Imanol volvió a destacar en Mestalla a la pareja de defensas que llevan siete y ocho partidos rindiendo al mismo nivel apercibidos de sanción y sin sustitutos. “No es cuestión de sistemas, lo que ha faltado es ver la mejor versión de muchos jugadores. Solo los dos centrales han estado al nivel y así es difícil”. Imanol Alguacil quiso eximir de la responsabilidad de la derrota en Valencia a su pareja de defensas centrales, Zubeldia y Le Normand. Aparte de querer echar un capote al azkoitiarra, que tuvo la mala suerte de marcarse el gol en propia puerta, el técnico optó por señalar a los jugadores más creativos del equipo, que, como es obvio, no están pasando por su mejor momento.

Lo cierto es que, después de mantener una línea de gran regularidad y máxima fiabilidad desde el inicio del curso, lo que les permitió hacerse con la titularidad, el extra que han tenido que aportar en este último mes confirma que nos encontramos antes dos futbolistas que están hechos de otra pasta.

Imanol contaba a priori desde el inicio del curso con cuatro centrales, aunque Aritz Elustondo ha tenido que regresar a la banda, puesto que ya compartió durante mucho tiempo con otros entrenadores (no hay que olvidar que desde la misma pretemporada ya estaba actuando en esa demarcación). Con la lesión de Le Normand en septiembre, Jon Pacheco, al que todo el mundo le esperaba ya desde hacía tiempo, dio el pertinente puñetazo encima de la mesa en Old Trafford, lo que le permitió entrar en las rotaciones en el eje de la zaga.

Todo iba bastante bien hasta que después del parón empezaron a caer como soldaditos de plomo. Primeros los laterales, Sola y Gorosabel, y después Pacheco y Aritz. Esto provocó que, además de tener que inventarse un lateral derecho en la figura de Barrenetxea (algo que, aunque le permite sumar minutos de velocidad de crucero, no parece beneficiarle demasiado futbolísticamente), haya estado obligado a alinear en todos los encuentros a su pareja de centrales de cabecera. Por si fuera poco, Zubeldia se torció el tobillo y ha tenido que jugar con una hinchazón impresionante e infiltrado: “Fue entrenando, en una disputa, pisé el pie de un compañero, me lo torcí y al día siguiente tenía el tobillo muy hinchado, pero sentí que el equipo me necesitaba porque estábamos muy justitos de gente y decidí seguir”. Y en el descanso ante el Celta vomitó antes de saltar al campo.

 Para rizar el rizo, en el derbi ante el Athletic, disputado el 14 de enero, es decir hace casi mes y medio, los dos defensas vieron la cuarta cartulina amarilla, por lo que estaban amenazados de tener que cumplir un partido de sanción por acumulación de tarjetas.

Sin recambio de plenas garantías para Imanol y con uno de ellos muy mermado físicamente, los dos están completando actuaciones solventes y destacadas. Su estadística no es sencilla, con la amenaza de castigo: Zubeldia ha disputado siete partidos completos y Le Normand ocho. El único en el que no coincidieron fue el de Copa ante el Mallorca en Anoeta, en el que fue titular Pacheco antes de lesionarse.

Imanol siempre ha defendido que no le gusta pensar más que en el siguiente encuentro y que no quiere especular con posibles bajas por una cuestión de tarjetas. Pero está muy claro que los dos llevan más de un mes actuando con un cuidado especial para evitar perderse ningún encuentro. Al menos, con la vuelta de Pacheco, que ha regresado en plenitud de condiciones, lo importante será evitar que, como sucedió en el derbi, ambos sean amonestados.

Entre otras cosas porque a Aritz todavía le queda por el esguince de tobillo que sufrió en el Santiago Bernabéu tras un pisotón de Camavinga. Una articulación que ya tenía maltrecha desde hace un par de temporadas. Lo que también ha quedado claro es que para Imanol, Urko es centrocampista.