Sí, el gráfico que acompaña la previa del partido de este sábado contra la Real Sociedad ilustra a un Barcelona dispuesto mediante un esquema 4-3-3, y lo cierto es que los culés se ordenan así, aunque solo lo hacen como punto de partida. La escuadra de Xavi acumula meses funcionando de la misma manera, dibujando en la teoría una estructura que en ataque muta claramente a una especie de 3-4-3 cuya medular forma algo así como un cuadrado: dos pivotes por detrás, dos mediapuntas por delante. Curiosamente, el invento tiene su origen en el estadio de Anoeta, donde el entrenador catalán probó por primera vez el pasado 21 de agosto de 2022. Le salió bastante bien.

Aquella noche, la hoja de alineaciones no deparó de inicio grandes sorpresas, más allá de la titularidad de Alejandro Balde en el lateral izquierdo blaugrana, en detrimento de Jordi Alba. La Real venía de ganar al Cádiz (0-1) en la primera jornada de Liga, con gol de Take Kubo. El Barcelona, mientras, llegaba a Donostia tras atascarse en el Camp Nou contra el Rayo (0-0) en su encuentro inaugural, por lo que el cambio en el carril se entendió como un toque de atención al veterano. De Jong sustituyó también al sancionado Busquets, Ferran Torres dejó en el banquillo a Raphinha, y todo apuntaba al clásico 4-3-3 hasta que el balón echó a rodar. Resultó entonces que Araujo no era lateral, sino tercer central, ofreciendo toda la banda a Dembélé. Que el propio Balde no era lateral, sino larguísimo carrilero, casi extremo. Y que Ferran Torres dejaba el ala para convertirse en cuarto centrocampista.

Ahora, todo igual

Aquel funcionamiento ayudó al Barça a ganar 1-4 un encuentro muy equilibrado hasta la media hora final, y llevó luego a los catalanes a obtener con holgura el título liguero. Ahora, transcurridos más de catorce meses, todo sigue más o menos parecido en el conjunto culé, con Araujo o el recuperado Koundé ejerciendo de falsos laterales con balón, con Balde asentado en el sector zurdo, con João Felix dejando el extremo para asociarse por dentro y con Lamine Yamal, Raphinha o incluso Cancelo asumiendo todo el peso ofensivo en el sector derecho.

El sistema del cuadrado se encuentra tan asentado que, incluso contando con esa medular de cuatro jugadores, a Xavi se le presenta ahora una especie de marrón, dada la elevada cantidad de futbolistas que optan a actuar ahí. Ferran Torres es candidato a ese extremo zurdo mentiroso. La enfermería se vacía: Pedri ya se encuentra fuera de la misma y De Jong saldrá en cuestión de días. De la cantera ha irrumpido con fuerza un Fermín López que sobre el campo no ofrece motivos para ser relegado a la suplencia. Y en el mercado veraniego llegaron al club hasta dos futbolistas destinados a cubrir la baja de Sergio Busquets: Oriol Romeu y Gündogan, a cuyos nombres podemos sumar el de un João Félix de perfil más ofensivo pero candidato igualmente a la famosa sala de máquinas, o el de un João Cancelo carrilero pero con capacidad plena para moverse por dentro. Faltaría aún un elemento por citar, Gavi, cuyo nivel reciente debería suponerle la titularidad. En total, nueve hombres (ocho sin contar a Cancelo) para cuatro plazas.

Los galones son los galones ,y en situaciones de disponibilidad plena, Oriol Romeu y Fermín López serían los damnificados, con el propio Cancelo mirando también a ese doble rol central-lateral, pero a Xavi no se le terminarían ahí los quebraderos de cabeza, pues el panorama definitivo hablaría de seis jugadorazos para cuatro puestos: Ferran, De Jong, Gündogan, Pedri, Gavi y João Félix. ¿Quiénes quedarían fuera? Una temporada siempre da pie a alternar y a tirar de rotaciones. Cuando lleguen las grandes citas, sin embargo, el entrenador culé podría verse obligado a compartir banquillo con vacas sagradas. “Bendito problema”, pensará el de Terrassa. O no. 

EL BARÇA EN ANOETA: CUESTIÓN DE RACHAS

El Barcelona ganó en Anoeta (0-2) en la temporada del descenso txuri-urdin, en 2007. Desde entonces hasta la siguiente victoria culé en Donostia transcurrió casi una década de sequía blaugrana, cortada por un 0-1 que los entonces dirigidos por Luis Enrique lograron en los cuartos de final de Copa en enero de 2017. Ni los equipazos de Guardiola, ni Tito Vilanova, ni Tata Martino habían logrado vencer en Anoeta, cosa que ahora la propia Real no ha hecho como local ante el Barça desde abril de 2016 (1-0, gol de Oyarzabal).