más alterados que de costumbre y a pensar en el derbi y en el sorteo. Ahora ya llegan los Primeras y salta a la vista que o la Real da un paso al frente y consigue lucir su versión Champions en las siguientes rondas o las ilusionantes expectativas caerán de un plumazo en la esperada Copa. Otra noche poco convincente ayer en Málaga